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La africanización de la diplomacia Ortega-Murillo: una fachada de legitimidad internacional

La dictadura Ortega-Murillo presume de relaciones con los 54 países de África, en realidad solo tiene embajadas en seis desde donde gestiona vínculos con 16 países. Analistas califican estos nexos como oportunistas, para aparentar apoyo internacional

Diplomacia oportunista
Ortega practica una diplomacia oportunista con los países africanos
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • febrero 04, 2025
  • 12:00 AM

La dictadura de Danel Ortega y Rosario Murillo implementa una estrategia de “expansión” de sus representaciones diplomáticas ante países del continente africano. En ellos busca aliados que le aporten "legitimidad" ante las condenas o cesuras en los organismos internacionales. En realidad, esas nuevas relaciones son tratadas a muy bajo nivel, pues la mayoría de los países con los que ha establecido vínculos ni cuentan con representación diplomática de Nicaragua, solo los “utiliza” para simular aceptación internacional, sostienen analistas. 

Como parte de la africanización de la diplomacia, el régimen Ortega-Murillo presume la firma de protocolos de relaciones diplomáticas con los 54 países de África, pero hasta ahora solo ha establecido embajadas en Angola, Argelia, Burkina Faso, Etiopía, Sudáfrica y Zimbabue, desde donde son atendidos solamente 19 países con embajador concurrente. Casi todos los designados son "diplomáticos empíricos", es decir, sin ninguna experiencia en el servicio exterior. Los otros 30 países restantes no tienen ningún tipo de representación nicaragüense. 

Para analistas consultados por DESPACHO 505, esa  maniobra de Ortega en su estrategia diplomática no es más que una muestra clara de su aislamiento internacional. El envío de embajadores a países pequeños o pobres de África, cuyas relaciones no benefician en nada Nicaragua, Ortega en realidad pone en evidencia su política oportunista , pues él sí se beneficia para pedirles apoyo en los organismos internacionales. Le sirven para simular aceptación internacional.

El politólogo y dirigente opositor desterrado por la dictadura, Félix Maradiaga, añade que el reciente acercamiento de la dictadura Ortega-Murillo con África no responde a una estrategia legítima de relaciones multilaterales, como debería ocurrir en cualquier democracia, sino a tambien a su “obsesión por aliarse con regímenes que comparten su desprecio por las libertades fundamentales”.

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Recordó que la dictadura de Managua abre embajadas en África mientras cierra consulados en ciudades importantes de  Estados Unidos por la presencia de una numerosa diáspora nicaragüense.

Critica que miles de nicargüenses que necesitan servicios consulares han quedado en el abandono, mientras la dictadura  establece relaciones con países donde Nicaragua no tiene oportunidades reales ya sea comerciales, migratorios o culturales.

“Este giro diplomático no es más que otro intento del régimen de aislarse de las democracias liberales y desafiar a Estados Unidos y sus aliados, buscando refugio en alianzas con gobiernos afines a su modelo autoritario”, opina Maradiaga.

Maradiaga insistió en que bajo un gobierno democrático, fortalecer lazos con África no sería problemático, no obstante, lo que resulta cuestionable es que la dictadura use la diplomacia como una “herramienta para consolidar su estrategia de confrontación contra las democracias y para (tratar de) blindarse frente a las crecientes sanciones internacionales”.

Por su parte, un exfuncionario de la Cancillería de Nicaragua que pide bajo anonimato, coincidió con Maradiaga en que la nueva amistad con países africanos no benefician en nada a el país, pues son economías muy pequeñas que no tienen capacidad para comerciar con Nicaragua, pero sí benefician al régimen dictatorial.

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“Ortega busca apoyo que en esos países para que lo respalden contra los señalamiento por violaciones de los derechos humanos y escapar al escrutinio y censura tanto en el Consejo de Derechos Humanos como en la Asamblea General de las Naciones Unidas”, apunta el exfuncionario de la Cancillería.

Para el dirigente opositor exiliado Héctor Mairena, esta estrategia diplomática busca llenar con cifras el vacío dejado por el aislamiento internacional del régimen, impuesto por países democráticos en rechazo a sus violaciones sistemáticas de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y el desmantelamiento del Estado de Derecho.

La política exterior de la dictadura Ortega-Murillo tiene dos componentes: el primero es “buscar cómo afianzar su alianza con Rusia, China, Irán, lo que hace en una huida hacia delante, ante el rechazo, repudio, la condena de la comunidad internacional”. Y el segundo es el establecimiento de relaciones con países “aliados de sus aliados”, pero que en términos de beneficios para Nicaragua no generan ninguno", aporta Mairena.

Los aliados africanos de Ortega

Lo analistas coinciden que Ortega trata a los países africanos con verdadero oportunismo, y una prueba de ello es que apenas  en seis de esas naciones tiene sede con misiones diplomáticas.

Este medio de comunicación consultó los nombramientos de embajadores en África en la Gacet,a Diario Oficial, y constató que, efectivamente de los 54 países que conforman ese continente solamente 20 cuentan con representación diplomática de Nicaragua, 13 de ellos con embajador concurrente y seis con embajada en el territprio.

En el caso de los embajadores nombrados, se trata de funcionarios jóvenes sin carrera diplomática como es el caso del exdirigente de la sandinista Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua, Luis Andino, quien fue nombrado embajador residente en Burkina Faso, desde también ejerce como embajador concurrente ante Togo, Nigeria, Níger, Ghana y Benín.

Otro diplomático empírico es Carlos Díaz que es residente en Argelia y concurrente ante la República Árabe Sarhrahuí democrática y en Túnez, 

Mientras que la joven exvicealcaldesa de la Costa Caribe, Nadeska Cuthbert, ha recibido nombramientos como embajadora en cinco países: residente en Zimbabwe y concurrente ante Burundi, Malawi, Rwanda y Zambia.

Solo entre estos tres noveles diplomáticos de la dictadura, controla las relaciones diplomáticas con 13 de los 19 en los que la dictadura tiene nombrados representantes. Los analistas consultados coinciden en que ese tratamiento que Ortega da a las relaciones con esos países demuestra la importancia que les asigna y que solo los quiere para simular aceptación internacional y pedirles apoyo cuando son señalados de violadores de derechos humanos o criminales de lesa humanidad.

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