Covid-19, el síntoma de un mundo en crisis
Cuando los gobernantes no son capaces de manejar un país, teniendo la seguridad y la libertad de sus ciudadanos como objetivos prioritarios, se vuelve responsabilidad de los ciudadanos cambiar a sus gobernantes por los medios que sean necesarios.
- marzo 19, 2020
- 05:51 AM
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Cuando los gobernantes no son capaces de manejar un país, teniendo la seguridad y la libertad de sus ciudadanos como objetivos prioritarios, se vuelve responsabilidad de los ciudadanos cambiar a sus gobernantes por los medios que sean necesarios.
Con Italia reportando casi 500 muertes en un solo día a causa del Covid-19, nos preguntamos qué tan capaces somos como humanidad para lidiar con los problemas globales. La respuesta a esto no es muy prometedora si le delegamos la responsabilidad a los gobernantes.
Casi dos años han pasado desde que inicio la revolución de 2018 en Nicaragua. En estos dos años Nicaragua entró en shock, sufrió la perdida de miles de vidas y el exilio de más de cien mil nicaragüenses.
Se perdió toda libertad y el país entró en un proceso de deterioro social, económico y ambiental sin precedentes.
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Ahora, contrario a las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud para enfrentar la crisis del coronavirus, que han sido adoptadas por prácticamente todos los países del mundo, en Nicaragua se promueven el turismo y las marchas multitudinarias pagadas por el Gobierno.
Esto, lejos de ser algo de que asombrarse, más bien se suma a la larga lista de agresiones por parte del régimen al pueblo de Nicaragua, en busca de ganancias económicas para la familia presidencial.
Cuando los gobernantes no son capaces de manejar un país teniendo la seguridad y la libertad de sus ciudadanos como objetivos prioritarios, se vuelve responsabilidad de los ciudadanos cambiar a sus gobernantes por los medios que sean necesarios. Esta es una tarea que el grupo de autoconvocados alrededor del mundo con el nombre de SOS Nicaragua decidió tomar como suya.
Sabemos que Nicaragua y su gente se encuentra secuestrada por la codicia de sus gobernantes y durante casi dos años hemos trabajado en estrategias y acciones para liberarla de la dictadura. La misión sigue siendo la misma: proteger a los nicaragüenses ante cualquier peligro, tanto dentro, como fuera del territorio nacional, así como colaborar en el proceso de democratización y fortalecimiento del país.
Aunque este gran reto del Covid-19 viene a sumarse al reto titánico de eliminar una dictadura y migrar a una democracia, sabemos que es el inevitable resultado de nuestras acciones contra el medioambiente, las cuales son también acciones contra nosotros mismos como seres humanos. Los temas de salud, educación y medioambiente, son tan vitales como el de gobernabilidad para poder construir sociedades que progresen en paz, respeto y abundancia.
En estos momentos, cuando la pandemia del COVID-19 se expande por todo el mundo, las redes de apoyo a nicaragüenses y comunidades en riesgo se ha extendido con carácter de emergencia para garantizar la seguridad de los exiliados en el país donde se encuentren y para proveer apoyo a la situación dentro de Nicaragua. La solidaridad entre nicaragüenses por suerte, es un músculo que hemos ejercitado mucho en estos últimos dos años.
Ahora es cuando tenemos que hacer mayor uso de nuestra humanidad, de nuestra fuerza interna, para vencer el miedo y mirar más allá de nosotros mismos, hacia ese futuro que todos los nicaragüenses queremos. Ese futuro se crea con nuestras acciones de hoy, con las decisiones que tomamos día a día. Es el momento de confiar en nuestro valor y recordar que nadie es más responsable de nuestra vida, nuestras acciones y nuestro destino que nosotros mismos.
Los Nicaragüenses podemos aprender mucho de las palabras del director general de la Organización Mundial de la Salud:
“Que la esperanza sea el antídoto del miedo, que la solidad sea el antídoto de buscar culpables y que nuestra humanidad sin fronteras sea el antídoto para esta amenaza global. Este virus presenta una amenaza sin precedentes, pero también presenta una oportunidad sin precedentes para unirnos ante un enemigo común, un enemigo de la humanidad”.
*El autor es Director Ejecutivo de The Hague Peace Projects en La Haya, Holanda y miembro de SOSNicaragua – Europa.