El régimen negocia con los talibanes apertura de embajada

Los embajadores de Nicaragua y Afganistán crearon un comité de trabajo para dar seguimiento al desarrollo de relaciones políticas y económicas entre ambos países.

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Foto tomada de medios oficialistas
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • diciembre 19, 2024
  • 09:50 AM

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo inició el proceso de negociación con el régimen talibán de Afganistán, para la apertura de embajadas entre ambos países, marcando un precedente históricos en la región centroamericana.

Managua había designado a Michael Campbell, embajador en China, como embajador no residente en Afganistán, para gestionar los asuntos relacionados con Kabul.

Este 18 de diciembre el embajador de Nicaragua en Irán, Ramón Moncada Colindres, sostuvo un encuentro con su homólogo talibán, Fazal Mohammad Haqqani, para fortalecer las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en Kabul y Managua.

Durante el encuentro acordaron establecer un comité de trabajo conjunto para dar seguimiento al desarrollo de relaciones políticas y económicas, y para "fomentar los vínculos" entre los talibanes y Nicaragua.

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Sin embargo, expertos nicaragüenses consideran que el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre el régimen sandinista y el talibán es un paso dañino para Nicaragua, pues se está vinculando al país con una organización reconocida como terrorista.

Regímenes totalitarios

Nicaragua es el segundo país, después de China, en establecer relaciones diplomáticas diplomáticas con los talibanes, lo que a criterio del analista político Félix Maradiaga, responde a una estrategia de Ortega "para sortear el progresivo aislamiento internacional que sufre desde 2018".

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El acercamiento de Ortega con el régimen talibán genera preocupación en la región, especialmente a Estados Unidos, ya que marca su postura de ser parte del bloque de regímenes totalitarios, CON un control centralizado del poder, limitación de las libertades individuales y políticas, y constantes críticas por sus violaciones de derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión, prensa y reunión, y que tiene un alto costo político y económico para Nicaragua.

El régimen talibán, por su parte, busca la legitimidad internacional que perdió en el 2021, después de que todos los países retiraran sus embajadas.

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