Murillo enfurece al recordar abril de 2018: “El mes más crudo del combate” contra “vándalos” y “cobardes”

Rosario Murillo enfureció este jueves al recordar las protestas de abril de 2018 contra su régimen a más de un mes del séptimo aniversario. Reconoció que abril “fue el mes más crudo del combate” contra “vándalos” y “cobardes” al referirse a los miles de ciudadanos que se alzaron en su contra.

La vocera del régimen anunció "intensas celebraciones" para conmemorar "la recuperación de la paz", el término que utiliza para referirse a la represión contra las manifestaciones que dejó más de 355 muertos. 

“Los renegados que nacieron traidores y que son indignos y que son vándalos cobardes, lacayos y esclavos de los imperialistas de la tierra, no son nicaragüenses por gracia de Dios”, dijo Murillo visiblemente irritada al recordar las protestas.

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Responsable de crímenes de lesa humanidad

Numerosos informes del Grupo de Expertos en Derechos Humanos de las Naciones Unidas para Nicaragua, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la CIDH y de organismos de derechos humanos responsabilizan a los codictadores Daniel Ortetega y Rosario Murillo como los responsables de esas muertes.

Rosario Murillo está sancionada por Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá de graves violaciones de derechos humanos y es señalda de haber ordenado la operación "Vamos con todo" que dejó decenas de muertos en los primeros días de represión.

La ONU también ha identificado a Francisco Díaz, jefe de la Policía y al mismo Ejército de Nicaragua de cometer crímenes de lesa humanidad contra los nicaragüenses durante la desarticulación de las protestas.

El Grupo de Expertos de Naciones Unidas determinó que “el Ejército participó activamente en la represión de las manifestaciones”, proporcionó armamento a la policía y a los grupos armados progubernamentales (paramilitares), llevó a cabo operaciones de inteligencia y entrenó a personal civil, incluida la Juventud Sandinista, jóvenes marginados y funcionarios públicos.

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En respuesta, la dictadura sacó a Nicaragua del Consejo de Derechos Humanos de la ONU argumentando que el informe es falso y acusó a estos organismos de ser “cajas de resonancia” de los opositores nicaragüenses.