Los crímenes de Humberto Ortega: del genocidio de la Navidad Roja al asesinato de Jean Paul Genie

El exjefe del Ejército de Nicaragua cargó hasta el final de sus días con varios crímenes en los que se vio involucrado durante la década de los 80. Los detractores del sandinismo pidieron que se le juzgara, sin embargo nunca se le imputó ningún delito.

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Humberto Ortega en una imagen de archivo. Despacho 505
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Despacho 505
  • octubre 02, 2024
  • 06:12 AM

Después que Humberto Ortega colgó el uniforme verde olivo para dejar el cargo de Jefe del Ejército de Nicaragua, en febrero de 1995, empezó a construir una figura sobre sí de gran pensador, analista político e historiador, en un intento por borrar su pasado oscuro durante la guerra de los años 80. Cualquier nicaragüense en los años 90 lo responsabilizaba por la muerte de miles de jóvenes al instaurar el Servicio Militar Obligatorio (SMO). 

“El Servicio Militar Obligatorio en época de guerra es una necesidad en cualquier país del mundo”, solía justificar Ortega cada vez que se le recriminaba haber impulsado la medida en 1983, al que los sandinistas agregaron la palabra patriótico cuando vieron que no tenían soldados voluntarios suficientes para enfrentar a los contras. Una cosa es decirlo desde lo más alto de la cúpula militar, y otra vivirla en carne propia.

A Blanca López los sandinistas se llevaron a su hijo Julio César López al Servicio Militar en enero de 1985. Dos años después, recibió la noticia de que había muerto en el campo de guerra. “Es una herida que no se me cierra nunca, es una cosa que me la voy a llevar aquí (en el corazón, porque a mi hijo me lo quitaron, y es duro”, dijo en un vídeo de campaña opositor difundido en 2006, un años de que Daniel Ortega, el hermano de Humberto, regresara al poder. Esa historia se repite en miles de hogares de Nicaragua. El Servicio Militar se convirtió en uno de los grandes pecados cometidos por el exjefe del Ejército fallecido este 30 de septiembre como preso político de su propio hermano y su cuñada Rosario Murillo. 

Casi 150 mil jóvenes, según dijo Humberto Ortega, de entre 17 y 22 años de edad, fueron reclutados de manera forzosa por las autoridades sandinistas para que cumplieran con el SMO y combatir a la contra entre 1984 y 1989, en las montañas del norte, en una guerra que cobró más de 30 mil muertes en ambos bandos, aunque algunos precisaron que fueron más de 50 mil fallecidos. Los militares sandinistas perseguían a jóvenes en sus casas, también los sacaban de los colegios, universidades, discotecas y estadios de béisbol… 

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Nunca se precisó la cifra exacta de los jóvenes del SMO fallecidos en la guerra, pero Humberto Ortega en una artículo de opinión dijo que fueron alrededor de cuatro mil. “El SMP significó un alto costo político para el sandinismo, pero fue vital para el triunfo militar, la paz y la apertura al proceso largo y complejo de la democracia que aún hoy forjamos”, dijo en 2016 Ortega, quien fue jefe del Ejército entre 1979 y 1995.

Jean Paul Genie y la Navidad Roja

A Humberto Ortega también se le achaca ser responsable por la muerte del joven Jean Paul Genie, de 16 años de edad. Fue asesinado el 28 de octubre de 1990 cuando se dirigía en un automóvil a su domicilio en el reparto Las Colinas, en Managua. Genie conducía en la carretera y se encontró con el convoy de Ortega cuyos escoltas al ver que los trataba de aventajar le dispararon. Jean Paul Genie Lacayo fue abandonado herido en la carretera y murió de shock hipovolémico a consecuencia de la hemorragia.

Nunca hubo justicia por ese caso, a pesar de las múltiples demandas de los padres de la víctima.  “El caso del jovencito Jean Paul Genie fue un lamentable suceso que llevó dolor a su familia con la cual mantenía respetuosa amistad por medio del sandinista Herty Lewittes. Se da en momentos convulsos de la polarización política al arribar al gobierno doña Violeta Barrios, y se manipula tal suceso para hacer daño al EPS (Ejército Popular Sandinista) y a mi persona. Pero los padres de Jean Paul, abrigados al cristianismo, rechazaron ser manipulados”, justificó Ortega luego.

Como jefe del Ejército Popular Sandinista, Humberto Ortega también fue responsable del genocidio cometido contra los miskitos entre diciembre de 1981 y febrero de 1982. Durante esos meses, el cuerpo armado ejecutó la operación llamada Navidad Roja que consistía en el traslado de 42 comunidades indígenas desde la franja fronteriza del río Coco hacia el interior de Nicaragua argumentando un plan ideado por dirigentes de la Contra para sembrar el terror en esa zona y desplazar a los comunitarios hacia Honduras. Según los sandinistas, la Contra buscaba propiciar un éxodo hacia territorio extranjero para después apoyar una intervención militar en Nicaragua. 

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Lo que hizo el régimen sandinista fue desplazar a más 8.500 miskitos y reasentarlos en cinco campamentos en el Caribe para impedir que brindaran apoyo logístico a la Contra. Pero lo que ocurrió fue una masacre, según organismos de derechos humanos. 

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), efectivos del Ejército Sandinista dieron muerte en la localidad de Leimus y en sus inmediaciones a miskitos. Los hechos, según la denuncia del organismo, ocurrieron entre 1981 y 1982, durante operaciones militares que habrían dejado 64 personas muertas, trece torturadas, quince desaparecidas y miles de desplazados y apresados en campamentos bajo vigilancia militar del Ejército sandinista.

Por estos crímenes, la CIDH recibió una denuncia contra Daniel Ortega por genocidio y crímenes de lesa humanidad por los sucesos ocurridos en la “Navidad Roja”. La acusación incluyó a Humberto Ortega, exjefe del EPS, el ministro del Interior Tomás Borge; al exjefe de la Seguridad del Estado, Lenín Cerna y al comandante guerrillero Omar Cabezas, entre otros antiguos mandos militares de los ochenta. La denuncia nunca prosperó. 
 

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