Ejército relega a Rosario Murillo y muestra su lealtad a Ortega

Los mandos militares saludaron con cortesía al dictador Daniel Ortega, a quien juraron lealtad en un acto donde relegaron a Rosario Murillo, impuesta como "jefa suprema" de las fuerzas castrenses a través de reformas constitucionales.

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Rosario Murillo fue relegada por los mandos del Ejército. Foto: El 19 Digital. CORTESÍA / DESPACHO 505
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • febrero 22, 2025
  • 07:41 PM

La codictadora de Nicaragua y ahora jefa suprema del Ejército, Rosario Murillo sufrió un claro desprecio por parte de la comandancia general del ejército el pasado viernes, cuando la relegaron a la función de observadora y no la trataron con la misma cortesía militar que sí mostraron al dictador Daniel Ortega durante el acto de juramentación de Julio Avilés, lo que estaría demostrando que Murillo aún no logra subordinar a los uniformados.

Los tres principales generales del Ejército de Nicaragua, que conforman, según el Código Militar, la Comandancia  General, no le rindieron ningúna cortesía militar a la que ahora es su jefa suprema Rosario Murillo, lo que confirma lo que dijo antes de morir el general de Ejército en retiró y jefe fundador las fuerzas Armadas Humberto Ortega, de que Murillo no está en capacidad de subordinar a los uniformados. 

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En ese sentido se han referido también analistas como el mayor en retiró Roberto Samcam, el sociólogo  Oscar René Vargas y el politólogo y exsecretario general del Ministerio de Defensa Félix Maradiaga: “Los militares no se van a cuadrar ante Murillo” han coincidido los analistas.

Los pronósticos se confirmaron durante el acto oficial celebrado en Managua para juramentar por 6 años más como comandante en jefe de la institución armada a Julio César Avilés Castillo.

En dicha actividad, delante los bloques de soldados y oficiales formados para rendir honor a sus jefes, Avilés, que era la figura de la noche, y los mayores generales Bayardo Ramón Rodríguez, jefe del Estado Mayor General y Marvin Elias Corrales, inspector general, no se cuadraron militarmente ante Murillo, pero si lo hicieron y con mucho garbo ante el dictador Ortega.

De igual manera, durante el protocolo de juramentación y entrega del bastón de mando, así como en la revista a las tropas, que en sí constituye el mayor honor a los jefes porque es cuando los subordinados dan muestras de disposición, subordinación y obediencia a sus comandantes, Murillo fue relegada. No participó en dicha revista.

Relegada desde el inicio 

Desde el inicio del acto, Murillo fue vista como tradicionalmente ha sido vista por lo militares: segunda después de Ortega. A la llegada de los dos codictadores, el general Avilés se cuadró militarmente ante Ortega, que caminaba adelante, y cuando volteó hacia Murillo, fuera de toda postura militar, le tendió la mano y se inclinó, apartando el rostro para simular un beso “amistoso”. 

Lo mismo hicieron los otros dos mayores generales, sólo mostraron respeto y subordinación con “mano en saludo militar” ante el dictador, no así ante la codictadora.

Y luego, durante la entrega del bastón de mando, símbolo de la autoridad sobre las fuerzas militares, sólo Ortega se lo entregó a Avilés, Murillo quedó viendo desde su silla, y para cerrar el simbolismo de no subordinación total a la esposa del dictador, a la hora de pasar revista a las tropas, Murillo no fue invitada, la dejaron en su tarima viendo de lejos mientras Ortega y Avilés pasaron frente a los bloques militares.

En la terminología militar, pasar revista a las tropas es la expresión de autoridad por parte de los jefes y subordinación y respeto por parte de los soldados. “Es cuando  las tropas le rinden honores a sus comandantes” dice el concepto militar..

Ni la nueva Constitución no hace cuadrarse a militares ante Murillo

Según las reformas constitucionales ordenadas por los dictadores, el país ahora es “gobernado” por una presidencia confirmada por un presidente y una copresidenta. Y en el artículo 83 establece que “el Ejército de Nicaragua está bajo el mando de la Presidencia de la República como Jefatura Suprema”.

Por tanto, Murillo tiene el mismo estatus de jefa suprema del Ejército que Ortega, pero en la práctica, los generales no mostraron la misma cortesía militar para ambos. Es decir, ni el precepto constitucional hace que los uniformados se cuadren ante su nueva jefa.

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En junio del año pasado, Humberto Ortega, antes de ser secuestrado en su propia casa por órdenes de su hermano y su cuñada, había advertido que Murillo ni ninguno de sus hijos estaba en capacidad de asumir el poder en Nicaragua una vez desaparecido Ortega. Y predijo que en ese caso el Ejército asumiría el poder para convocar a elecciones. El general estaba convencido que los militares no se subordinarian a Murillo ni a sus hijos. El veterano general murió privado de libertad en el hospital militar.

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