Mauricio Funes, el expresidente salvadoreño que murió prófugo de la justicia

Mauricio Funes fue condenado a 20 años de cárcel en tres procesos penales, todos ellos relacionados con actos de corrupción, por malversar 351 millones de dólares.

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Mauricio Funes, el expresidente salvadoreño prófiugo de la justicia de su país, murió en Managua.
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • enero 22, 2025
  • 09:31 AM

El 29 de mayo de 2023, la justicia de El Salvador condenó en ausencia a 14 años de cárcel al expresidente y periodista Mauricio Funes Cartagena. La vida no le alcanzó para pagar esa sentencia ni otras dos condenas que todas juntas sumaban 20 años de cárcel. La justicia salvadoreña le reclamaba a Funes Cartagena 351 millones de dólares malversados durante su mandato (2009-2014).

Funes, un periodista que entró a la política de la mano del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), cuyo “mérito” fue llevar a la izquierda salvadoreña a la presidencia de su país por primera vez como partido político en tiempo de paz en la historia de El Salvador.

Le sucedió Salvador Sánchez Cerén, un exguerrillero de FMLN, que protegió a Funes, hasta que su partido perdió las elecciones en el 2019, dando paso a Nayib Bukele, actual mandatario, quien se dio la tarea de perseguir a Funes hasta lograr su condena.

Este 21 de enero en Managua falleció Funes a sus 65 años, como un prófugo de la justicia de su país, sin cumplir ninguna de las sentencias emitidas por el Poder Judicial de El Salvador.

Funes, de la TV a la presidencia 

Nacido en San Salvador, el 18 de octubre de 1959, el mismo año en el que Fidel Castro asaltó por las armas el poder en Cuba, Carlos Mauricio Funes Cartagena inició estudios de periodismo en la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", pero no los terminó; sin embargo, se dedicó a esa profesión por lo que fue conocido en su país como periodista y presentador de televisión desde los años 80, cuando su país se ahogaba en una cruenta guerra civil entre el FMLN y el Estado, gobernado por la derecha.

Funes fue el primer periodista en entrevistar a un comandante guerrillero salvadoreño en 1988, trabajando para el noticiero Al Día, de Canal 12, de El Salvador. Se trató de Joaquín Villalobos, a quien entrevistó en Costa Rica, y desde entonces nació su cercanía con ese movimiento guerrillero que tras los acuerdos de paz de 1990, se convierte en partido político. Algunos biógrafos han señalado que Villalobos fue quien lo reclutó para el FMLN.

Ya siendo un declarado izquierdista, Funes se convirtió en un periodista crítico y frontal contra los gobiernos de la Alianza Republicana Nacional (Arena), y se dedicó a ensalzar a la izquierda latinoamericana, dándole voz en sus entrevistas a personalidades de esa ideología. Entre sus entrevistados destacan Fidel Castro y Lula da Silva.

En tanto, el FMLN había intentando en tres procesos electorales llegar al poder sin lograrlo, por el rechazo popular a los candidatos, todos excomandantes guerrilleros, por eso, la dirigencia farabundista echó mano de un personaje que por ser presentador de televisión y un crítico de los gobiernos anteriores, era bastante popular, y no cargaba con el estigma de haber empuñado las armas en la guerra: Mauricio Funes, y de esa manera en septiembre de 2007 es anunciado oficialmente como candidato oficial del FMLN para la presidencia salvadoreña, haciendo fórmula con el excomandante guerrillero Salvador Sanchez Cerén, como vicepresidente.

En las votaciones de 2008, Funes se alza con la victoria, acaparando el 51 por ciento de los votos, y prometió una era de prosperidad para el Salvador. No cumplió en sus cinco años de gobierno, pero sí logró enriquecerse él y su círculo de allegados, principalmente los dirigentes del FMLN, según la justicia salvadoreña.

Funes fue quien restableció relaciones de su país con Cuba, se acercó a Lula, estrechó lazos con Daniel Ortega, el dictador de Nicaragua y mantuvo relaciones cercanas con Hugo Chavez, de Venezuela. Además, permitió el establecimiento de varias empresas fundadas en ese país por el tesorero del Frente Sandinista, Francisco (Chico) López, señalado en Nicaragua por ser uno de los principales testaferros de la familia dictatorial Ortega-Murillo.

