Daniel Ortega, el dictador buscapleitos

Durante los más 17 años que Daniel Ortega lleva atornillado al poder ha mantenido una política exterior errática y confrontativa de la que no se han escapado ni gobernantes a los que en el pasado consideró amigos o aliados

Los pleitos diplomáticos de Daniel Ortega
Daniel Ortega. Foto: archivos DESPACHO 505.
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Despacho 505
  • agosto 28, 2024
  • 03:00 PM

Daniel Ortega es el personaje más problemático que ha ostentado la Presidencia de Nicaragua en la historia reciente. Durante los 17 años que acumula atornillado al poder ha mantenido una política exterior errática y confrontativa. Así, ha atacado y expulsado a representantes diplomáticos del país, y ha llegado al extremo de romper relaciones con aquellos gobiernos que han adoptado una postura crítica frente a las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses y el desmantelamiento de la democracia.

De los pleitos diplomáticos que ha tenido no se han escapado ni gobernantes a los que un día consideró sus amigos y aliados, y tampoco sus vecinos más cercanos. La mayoría de los choques se han originado en el contexto de la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua desde 2018 y que detonó la represión armada a las manifestaciones ciudadanas que en abril de ese año paralizaron el país con un pedidio de dimisión de Ortega. Al menos 355 víctimas mortales dejó ese ataque y se documentaron graves violaciones que según expertos internacionales constituyen crímenes de lesa humanidad.

Este es el recuento de los conflictos diplomáticos más graves provocados por Daniel Ortega:

Brasil

Esta es una de las relaciones rotas que más ha causado revuelo y no por ser la más reciente. Al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y al dictador Daniel Ortega los unía la ideología de izquierda y una amistad de al menos cuatro décadas. Los vínculos no han resistido a la intolerancia del dictador nicaragüense a la crítica a su tiranía quien notificó a Brasil la desición de expulsar a su embajador en Nicaragua, Breno de Souza Brasil Dias da Costa.

En reciprocidad el gobierno brasileño también ordenó la expulsión de su territorio de la embajadora nicaragüense Fulvia Castro. El grave choque diplomático tocó fondo este lunes 26 de agosto, cuando  Daniel Ortega arremetió contra el mandatario de Brasil llamándolo “arrastrado”.

La molestia de Ortega con Lula fue atizada tras una visita del líder brasileño al Vaticano en la que le ofreció al papa Francisco mediar para conseguir la liberación de los sacerdotes que para entonces eran mantenidos encarcelados en Nicaragua, entre ellos el obispo Rolando Álvarez. Tampoco le gustó que su viejo amigo se refiriera a él como dictador. El mismo Lula contó recientemente que el sandinista nunca más le volvió a atender una llamada.  

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Pero las relaciones entre Nicaragua y Brasil ya habían estado tensas desde el año 2018, días antes de que Jair Bossonaro asumiera la presidencia del gigante sudamericano. El 23 de diciembre de ese año el entonces futuro canciller de ese país Ernesto Araújo, afirmó que no recibiría a representantes de Nicaragua en la investidura del presidente electo, esto en respuesta a las “violaciones del régimen” de Daniel Ortega “contra la libertad del pueblo de Nicaragua”.

Alemania

La situación con Alemania llegó a su punto más álgido en abril de este 2024, cuando Daniel Ortega elevó una acusación contra este país europeo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, Países Bajos, por supuestamente violar la Convención de Ginebra al haber facilitado armas a Israel en el conflicto con Hamás. El dictador incluso cerró su embajada en Alemania y nombró a Sabra Amari Murillo Centeno como embajadora concurrente desde Viena, República de Austria, lo que tensó las relaciones.

En tanto, el gobierno alemán rechazó las acusaciones, y más tarde la CIJ falló a su favor, despertando nuevamente la molestia de Ortega quien durante un discurso a finales del mes abril desempolvó el pasado del país europeo señalando que “con el respaldo de los grandes capitales norteamericanos llegó al gobierno el nazismo. Esa gran guerra que provocó millones de muertes se originó en un país europeo”, dijo dictador nicaragüense.

Pese a las molestias, en la primera semana de mayo, Ortega otorgó el beneplácito al nuevo embajador de Alemania en Nicaragua, Karsten Warnecke.

Ecuador

Con Ecuador, las relaciones están rotas desde abril de este 2024. El dictador Daniel Ortega rompió “toda relación diplomática” con el gobierno del presidente Daniel Noboa luego del asalto policial a la Embajada de México en Quito, que culminó en la detención del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas. Ortega se solidarizó con el gobierno mexicano y como muestra decidió cortar todo vínculo.

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En realidad, desde el 19 de agosto de 2020 Nicaragua ya no tenía embajador en Ecuador, incluso el régimen había cerrado la embajada en ese país, esa misma medida había sido adoptada por el gobierno ecuatoriano en julio de ese mismo año aduciendo recortes presupuestarios.

Estados Unidos

Daniel Ortega, en plaza pública se declara enemigo del los "yankis". Los ataques a Estados Unidos son el centro de todos sus discursos. El dictador arremete contra el gobierno norteamericano en cada oportunidad, en tanto, la contraparte, es una de las naciones que más ha resaltado la crisis de derechos humanos en Nicaragua y ha aplicado sanciones a decenas de funcionarios nicaragüenses, incluida Rosario Murillo, la número dos al mando del régimen.   

