La “copresidencia” en Nicaragua institucionaliza el poder absoluto de Ortega y Murillo

Nicaragua tendrá dos “copresidentes” que son marido y mujer: Daniel Ortega y Rosario Murillo. Así queda plasmado en la reforma a la Constitución Política que empieza a aprobar esta semana en segunda legislatura la Asamblea Nacional. Tendrán control absoluto y todos los poderes del Estado quedan subordinados a la voluntad de la Presidencia de la República con el mando repartido a partes iguales en la pareja dictatorial.   

Este cambio en la Constitución es una aberración jurídica, según opositores consultados por DESPACHO 505. Para el politólogo y opositor Félix Maradiaga, estos cambios a la Carta Magna representan la obsesión histórica de Daniel Ortega y Rosario Murillo por instaurar un modelo de partido-Estado que desde el 2007 se viene gestando.  

“Lo que vemos hoy con la aprobación de esta reforma constitucional, que en realidad es una nueva Constitución, es la consumación de ese plan totalitario que el sandinismo jamás abandonó. Desde sus inicios, el Frente Sandinista no tuvo una vocación democrática genuina”, explica el también excarcelado político de la dictadura. 

Antes de esta reforma, Nicaragua, según la Constitución, en Nicaragua había un presidente y un vicepresidente por un período de cinco años.  

Con estas reformas queda establecida la figura de un “copresidente” y una “copresidenta” para un periodo de seis años.

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“La creación de una copresidencia es una aberración jurídica que institucionaliza el poder absoluto de esta pareja dictatorial, destruyendo cualquier posibilidad de balance democrático o de rendición de cuentas”, advierte Maradiaga.

Se acabó la independencia de poderes

Por su parte Alexa Zamora, exiliada y activista política dijo que las reformas a la Constitución Sefueron diseñadas con el objetivo de "legalizar" el funcionamiento estatal que de facto ya se encontraba centralizado en el ejecutivo. 

“Este modelo de copresidencia no es más que una forma burda de querer enmascarar el modelo casi monárquico en el cual Ortega y Murillo deciden todo lo que pasa en el país”, denuncia. 

Los opositores insisten en que la función asignada al poder Ejecutivo de "coordinar" al Poder Legislativo, Judicial y Electoral viola el concepto mismo de Estado de Derecho que se fundamenta en la independencia de poderes.  

Maradiaga dice que este cambio constitucional es un ataque frontal contra la democracia, los derechos humanos y la dignidad de un pueblo que lleva décadas luchando por su libertad.