En las costas de San Rafael del Sur, un grupo de niñas y adolescentes ha aprendido que su futuro no tiene que ser convertirse en ama de casa o “juntarse” con un hombre adulto por una “costumbre” impuesta por la pobreza y el machismo. Saben que no es normal la violencia ni el acoso, que el género no les impone límites y ellas mismas se encargan de que las demás chavalas lo aprendan y rompan el ciclo del abuso y la violencia.

Defender los derechos humanos de las niñas es una tarea urgente y fundamental porque las niñas no se tocan, no se violan, ni se matan.

En Nicaragua, los derechos de las niñas son invisibilizados por la sociedad y el Estado, y tampoco existe una política pública con perspectiva de género que contribuya a empoderarlas. Te explicamos las razones por las que se deben empoderar a las niñas de hoy que serán las mujeres del mañana.

Nicaragua es el segundo país de América Latina con la tasa más alta de matrimonio infantil: el 10% se casa o inicia una unión de hecho antes de cumplir los 15 años. Es un fenómeno que trastorna los sueños y condena a las niñas, al amparo de una sociedad pasiva y un Estado cómplice.

La sicóloga especialista en temas de niñez e infancia expresa que las niñas víctimas de la explotación doméstica están expuestas a abusos sexuales y a largas jornadas de trabajo que limitan su desarrollo.

Cada año más mil niñas son forzadas a ser madres en Nicaragua. Es la herencia del abuso sexual del que son víctimas, la mayoría consumado en el sitio más seguro y por personas de “confianza”.

Niñas que, víctimas de la pobreza, son enviadas a casas de familias “mecenas” que las terminan esclavizando. En pleno siglo XXI, esta es una explotación infantil tolerada y normalizada ante la ausencia del Estado, mientras no existen cifras que dimensionen esta práctica tan arraigada.

DESPACHO 505 lanzó este 11 de octubre, Día Internacional de las Niñas, un proyecto enfocado en visibilizar sus derechos y los principales problemas que enfrentan en Nicaragua.

Nicaragua es un país de niñas convertidas en madres, víctimas de abuso sexual. Es el segundo país más peligroso para ser niña.

En la última semana, tres niñas fueron víctimas de abusos sexuales y asesinatos. Los crímenes aumentan y la falta de respuestas por parte del Estado lo convierte en cómplice de la violencia machista. En lo que va de 2020 al menos ocho niñas y adolescentes se cuentan entre las 52 víctimas de femicidio en Nicaragua.