Arturo Cruz: “El aterrizaje suave es lo que estamos queriendo tener con elecciones creíbles”

El precandidato presidencial asegura que no se prestará a una “estafa electoral” de la dictadura de Daniel Ortega. Los mínimos con los que participaría en las elecciones son observación electoral y conteo rápido. Es clave la unidad, dice, porque el abstencionismo sería capitalizado por Ortega.

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  • abril 14, 2021
  • 06:52 AM
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*  ELECCIONES 2021 *

Arturo Cruz 

El aterrizaje suave es lo que estamos queriendo tener con elecciones creíbles 

El precandidato presidencial asegura que no se prestará a una “estafa electoral” de la dictadura de Daniel Ortega. Los mínimos con los que participaría en las elecciones son observación electoral y conteo rápido. Es clave la unidad, dice, porque el abstencionismo sería capitalizado por Ortega.

Por JOSÉ DENIS CRUZ | Abril 14, 2021

Arturo Cruz empezó a considerar una postulación a la Presidencia de la República desde finales del año pasado. Lo hizo convencido de que el país requiere tranquilidad y él cree que puede darla. “Si no logramos tener la tranquilidad y la confianza en los gobernantes del futuro, este será un país con perspectivas económicas muy pobres”, advierte. El exembajador de Nicaragua en Estados Unidos, durante los primeros años de la administración de Daniel Ortega, considera que tiene una ventaja frente a sus rivales de la oposición: la posibilidad de atraer inversión que genere empleos, pero empleos con salarios mínimos equiparados al precio de la canasta básica.

Tras el anuncio de su precandidatura presidencial en marzo pasado, miembros de la Policía Orteguista lo siguen por donde se desplaza, pero reconoce que su situación no es nada comparada con la que viven líderes territoriales en barrios y comunidades rurales del interior del país. “Yo lo que tengo son policías que me complican la vida”, comenta en una entrevista, vía WhatsApp. Aún así, ha tenido el chance de visitar departamentos del país donde su nombre es tan familiar como el de su padre, Arturo Cruz Porras, uno de los hombres fuertes de la Contrarrevolución en el siglo pasado.

Cruz, el analista que sugirió “un aterrizaje suave” con la dictadura y por lo que le llovieron críticas de diversos sectores, enfatiza que de no conseguir garantías mínimas para un proceso “no participará  en una estafa electoral”, las mismas palabras de su padre en 1984 cuando se postuló a la Presidencia de Nicaragua, también con Daniel Ortega. Diplomático, catedrático e historiador, ha dejado de dar clases en la escuela de negocios Incae y se ha enfocado en su pre-campaña, financiada con sus propios recursos.

Se muestra confiado en que la unidad de la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana se logrará: “No voy a ser un candidato que va a contribuir a la desunión”, comenta aunque el compromiso de respaldar a un candidato único dice que lo firmó “en espíritu”. De ser presidente promete mejoría económica, pero descarta rescatar el modelo de alianza y consenso con el empresariado. “Los empresarios tienen derecho a ejercer influencia, pero no ejercer control”, dice.

El aspirante presidencial dice que en los próximos días inscribirá su candidatura ante la Alianza Ciudadana. Maynor Valenzuela / D505

Usted fungía como asesor de CxL, ¿el partido le propuso que se postulara? 

Yo di un discurso en Amcham en 2019 en el que planteé que lo más inteligente en ese momento era escoger el vehículo y dentro de los vehículos disponibles, no todos eran confiables como Ciudadanos por la Libertad. Dije que debíamos crear una suerte de unidad alrededor de esa plataforma. En ese momento di una conferencia como analista, no como activista político, posteriormente me invitaron a formar parte de un grupo de asesores, pero mi activismo nunca fue tan activo por mis labores académicas. Mi involucramiento con Ciudadanos por la Libertad nunca ha sido tan cercano y, por eso, a pesar del respeto que tengo con ellos, fue hasta cierto punto bastante distante.

Entonces no se lo propusieron...

No, nunca hubo un planteamiento de esa naturaleza. 

¿Antes de lanzarse al ruedo político, cómo era su vida personal?

Levantarme en la mañana y leer, la vida académica comienza con la lectura. La pregunta de mis mañana es con qué empiezo mi lectura, y después empezaba a escribir sobre la historia colonial. Preparar clases, reunirme con los estudiantes de AUN (Alianza Universitaria Nicaragüense), que son activistas con cierta trayectoria, y que en ocasiones venían a visitarme para consultarme cómo miraba la situación. Además, hablaba con otros actores de la política nicaragüense, pero estaba más dedicado a preparar mis clases.

