La dictadura Ortega Murillo exhibió fotografías del Cardenal Leopoldo Brenes con los embajadores de Nicaragua en España e Italia, Maurizio Gelli, su esposa Farah Gutiérrez Garcés, y la embajadora Mónica Robelo.
Entre los miles de fieles que acuden a Roma para despedir al papa Francisco, DESPACHO 505 conversó con dos sacerdotes nicaragüenses que han logrado contemplar el cuerpo del pontífice. Ambos compartieron el profundo impacto de este momento
El régimen de Daniel Ortega permitió el traslado de las madres de presos políticos a un centro asistencial, ya que desde hace 9 días permanecían en huelga de hambre exigiendo la liberación de sus familiares.
La presentación oficial del informe ante el Consejo Permanente de la OEA es parte del proceso que llevaría a tomar acciones que supondrían mayor presión para el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El régimen ha recurrido a prácticas de los años 80 para enfrentarse al clero. Fuentes cercanas a la institución religiosa critican la pasividad del cardenal Brenes.
Jóvenes nicaragüenses alzan su voz para pedir mayor respaldo internacional a los ciudadanos que exigen el fin de la dictadura Ortega-Murillo y la restitución de la democracia.
El premio les ha dado la oportunidad de tener encuentros al más alto nivel en la Casa Blanca, el Departamento de Estado, Congreso y medios estadounidenses donde han hablado por las madres, la Iglesia y los presos políticos.
Condenan la represión contra la Iglesia y la criminalización de la solidaridad a las madres en huelga de hambre en Masaya. El llamado a Europa es claro: “Sanciones a la dictadura”.
“Quiero decir que están pidiendo el cambio de los sacerdotes de Masaya, y si nos vamos, nuestra conciencia no fue comprada”, dijo el párroco de la iglesia San Juan Bautista, asediada por turbas este jueves.
El asedio a la parroquia del padre Román se ha convertido en el símbolo de los embates que por segunda vez en la historia la Iglesia católica nicaragüense sufre bajo un mandato de Daniel Ortega. En los 1980, ni el entonces Papa Juan Pablo II, se salvó de ser irrespetado.
El Departamento de Estados Unidos llamó a la dictadura a cesar la represión y le advirtió que está listo para emplear los instrumentos políticos y diplomáticos para terminar con la crisis en Nicaragua.