La Policía Orteguista continúa “intimidando y amenazando” a los sacerdotes
A los religiosos se les prohíbe mencionar en las misas los nombres de los jerarcas Silvio Báez y Rolando Álvarez.
- octubre 28, 2024
- 02:07 PM
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Los sacerdotes de Nicaragua siguen sufriendo asedio, intimidación y amenazas por parte de agentes policiales que les prohíben abordar temas políticos, democracia o leyes en las homilías y reuniones, denunció la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.
Molina, autora de la serie de informes Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, indicó que a los sacerdotes también se les prohíbe mencionar en las misas los nombres de los obispos Silvio Báez y Rolando Álvarez.
“A los sacerdotes del norte del país les han preguntado si tienen alguna información o comunicación con el obispo Rolando Jose Alvarez. Les han pedido información (nombres, direcciones, lugares de trabajo, entre otros) de familiares y de miembros de los grupos parroquiales, también información de los monaguillos). Han llegado a algunas casas de formación donde han obligado a seminaristas a llenar fichas de información. Tienen que seguir reportando los lugares que asisten, sean visitas familiares, personales o religiosas”, denunció Molina.
La abogada manifestó que a los sacerdotes dentro de Nicaragua les han prohibido tener comunicación con los religiosos que se encuentran fuera del país, a los que el régimen acusa de “golpistas”.
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Sobre la situación de religiosas, la investigadora aseguró que “varias de ellas han tenido que abandonar el país en las últimas semanas”, principalmente aquellas que eran parte de las organizaciones no gubernamentales a las que el régimen les canceló la personería jurídica, y que las pocas que se han quedado “están amenazadas”.
“Toda la intimidación tiene con preocupación, temor y zozobra a los religiosos y religiosas. En Nicaragua nada está normal, menos para la Iglesia Católica”, reiteró Molina.
Sacerdotes narran agresiones
En la quinta entrega del informe Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, la investigadora recoge el testimonio de un sacerdote que ahora está en el exilio, quien relata como paramilitares lo amenazaron con un arma y lo golpearon.
“Un domingo iba en mi camioneta a visitar una comunidad, de repente fui interceptado por paramilitares que se transportaban en camionetas Hilux, ellos comenzaron a dar golpes a mi vehículo y me obligaron a bajarme a empujones, con violencia. Me amenazaron de que me iban a matar si continuaba denunciando en mis homilías dominicales. En ese momento me comenzaron a dar golpes, patadas por todo el cuerpo, me amarraron de pies y manos y era amenazado con los fusiles AKA que ellos andaban”, relató el religioso.
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Otro de los documentos en los que se recogen testimonios de varios sacerdotes que han hablado bajo condición de anonimato es el Boletín número 5 Libertad de religión en Nicaragua del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Algunos de los sacerdotes a los que el régimen mantuvo detenidos denunciaron que durante más de tres meses fueron sometidos a interrogatorios constantes, en los cuales ejercían violencia psicológica, utilizando amenazas a familiares para generarles estrés y angustias, además de coaccionarlos para declarar contra monseñor Rolando Álvarez.
“Nos desnudaban y nos ponían a hacer sentadillas totalmente desnudos ante muchos oficiales, nos llevaban así al tribunal… nos daban una sopa de calabaza pero le ponían un laxante. Así, cuando te estaban interrogando, te daba dolor de estómago y diarrea y te decían que podías ir al baño si hablabas”, narró un sacerdote al Colectivo.
La quinta entrega del informe Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida? documenta 870 agresiones perpetradas por el régimen Ortega-Murillo contra la Iglesia católica desde abril de 2018 hasta el primer semestre de este 2024, cuyo registro sumó 92 a las recopiladas en años anteriores.