Ahora que menciona a AUN me llamó la atención que ellos estuvieron en su lanzamiento de precandidatura, y no en la de Juan Sebastian Chamorro, ¿le pidieron los universitarios que se postulara?

No, bajo ningún punto de vista, ellos también tienen mucha simpatía por Juan Sebastián. Dentro de los estudiantes de AUN he construido una amistad sincera. Tengo muy buena comunicación con muchos de ellos.

¿Era asesor de AUN?

No, nunca fui un asesor formal, pero eso no quiere decir que no tenemos intercambios como los puedo tener con alguien que es amigo, y que me pregunta sobre la situación económica. 

Usted dijo recientemente que sus adversarios lo pintaron mal, ¿qué adversarios?

No debí decir adversarios, porque yo no siento que tenga adversarios, para serte franco. Fue un exabrupto por mi parte, pero me refería a aquellos que son escépticos de mis intenciones, y que tienen derecho.

Se arrepiente sobre la frase del aterrizaje suave... ¿repensaría decirlo?

No. El aterrizaje suave es lo que los nicaragüenses estamos queriendo tener ahora con elecciones creíbles. Yo hablé del aterrizaje suave el 26 de abril de 2018, y dije que en esencia era  elecciones adelantadas y creíbles.

¿Cuándo se va a inscribir a la Alianza Ciudadana?

Lo haré pronto. No puedo dar una fecha concreta. 

¿Por qué la espera? 

Nada del otro mundo. Es importante que otros vayan a tomar en cuenta el mecanismo.

¿Cómo han recibido en Washington su precandidatura? 

Washington es un mundo heterogéneo, no es una sola voluntad, es de grandes diversidades, incluso entre el propio Partido Republicano y el Demócrata. Sí, tengo muchas amistades que he construido con los años y algunos inclusive con los que estudié, y de la época de la Contra. Más allá de que hay una posición institucional de los Estados Unidos, de decir que se identifican con un candidato, no.  

¿Ya leyó las reformas electorales del Frente Sandinista?

Es un documento bastante grueso. No soy abogado, pero estoy esperando los criterios más sólidos de otros expertos en la materia. Tengo que reconocer que siempre delego al que más sabe, y en este tema no me siento con la competencia de un doctor que nos va a iluminar. Lo que he visto y leído de las reformas no me parece. No soy un especialista en el tema, pero son inaceptables.

Usted decía que sin condiciones mínimas no participa, y la propuesta presentada se acomoda a los intereses de la dictadura, por ejemplo los actos de campaña deben ser aprobados por la Policía, no habrá libertad…

Lo que he visto no es de mi agrado, me hace dudar de las buenas intenciones  de un proceso electoral aceptable mínimamente, ni siquiera estamos hablando de un proceso electoral creíble y competitivo, estamos hablando de lo mínimo. Mi padre en 1984 tomó una decisión trascendental que fue no participar en una elección que no era creíble. Los ciudadanos deben estar claros que yo llevo esa herencia dentro de mí. Mi padre dijo "yo no puedo participar en una estafa electoral", y lo digo yo también. 

¿Cuál sería el mínimo para ir a elecciones?

La observación electoral nacional e internacional, legítima. El nicaragüense se siente confiado que al menos alguien esté tratando de garantizar la integridad de su voto. Lo otro, es el conteo rápido, eso es central, y no solo de la OEA, Centro Carter, o Unión Europea, es fundamental que todas estas instancias que vienen como observadores tengan la potestad y la propiedad del conteo rápido, ese es un instrumento muy confiable y por eso es que insisto en la observación nacional e internacional.

¿Cuál debe ser la demanda de la oposición ante esas reformas del orteguismo? ¿Qué pueden hacer, vemos que llevan semanas hablando sobre una reunión, mientras Ortega mueve sus fichas? 

El tema de la unidad se da en la práctica no en reuniones, al final la vamos a concretar, de eso estoy convencido, el problema es la circunstancia electoral en la que vamos a participar, tenemos que decir todos que este proyecto electoral como está es inaceptable, y eso no requiere de fuerza para decirlo. 

Más allá de una declaratoria de la oposición sobre lo viciado que puede ser el proceso, ¿qué se puede hacer, qué pueden hacer la comunidad internacional?

