Nicaragua, el único país de América en el Índice Mundial de Persecución 2025: un régimen que silencia a la Iglesia
Daniel Ortega es identificado como el "católico" que hace más daño a la Iglesia por considerarla subversiva para su pretensión de poder absoluto.
- Managua, Nicaragua
- enero 07, 2025
- 09:47 AM
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Nicaragua se ha convertido en el único país del continente americano que figura en el Índice Mundial de Persecución 2025 por la creciente opresión a las iglesias, especialmente la Católica, considerada una enemiga por el régimen de Daniel Ortega.
El informe elaborado por la organización Preocupación Cristiana Internacional señala que, en Nicaragua la Iglesia Católica ha sido considerada como un enemigo político del Estado, y la represión de la libertad religiosa ha ido en aumento. En este contexto, el informe destaca: “En Nicaragua, donde la Iglesia Católica es vista como un enemigo político del Estado, los dictadores de todo el mundo parecen intensificar su enfoque en controlar la religión o eliminar el cristianismo por completo”.
El Ministerio del Interior es señalado como la principal entidad represiva en el país, ha jugado un papel crucial en la supresión de las actividades religiosas. Este ministerio regula a las organizaciones sin fines de lucro y religiosas, y ha impuesto restricciones severas, especialmente a las visitas de figuras religiosas extranjeras y misioneros.
En 2023, el régimen revocó las personerías jurídicas de más de 300 organizaciones religiosas, lo que afectó principalmente a las iglesias evangélicas, pero también a grupos católicos y otras denominaciones. Además, el régimen ha confiscado los bienes de estas organizaciones, aumentando su control sobre la vida religiosa del país.
Daniel Ortega, el "católico" que más hace daño a la Iglesia
Daniel Ortega es identificado como la persona que hace más daño en el país. “Ortega ha llevado al país por un camino de creciente autoritarismo y animosidad hacia la iglesia cristiana, tanto católica como evangélica”, denuncian. Este fenómeno se ha intensificado tras las protestas de 2018, cuando la Iglesia desempeñó un rol clave en la denuncia de las violaciones de derechos humanos y la violencia estatal. Ante la amenaza de represalias, muchos líderes religiosos se han visto obligados a abandonar el país.
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Aunque Ortega dice profesar la fe católica, su régimen ha mostrado un firme antagonismo hacia las instituciones religiosas. A pesar de que Nicaragua es un país con una población predominantemente cristiana, con un 50% de católicos y un 33% de evangélicos, Ortega considera a la Iglesia una amenaza.
“Ortega ha liderado el nuevo antagonismo del país hacia la Iglesia, a la que considera subversiva para su pretensión de poder absoluto", agrega. Desde la reforma constitucional de 2014, que permitió a Ortega mantenerse en el poder indefinidamente, la relación entre el Estado y las instituciones cristianas se ha deteriorado aún más. Nicaragua vive bajo un régimen que "busca silenciar a la Iglesia, socavando su rol social y político".
Persecución religiosa en Nicaragua
Uno de los eventos más dramáticos de esta persecución ha sido el exilio forzado de sacerdotes y obispos, quienes se han visto obligados a abandonar el país para evitar represalias. Otros han sido desterrados por la dictadura.
Estos clérigos han sido señalados como enemigos del régimen, principalmente por su postura crítica hacia las políticas represivas de Ortega. Según el informe, este fenómeno se considera parte de un esfuerzo por silenciar las voces disidentes y controlar la influencia de la Iglesia en la sociedad. El caso más representativo es el destierro de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa.
El encarcelamiento y exilio de los religiosos han sido acompañados de una campaña de hostigamiento mediático, donde los opositores y aquellos vinculados a la Iglesia son tratados como traidores o agentes de la "intervención extranjera". Esta persecución ha generado una crisis en la libertad religiosa en el país, donde la Iglesia Católica y las organizaciones cristianas enfrentan un cerco cada vez más estricto.