La Arquidiócesis de Managua rompe dos años de silencio para agradecer “buena voluntad” del régimen por restaurar una imagen

La Arquidiócesis de Managua que dirige el cardenal Leopoldo Brenes rompió 25 meses de silencio para agradecer la “buena voluntad” del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo por colaborar en la restauración de la imagen del Cristo Resucitado de la parroquia Santo Domingo de Guzmán del centro histórico de Managua, que sufrió algunos desprendimientos.  

La imagen forma parte de un mural que es patrimonio nacional de Nicaragua. Por el paso del tiempo “se produjo un desmoronamiento de una parte de la escultura”. El templo ha sido visitado por las máximas autoridades edilicias y del Ministerio de Cultura, quienes además de constatar el suceso, “dispusieron tomar medidas de cuidado y seguridad del resto de la obra e iniciaron los estudios que conducirán a la restauración de dicho mural”. 

“Agradecemos la buena voluntad y acciones en favor de la restauración de parte de las autoridades edilicias y del gobierno central”, expresó la Arquidiócesis en un comunicado.

El último comunicado que había publicado la Arquidiócesis de Managua había sido el 17 de septiembre de 2022 cuando confirmó la prohibición de las procesiones en las fiestas patronales de Masaya en honor a San Jerónimo.  

Desde entonces, la comunicación de la Arquidiócesis de ha concentrado en compartir meramente actividades eclesiásticas, notas de duelo y algunos cambios en el clero. Ninguna referencia a la crisis sociopolítica y la persecución del régimen a la Iglesia católica.  

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No se pronunciaron ni cuando la dictadura señaló a esta Arquidiócesis de supuesto lavado de dinero, abrió una investigación policial y ordenó congelar las cuentas bancarias. 

Tampoco compartieron la reciente carta del papa Francisco a Nicaragua con motivo de la celebración de la Purísima en la que reconoce las “dificultades”, “incertidumbres” y “privaciones” que atraviesa la Iglesia y recuerda que “la libertad de los hijos y las hijas de Dios nadie la puede arrebatar”. 

Conferencia Episcopal callada 

Por su parte, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) también ha guardado silencio, pese al encarcelamiento masivo de sacerdotes y el reciente destierro de su presidente, monseñor Carlos Herrera, obispo de Jinotega.  

La última carta pastoral de la CEN se publicó el 24 noviembre del año pasado con monseñor Rolando Álvarez y varios sacerdotes presos, pero no hizo referencia a los ataques del régimen. 

La CEN tampoco ha compartido la carta del Papa y no ha sido leída en ningún templo del país. 

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Las autoridades de la Iglesia católica orientaron a las parroquias de diferentes diócesis del país no difundir en sus medios digitales y redes sociales la carta pastoral enviada este lunes por el papa Francisco por temor a “represalias” por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

La información fue confirmada a DESPACHO 505 por la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, quien señaló que “no se le está dando difusión para que “no haya esa sed de venganza” por parte del aparato represor del régimen.