Monseñor Canales: La dictadura Ortega-Murillo quisiera a una Iglesia católica sumisa

Monseñor Canales recordó que aun cuando la situación en Nicaragua parece incierta por la consolidación del régimen totalitario, la historia ha demostrado que regímenes que parecían indestructibles cayeron.

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  • enero 31, 2025
  • 10:45 AM

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo intensifica su persecución contra la Iglesia Católica en Nicaragua, recurriendo a tácticas de terror como espionaje en templos, intimidación a sacerdotes, asaltos y saqueos de propiedades eclesiásticas, además de expulsiones inmediatas, como la reciente orden contra la congregación de monjas clarisas, la rama femenina de los franciscanos.

Detrás de esto hay un plan claro de exterminar a cualquier institución de goce de simpatía entre la población, pues los dictadores esperan tener un culto absoluto, dice a DESPACHO 505 el obispo de la Diócesis de Danlí, Honduras, monseñor Antonio Canales.

"No quieren que ninguna institución tenga simpatías en el pueblo, solamente ellos (la dictadura). La Nicaragua que viene es una donde nadie le dará nada al pueblo si no es el Estado", sostiene el religioso.

Según Canales, el problema de la dictadura Ortega-Murillo con la Iglesia católica es que la quisiera sumisa o, en su defecto, su completa eliminación.

"La Iglesia católica de Nicaragua ha sido la institución más respetable del país y en el país más católico de Centroamérica solo le quedan dos caminos: o es una Iglesia sumisa o simplemente desaparece como institución", analiza el obispo al referirse a las más recientes acciones contra denominaciones católicas, como es el caso de las monjas clarisas, quienes fueron sacadas de sus templos de Managua, Chinandega y Matagalpa y expulsadas del país a pesar de nunca haberse expresado opinión sobre la crisis sociopolítica que atraviesa el país.

"Las religiosas de oración y contemplación nunca han dicho ni media palabra de política, pero tienen la simpatía del pueblo, y eso molesta a un régimen que quiere que toda la simpatía sea solo para ellos", razona el obispo hondureño.

No hay regímenes indestructibles

Sobre la fe del pueblo ante la represión, Canales aseguró que la persecución solo la fortalecerá. "Pueden confiscar, saquear y robar instituciones de la Iglesia, pero donde nunca podrán entrar es en el corazón de los católicos nicaragüenses", sostuvo.

El obispo recordó que aun cuando la situación en Nicaragua parece incierta por la consolidación del régimen totalitario, la historia ha demostrado que regímenes que parecían indestructibles cayeron.

"Un ejemplo es el régimen sirio, ellos creían que iban a estar allí por los siglos de los siglos, y de la noche a la mañana, cuando menos lo esperábamos cayó. Ese régimen estaba endiosado y ahí está en el suelo. Que el Señor nos ayude para ver lo mismo en Nicaragua también", expresó con esperanza.

Canales, quien ha acogido a sacerdotes desterrados en su diócesis en Honduras, reafirmó su compromiso con la Iglesia perseguida y lamentó que los religiosos nicaragüenses no puedan ejercer su ministerio en su propia tierra. "Nos duele que estén aquí cuando deberían estar en Nicaragua, pero la vida es así. Con mucho gusto los recibimos y seguimos en oración por el pueblo nicaragüense".

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