La dictadura Ortega-Murillo destierra a monja nicaragüense por traición a la patria

Autoridades migratorias mexicanas le informaron a la monja Azucena Bracamonte Valle que no podía abordar el avión porque las autoridades nicaragüense habían prohibido su ingreso al país por estar acusada por el delito de traición a la patria.

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  • diciembre 12, 2024
  • 04:48 AM

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo desterró a la misionera nicaragüense, Azucena Bracamonte Valle, de 57 años, originaria de Río Blanco, Matagalpa, supuestamente por considerarla traidora a la patria.

La religiosa, quien llevaba dos años fuera de Nicaragua, fue impedida de regresar al país el pasado 5 de diciembre de 2024, cuando las autoridades migratorias nicaragüenses informaron a las autoridades de México que no le permitieran abordar el avión. Bracamonte viajaba desde Roma, Italia, haciendo escala en México. Según medios locales, indicaron que la religiosa pretendia pasar dos meses de vacaciones con sus familiares en Río Blanco.

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En México, funcionarios migratorios le notificaron que no podría continuar su viaje a Nicaragua debido a que había sido acusada en su país por “traición a la patria”. Desde febrero del 2023, el dictador Daniel Ortega utiliza la figura de traición a la patria para desterrar a nicaragüenses que considera un peligro para su régimen dictatorial.

Además, desde finales del 2018, Ortega ha expulsado a religiosos y ha prohibido el ingresos de sacerdotes nicaragüenses que se encontraban en el exterior. De acuerdo con el registro de la investigadora Martha Molina, en los últimos cinco años han salido de Nicaragua 156 sacerdotes y 91 monjas, ya sea por exilio (65), expulsados (9), porque se les impidió su ingreso al país una vez que salieron (34) y por destierro (48).

La hermana Azucena Bracamonte Valle se suma así a la lista de cientos de nicaragüenses forzados al exilio o desterrados en los últimos años bajo acusaciones de conspiración, traición a la patria y otros cargos utilizados por el régimen para silenciar voces disidentes.  

Violación a sus derechos humanos

Organizaciones de derechos humanos han denunciado como una clara violación a los derechos fundamentales la maniobra política de la dictadura Ortega-Murillo de desterrar a nicaragüenses bajo la presunción de ser traidores a la patria.

En la misma sintonía, líderes religiosos latinoamericanos también han expresado su preocupación por el creciente autoritarismo del régimen sandinista en Nicaragua por la persecución a miembros de la Iglesia Católica.

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El destierro de Bracamonte Valle ocurre en un contexto de intensificación de la represión en Nicaragua, donde el régimen ha endurecido las medidas contra ciudadanos que intentan regresar al país tras períodos en el extranjero.

Recientemente, el papa Francisco instó desde Roma a seguir "el camino del diálogo constructivo respetuoso para promover la paz, la fraternidad y la concordia" en Nicaragua y pidió oraciones por la Iglesia y el pueblo nicaragüense.

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