La comunidad internacional tiene una tarea central en este momento. En Nicaragua sin una legitimidad de origen cualquier Gobierno del futuro no podrá sacar a este país adelante. Los nicaragüenses debemos ejercer cualquier tipo de presión. Una de las ventajas de (Joe) Biden es que su relación con la Unión Europea es mucho más fluída que con la de  (Donald) Trump, la coordinación entre el equipo de Biden, Europa, Canadá y democracias latinoamericanas, va a ser más fácil, sin menoscabo de los esfuerzo de Trump. 

¿No le parece una burla a la comunidad internacional las reformas de Ortega? La Unión Europea y Estados Unidos han pedido reformas profundas al sistema, pero poco le importó a Ortega ese llamado.

Me da la impresión que es un desdén total por la legitimidad de la comunidad internacional. En lo único que cree (Ortega) es en la correlación de fuerzas tangibles, como si la legitimidad no vale, y la legitimidad es todo en el mediano y largo plazo. Este régimen no tiene futuro, y hay una suerte de desprecio por el criterio de los nicaragüenses y la comunidad internacional.

¿Estarán midiendo las consecuencias? 

Te describo la Ley Renacer, en Estados Unidos, tiene una serie de medidas que lo hacen novedoso y que van a contribuir a aplicar mucha presión en el contexto de Nicaragua.

Ortega cumplió con el plazo de la OEA, que es mayo, pero con reformas hechas a su medida, ¿qué podemos esperar en los próximos meses en la OEA? 

Espero que tomen alguna iniciativa, ¿cuáles?, no sé. La impresión de los nicaragüenses es que todas estas presiones parecieran tener un rendimiento marginal decreciente, y eso es preocupante porque puede llevar a la desesperanza, pero con toda sinceridad creo que van empezar a coordinar esfuerzos, y cada día va a ser más efectivo. 

No quiero comparar Venezuela con Nicaragua porque tiene realidades particulares, pero cómo ser optimista cuando en ese país Maduro sigue gobernando  a pesar de las sanciones, de los bloqueos...

No se puede descartar esa posibilidad, la experiencia venezolana no es muy feliz, lo que ha producido son seis millones de venezolanos viviendo en el exilio. Eso en Estados Unidos los ha llevado a considerar la sabiduría de las sanciones económicas, no de sanciones personales. Y sí, la experiencia venezolana no deja de ser desalentadora. Venezuela todavía tiene una serie de espacios económicos que ha permitido que se reproduzca la élite en el poder, pero yo no creo que eso sea factible en Nicaragua.

¿Cómo ve la actual situación entre las dos organizaciones de oposición, que no logran ponerse de acuerdo para impulsar una unidad verdadera?

Nos vamos a terminar unificando, en 1990 las fuerzas relevantes lograron crear la UNO, y se volvió la casilla útil. El problema que tiene la Coalición es que hay mucha turbulencia en su interior, y hay diferentes criterios: unos están convencidos de que hay que participar en el proceso con las condiciones básicas, y otros, independiente de las condiciones básicas, se han pronunciado a favor de las abstención. Yo tengo la confianza que más temprano que tarde nos vamos a unir.

¿Cuál sería el costo político para estas organizaciones si no logran la unidad? 

Ortega quiere dispersión en la oposición, consolidación de su voto estable y abstención. Si vos no vas con un proyecto electoral unificado, mi preocupación es la abstención y con eso no podés ganar con mayoría calificada, ni siquiera mayoría simple. A mí me preocupa la unión pensando en la abstención. Si no logramos un proyecto unificado, se dará la abstención.  

Arturo Cruz posa desde su casa en Managua, minutos antes de la entrevista con DESPACHO 505. Dice que la división de la oposición provocaría abstención. Maynor Valenzuela / D505

¿Por qué usted no firmó el acuerdo Unidad, Nicaragua primero?

Creo en ese proyecto y lo firmé en espíritu, en el sentido en que estoy de acuerdo, pero no me sentía a gusto con algunos de los que están detrás, como lo demostraron en una serie de intercambios. ¿Cómo voy a estar en contra de un espíritu de unión? Repito, no voy a ser un candidato que va a contribuir a la desunión. Una desunión es lo peor que nos puede pasar.

Han contemplado, en el caso que sea candidato de la Alianza Ciudadana, ir a una elección con otro candidato de la Coalición Nacional. 

Todo puede ser. 

¿Se ve en una campaña con una patrulla siguiéndolo a todas partes?

Pretender tener una campaña presidencial con una patrulla que dice protegerte, pero que en realidad te está inhibiendo, no tiene sentido, no hay movilidad. Hablé de observación, pero también es necesario libertad de movimiento. Un país decente no puede tener presos políticos.

