Tras la renuncia del presidente Evo Morales, la definición de un gobierno de transición que cumpla el mandato de convocar a nuevas elecciones pasa por la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Los socialistas lograron mayoría en la segunda vuelta de las generales de España, pero perdió tres escaños. Pedro Sánchez llamó a los partidos a “desbloquear la situación política” y a procurar la estabilidad.

Las Fuerzas Armadas y la Policía le pidieron la renuncia a Evo Morales. También instaron “al pueblo boliviano y sectores movilizados deponer actitudes de violencia”.

Auditoría de la OEA confirma falsificación de firmas, manipulación de actas y sistemas de transmisión. En varias ciudades se adjudicaron hasta el 100% de los votos.

La oposición de Bolivia rechazó sentarse en una mesa de diálogo con el Gobierno. Las fuerzas armadas anunciaron que nunca se enfrentarían a su pueblo y la OEA confirmó fraude. Evo Morales, acorralado, repetirá las elecciones.

Desde hace 18 días, Bolivia vive un ambiente de convulsión social y polarización política entre seguidores del presidente Evo Morales y grupos ciudadanos que denuncian fraude electoral.

Lula fue condenado a 8 años y 10 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, pero fue liberado después que la corte suprema modificara las normas sobre el momento en que las penas de prisión deben comenzar a ser ejecutadas.

Tras los motines policiales, que se presentaron en la noche del viernes en Bolivia, el presidente y su gobierno denunciaron un golpe de estado por parte de grupos violentos.

Para Ortega la crisis es inventada: “Quieren sembrar el terror con sus análisis económicos, porque lo que quieren es exoneraciones, no quieren pagar impuestos, ese es el problema, quieren tener siempre grandes utilidades... y pagar salarios de hambre.

El Departamento de Estado reiteró que Estados Unidos utilizará todas las herramientas económicas y diplomáticas para responsabilizar al régimen de Ortega por abusos de los derechos humanos y corrupción.