Expresidente de Costa Rica: En Nicaragua hay una dictadura abominable, despótica y criminal
El expresidente costarricense Luis Guillermo Solís describió a la dictadura de Ortega y Murillo como "abominable, atroz, despótica y criminal de lesa humanidad", un reflejo del repudio internacional que ha generado
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- febrero 19, 2025
- 01:21 PM
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La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo es “abominable, atroz, despótica, brutal y criminal de lesa humanidad”. Con esos duros términos se refirió el expresidente costarricense Luis Guillermo Solís al régimen familiar que ostenta el poder en Nicaragua. Esta declaración demuestra el nivel de repudio que provoca este régimen y explica porqué está cada vez más aislado y rechazado por las democracias, incluso por la propia izquierda internacional.
El matrimonio Ortega Murillo ha experimentado un creciente aislamiento internacional desde 2018, cuando mostró su rostro más brutal ordenando reprimir con armas de guerra las protestas sociales que estallaron en abril de ese año. Estas manifestaciones dejaron al menos 355 muertos, según los datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde entonces, las democracias del mundo y los gobiernos y organizaciones de la izquierda internacional han mostrado su rechazo al régimen sandinista y, en ese contexto, las declaraciones del exmandatario Solís, que gobernó Costa Rica entre 2014 y 2018, no son más que una muestra de cómo el mundo ve a los dictadores nicaragüenses.
“No es innecesario que yo reitere la brutalidad, la atrocidad de la dictadura en Nicaragua. Yo nunca esperé afirmar, como lo he dicho en otros momentos, que el régimen de Ortega y Murillo fuera peor que el de (el dictador Anastasio) Somoza, que no se atrevió a llegar a los extremos en que han llegado estos”, dijo Solís este martes 18 de febrero durante la conferencia “La justicia universal: un camino fundamental para Nicaragua", organizada por la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), en Costa Rica.
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El expresidente recordó que las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad por los que es señalado el régimen sandinista “han sido absolutamente constatados, tanto por los organismos multilaterales, en el marco de las Naciones Unidas, como por grupos de expertos internacionales”.
Aislado y repudiado
Ortega y Murillo, que, bajo la nueva figura de presidencia, ahora con el mismo rango de poder, no asisten a cumbres ni reuniones regionales porque ninguna fuerza política los respalda públicamente. En la región solo cuentan con el apoyo de sus homólogos tiranos Nicolás Maduro, de Venezuela y Díaz-Canel de Cuba.
Para el político opositor en el exilio y dirigente de la Unidad de Concertación Democrática (UCD), la valoración hecha por el exmandatario Solís sobre la dictadura de Nicaragua es muy acertada y refleja la visión que tiene la comunidad internacional sobre la verdadera cara de la tiranía sandinista instaurado por Ortega y Murillo.
Mairena recordó que recientemente el Parlamento Europeo, que es la confluencia de las democracias en Europa, fue tan contundente como Solís al emitir una resolución que recomienda tratar a los tiranos de Nicaragua como lo que son: “criminales de lesa humanidad” que deben ser llevados ante la justicia internacional. “Es una muestra de cómo se percibe desde la comunidad internacional a la dictadura: es vista como una dictadura a secas”, enfatizó Mairena.
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El opositor exiliado recordó, además, que el sandinismo con sus líderes a la cabeza, también son repudiados por la izquierda internacional que los ve como criminales antidemocráticos. Gobiernos de corte ideológico izquierdista como el de Colombia con el exguerrillero Gustavo Petro, o el de Chile con el joven socialista Boric, así como el exmandatario uruguayo José “Pepe” Mújica, que se convirtió en un referente de la izquierda regional, han catalogado a Ortega-Murillo y al Sandinismo como una dictadura criminal alejada de los principios de la izquierda.
Incluso, señaló Mairena, el aislamiento del régimen de Managua es tal que ni la Internacional Socialista, que es la mayor organización mundial de la izquierda, quiere saber de Ortega y su régimen desde 2029, cuando lo expulsaron bajo el argumento de ser una “dictadura asesina”, concluyó el opositor.