La reforma electoral de Ortega se ampara en las leyes “Putin” y la de Inhibiciones, ¿qué hará si el régimen inhibe su candidatura?

Eso sería arbitrario y una decisión propia de un régimen autocrático. Me da la impresión que Ortega se está volviendo una suerte de caricatura de Putin.

Su rostro es nuevo en este contexto, y sé que ha estado visitando el interior del país,  ¿qué le dicen los campesinos?

Algunos sí me conocen, se acuerdan de mi papá, sobre todo en la zona de la Contra, en el corredor famoso de la Contra. Me preguntan qué soy de Arturo Cruz Porras, y ya hay una conexión familiar. Este es un proyecto de ir dándome a conocer con mis propias palabras, lo que decían de mí nunca me llegaba, no me molestaba, y ahora estoy diciendo “este es Arturo Cruz”

¿Y quién es?

Un nicaragüense, un compatriota, no tengo animosidad por ningún nicaragüense, independiente si sos sandinista o no. Tengo rechazo por un sistema político que nos sofoca, por eso creo que llegó el momento de la tranquilidad, tranquilidad con justicia, sin revanchas, ese será un gran desafío, por eso que tenemos que cambiar la institucionalidad, y por eso es mi temor de no ganar con mayoría calificada, porque si no ganás con mayoría, no podés empezar ese largo proceso.

Usted dice que como candidato ofrece estabilidad, ¿cómo lo va a lograr sin que el orteguismo se lo impida?

Hay que ganar con mayoría calificada, arrolladora, que signifique que muchos sandinistas se liberen de la pareja imperial, quitándole un pedazo del pastel. En 2022 estamos en circunstancias diferentes a las del 90, algunos me dirían que están más fuertes hoy, pero no estoy tan claro.

En algún momento los gobiernos liberales tuvieron mayoría en el Parlamento, pero eso no fue garantía para gobernar con tranquilidad. Ortega tenía el control de sindicatos y fuerzas sociales que hacían tambalear. 

Ese era el momento de empezar a cambiar la institucionalidad nicaragüense de verdad, y no estoy diciendo que no habrá dificultades, pero dependerá de nuestra capacidad de sortearlas. Si el país no tiene esa tranquilidad básica, tendrá complicaciones despegando, ya la sociedad quiere que el país despegue. El sandinismo es un aparato lleno de grietas y hay que aprovecharlo, y profundizarlas. 

¿Cuál sería su eje de Gobierno, partiendo de que podría ser el mandatario que sentará las bases de una Nicaragua post Ortega?

Yo tengo una complicación de prometer lo que no puedo. Hay cosas que son básicas. ¿Por qué no podemos nivelar el salario mínimo a la canasta básica? El salario mínimo mejor pagado de Nicaragua cubre el 66% de la canasta básica, eso es inaceptable. Otra cosa que hay que hacer es el desafío fiscal y vincular las pensiones a la canasta básica. Lo que hago es hablar con economistas para cuadrar esos números.

Aumentar el techo del salario mínimo a la canasta básica implica que usted se encuentre en el sector privado una pared…

Lo siento mucho, pero vamos a tener que discutir ese tema, si para eso está el Estado, el Estado es para el pobre y el mercado para los empresarios. Vamos a tener que discutir el tema fiscal en serio. Lo único que nos va a sacar adelante es que el pastel de nuestra economía, que el más pequeño de Centroamérica, crezca. Nicaragua ha sido un país de restas, Nicaragua tiene que convertirse en un país de sumas.  

¿Cuáles serían las decisiones que usted tomaría en el día uno como Presidente electo, en temas económicos, de justicia e institucionalidad? 

Si en ese momento en este país hay presos políticos, la primera decisión del Ejecutivo, del que sea, es que salgan. La otra cuestión central es conseguir recursos en abundancias, si este país no ve las ventajas de una economía que prospera de manera inmediata, habrá desencanto. Tenés que ir a gestionar a los organismos multilaterales, a los inversionistas nacionales e internacionales y decirles que llegó el momento de soltar la energía acumulada de los últimos tres años.

¿Cómo va a generar empleo en las circunstancias en la que recibirá el país? 

No va a ser fácil, pero para eso debés llevar a un equipo de gente competente, y que sepa qué hacer en el momento que aterrizás en el cargo. Yo siento que estas cosas son manejables si tenés la gente correcta. El país tiene que estar claro que debemos actuar con rapidez para salir del estancamiento.

Algunos quieren ver a Ortega en la cárcel y otros lo quieren fuera, cómo impartir justicia en un nuevo Gobierno sin caer en el revanchismo, como decía.

