Precisamente en los momentos más difíciles, donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia.
El sistema que Ortega y Murillo están consolidando no es idéntico al de Cuba o China. Se asemeja más al de Corea del Norte, donde el poder es hereditario y absoluto.
La UE promueve el empoderamiento de las mujeres en los temas relacionados al cuidado y conservación del medioambiente y busca fortalecer su participación y liderazgo.
Si el objetivo final es una solución negociada que ponga fin a la crisis sociopolítica y ofrezca una ruta para pacificar al país, habrá que impulsar un discurso diferente al cambio de régimen y la cancelación del sandinismo.
El exrector de la UAM analiza los hechos que marcaron los dos acercamientos con el régimen de Daniel Ortega. Plantea preguntas a la Conferencia Episcopal: ¿En qué circunstancia Ortega pidió a los obispos mediar un diálogo?
La sucesión de agresiones que el régimen ha desarrollado durante 15 años consecutivos no ha logrado debilitar al movimiento feminista nicaragüense, por el contrario, nos ha obligado a diversificar nuevas estrategias de lucha.
La pertenencia de Nicaragua al gran proyecto chino representa peligros ocultos. Sin rendición de cuentas, transparencia y contrapesos, el gobierno de Ortega podría endeudar a Nicaragua con China.
Al establecer relaciones con China, Ortega lanza un desafío geopolítico a Estados Unidos. Con su cercanía a Rusia y China, los grandes rivales de los norteamericanos, Ortega está tomando partido en la nueva guerra fría.
“Un país no se puede pacificar a sangre y fuego. No vamos a rendir nuestras banderas, sostenidas gallardamente y sin claudicaciones a lo largo de 40 años.”, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.