Su plan de gobierno contenía réplicas de promesas hechas en Brasil, Venezuela y Nicaragua. Enarboló programas como "casas para todos”, subsidio energético, programas de apoyo a mujeres, salud gratuita para todos, austeridad estatal y seguridad ciudadana.

Como parte de su política de seguridad ciudadana lanzó el plan "Política Nacional de Justicia, Seguridad Pública y Convivencia", que, terminó en una negociación con las pandillas salvadoreñas conocidas como “maras”, mediante la cual los pandilleros se dividieron el territorio nacional y operaban libremente, bajo la promesa de no atacarse entre ellas (Mara Salvatrucha y Mara 18-revolucionarios).

Analistas del país más pequeño de Centroamérica han señalado que todo quedó en promesas y que el famoso plan de convivencia con las pandillas terminó fortaleciendo el crimen en esa nación que llegó a ser el país más violento del mundo bajo el gobierno del FMLN.

Corrupción, enriquecimiento ilícito y huida

El ahora difunto Funes entregó el poder en 2014, y tras su salida de la presidencia le llovieron señalamientos de corrupción, principalmente malversación de fondos, enriquecimiento ilícito al amparo del poder y hasta de recibir sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.

Conociendo que se le venía encima una avalancha de acusaciones por corrupción, Funes huyó de su país en 2016. El régimen de Daniel Ortega le otorgó asilo político a él, su pareja Ada Mitchell Guzmán y a tres de sus hijos, el 6 de septiembre de ese año.

En ese momento, la dictadura Ortega-Murillo justificó que amparó a Funes por «estar en peligro su vida e integridad física y la de su familia por luchar en pro de la democracia, la paz, la justicia y los derechos humanos y en su filiación política en la República de El Salvador».

Una de las primeras acusaciones que lo llevaron a un proceso por la vía civil, fue la malversación para enriquecimiento ilícito propio y su círculo de allegados de más de 350 millones de dólares.

El 8 de junio de 2018, la Fiscalía General de la República de El Salvador ordenó la captura de Funes, varios de sus exfuncionarios y familiares acusados de participar en “actos de corrupción mediante los cuales se apropiaron indebidamente de fondos del Estado de 351 millones de dólares”, dice la acusación.

La Policía Criminal Internacional (Interpol)  fue alertada para que colaborara con la captura del indiciado expresidente y pese a que Nicaragua es parte de la Interpol, Ortega ignoró la solicitud de colaboración y por el contrario ofreció refugio al delincuente.

“Funes es persona de interés” para El Salvador y también “se va a solicitar la extradición” del exmandatario y los familiares que lo acompañan”, dijo entonces la Fiscalía salvadoreña

Ortega respondió acuerpando al exmandatario izquerditsa a quien finalmente le otorgó la nacionalidad nicaragüense según consta en la Resolución 31-19 de la Dirección General de Migración y Extranjería, publicada en La Gaceta, Diario Oficial, del martes 30 de julio de 2019.

Y pese a haberse convertido en “ciudadano nicaragüense”, desde Nicaragua siguió  manteniendo una posición hostil a la gestión del gobierno de Nayib Bukele, incluso, en abril del año pasado, anunció su intención de volver a su país para buscar la presidencia de nuevo en 2029.

Condenado

Funes fue investigado por numerosos actos de corrupción comentidos durante su mandato de cinco años. Fue encontrado culpable de enriquecimiento ilícito y condenado a restituir los fondos adquiridos durante su mandato.

Además, el 29 de mayo de 2023, fue condenado a 14 años de prisión por negociaciones relacionadas con las treguas entre pandillas que hizo mientras estaba en la presidencia.

También, en julio de 2023 fue condenado seis años de cárcel por evadir impuestos en el 2014; según una auditoría realizada por el Ministerio de Hacienda de aquel país, el expresidente declaró información falsa y el monto que Funes evadió fue de $85,157.25 más multas e intereses que suman $200,449.52 dólares.

Le abrieron causa en 4 casos penales más, debido a la “sustracción” de $351 millones de fondos públicos; además, acusaciones de sobornos al fiscal general de la República; malversación de fondos, lavado de dinero y asociaciones ilícitas por irregularidades en la construcción de la presa El Chaparral.

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