Hay que ganar con mayoría calificada, no podés empezar a reformar esta institucionalidad entre comillas. Necesitás establecer una institucionalidad que permita darle justicia al país. 

Le pregunto qué debe pasar con Ortega tomando en cuenta que ha sido acusado de crímenes de lesa humanidad.

No podés arbitrariamente tomar una decisión personal, va a ser un tema de la justicia, y tenemos experiencias como la argentina, chilena, colombiana, donde hay mecanismos como la Comisión de la Verdad. Tenemos que hacer las cosas bien, institucionalmente.

Usted decía que el componente de CxL es liberal, asumo que también lo es, ¿cuál sería su postura sobre temas que se le han planteado a los candidatos como el aborto y matrimonio igualitario? 

El Partido Liberal Constitucionalista (PLC) refleja la familia liberal, pero ha quedado huérfana de sus cúpulas porque han tomado diferentes caminos. Estoy en contra del aborto, es un tema en el que tengo convicción familiar, y sigo creyendo que el aborto es inaceptable, y como dice el Papa “quién soy para estar juzgando las preferencias de orientación sexual”, pero para mí el matrimonio sigue siendo entre un hombre y una mujer.

¿Una niña abusada debe dar a luz? 

Entiendo lo que estamos hablando y hay formas de ver cómo se pueden manejar o suavizar esos traumas guardando la vida del desprotegido. Pero son desafíos tremendos y decisiones en los que uno tiene que tomar compasión cristiana.

¿Qué responde a quienes ven el aborto y el matrimonio como un asunto de derechos? 

Para mí el derecho humano es la vida, y tenemos una discusión de no terminar. Yo me identifico con una postura y vos con otra. Si se hiciera una consulta la respuesta sería no al aborto, sí a la vida.

¿Cómo está financiando su precampaña?

Ahora hago intercambios con periodistas y hago las cosas lo más económicas posible. Los recursos no abundan, y el  Incae me dio un permiso sin salario. Espero más adelante encontrar los mecanismos legales para financiar la campaña.

¿Hay algún sector empresarial que apoye su candidatura?

Hay unos simpatizan conmigo y algunos con otro candidato, lo que no tengo son recursos tangibles que otros candidatos tienen a través de ONGs, hasta ahora lo que tengo es simpatía. Espero en algún momento contribuciones de mis conciudadanos.

¿Qué empresarios apoyan su candidatura? 

Nadie me lo ha dicho. No creás que yo soy el exclusivo.

¿Usted mantendría el modelo de diálogo y consenso impulsado por este régimen? 

Nunca estuve identificado con ese diálogo, pero es importante que todos los grupos empresariales y no empresariales mantengan comunicación con el que gobierna, eso es así en todos lados. Los empresarios tienen derecho a ejercer influencia, pero no ejercer control. El Estado debe tener una postura lo más neutral.

¿Qué rol debe asumir el sector privado en este contexto electoral? 

El empresariado debe hablar con claridad sobre este tema, si ese proyecto de ley es inaceptable, pues tienen que identificarse con el planteamiento de que hay que cambiarlo. 

La segunda mesa de negociación se dio porque Ortega se reunió con los grandes empresarios, ¿cómo pueden presionar por una reforma aceptable? 

Yo no estoy claro si esa narrativa es así, pero la posición del sector privado debe ser mantener distancia e insistir en la importancia de una elección creíble.

Distancia de qué...

Del Gobierno, de sus iniciativas, de cualquier propuesta que ofrezca, o una negociación bilateral. Hay que tomar una actitud más militante, y decir: “Si no tenemos unas elecciones creíbles no hay país viable”.

A veces se tiene la impresión de que Ortega seguirá más allá de 2021, de hecho The Economist Intelligence Unit prevé que se mantenga a 2026...

Así es, su análisis lo lleva a decir eso... 

¿Cómo avizora a Nicaragua con Ortega? 

Un país estancado en la pobreza, porque no va a ver crecimiento, ni generación de empleo, vamos a ser los 80 de cierta forma, y es mentira que vamos a manejar los balances económicos, tal vez no va a ver hiperinflación, nacionalizaciones, pero qué será de un país donde los niveles de pobreza seguirán creciendo.  país está condenando a la oscuridad.

¿Los niveles de pobreza podrían ser una bomba de tiempo, y jugar en contra? 

La dictadura  seguirá en el poder a base de coerción, tarde o temprano sin legitimidad trae una explosión social. ¿Cuándo va a ser?, es otro tema.

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