Desde la salida del embajador estadounidense Kevin K. Sullivan el 19 de mayo de 2023, Estados Unidos no ha recibido beneplácito para otro representante diplomático que ocupe ese cargo, ahora solo hay un encargado de negocios. Nicaragua tampoco tiene embajador en Estados Unidos tras la "renuncia" de Francisco Campbell Hooker en febrero de este 2024. En 34 años las relaciones entre estos países están en el “nivel más bajo”, han destacado analistas.

Unión Europea

Tras la crisis sociopolítica originada en 2018, la Unión Europea fue una de las delegaciones que exhortó al régimen de Ortega a “devolver la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense” y a “restaurar la democracia” en el país ante la Organización de Naciones Unidas (ONU). Esto inquietó al dictador y en octubre de 2022 expulsó y declaró “non grata” a la diplomática alemana Bettina Muscheidt, quien fungía como embajadora del bloque europeo, por supuesta “injerencia e irrespeto a la soberanía nacional”.

Días después y como una medida de reciprocidad la Unión Europea declaró “persona non grata” a Zoila Yanira Müller Goff, representante del régimen en Bruselas. La situación se suavizó un poco casi un año después, luego que en un segundo intento la Cancillería de Nicaragua aceptara las cartas credenciales de Fernando Ponz Cantó y Ortega también nombrara a César Augusto Castañeda Lacayo como Jefe de Misión en la comunidad europea.

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Sin embargo, la situación vuelve a ponerse tensa este martes, luego que la Unión Europea consideró “muy preocupante” el reciente cierre de más de 1,500 oenegés en Nicaragua e instó al régimen a ponerle “fin a las restricciones del espacio cívico y respeto al derecho a la disidencia”, a lo que el dictador respondió en un comunicado que “no es colonia, ni recibe ni acata órdenes de ningún país del mundo”.

El Vaticano

El 12 de marzo de 2023 el régimen rompió relaciones con El Vaticano, luego de difundir un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores que señala que “se han planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas”. La decisión vino luego que el propio papa Francisco calificara a los Ortega-Murillo como una “dictadura hitleriana” y “grosera”.

Antes de esto, las relaciones diplomáticas entre El Vaticano y Managua estaban en “un congelamiento” tras la persecución religiosa y la condena a 26 años de prisión de monseñor Rolando Álvarez, que a inicios de este año fue expulsado a Roma. Pero antes de esto el régimen ya había expulsado al nuncio apostólico de la Santa Sede, Waldemar Stanisław Sommertag, en marzo de 2022. 

El último quiebre ocurrió este lunes, cuando Ortega señaló a El Vaticano de ser parte del “conglomerado del fascismo” y de ser un Estado “que está claramente a favor del imperio”, en alusión a Estados Unidos, aunque no ofreció pruebas. El dictador también acusó a la Santa Sede de haber sido “cómplices de los nazis” de Alemania y de los fascistas de España e Italia en el siglo pasado.

Países Bajos

En septiembre de 2022 el dictador rompió relaciones con Países Bajos, un desenlace marcado por la crisis sociopolítica de 2018 y las críticas y condena del Gobierno neerlandés por las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, pero la gota que derramó el vaso fue la suspensión del apoyo económico para un centro de atención médica en la Costa Caribe, acción que Ortega calificó de “miseria humana” y un irrespeto al país.

Además de la situación de los derechos humanos, Países Bajos negó el apoyo por la falta de transparencia en el proyecto y un manejo inadecuado de los fondos, lo que molestó al dictador nicaragüense, quien ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores “descontinuar inmediatamente las relaciones diplomáticas”. La entonces embajadora, Marie-Christine Theodore Therese Pirenne, concurrente en Nicaragua desde Costa Rica fue considerada “nada diplomática” y que “violentaba la Convención de Viena”, por las “amenazas y suspensiones de obras de bien común”.

Argentina

La relación diplomática entre Managua y Buenos Aires tuvo varios altibajos durante el gobierno de Alberto Fernández y con la llegada del ultraderechista Javier Milei la situación empeoró. En 2021 el gobierno argentino liderado por Fernández consideró “ilegítimas” las elecciones generales de Nicaragua ese año y respaldó la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que desconocía el resultado electoral.

Daniel Ortega arremetió contra Fernández en agosto de 2022 en un virulento discurso en el que lo calificó como “un instrumento del imperio yanqui”, dijo que el mandatario argentino “traicionó” los principios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) al plegarse a la mayoría de los Estados miembros de la OEA que lo condenaron.

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La situación se le puso más difícil al régimen próximo a la toma de posesión de Javier Milei en Argentina. Ortega retiró a su embajador, Carlos Midence, en ese país debido a las “reiteradas declaraciones” de Milei en las que afirmó que no lo invitaría a su toma de posesión.

Colombia

Nicaragua y Colombia tienen relaciones diplomáticas desde hace casi 200 años, pero en los últimos tres han estado en un “estira y encoge” por situaciones políticas y limítrofes. En diciembre de 2021, el dictador Daniel Ortega calificó de “narcoestado” al gobierno del entonces presidente Iván Duque, tras los cuestionamientos del país sudamericano por los comicios electorales de noviembre de ese año.

Colombia retiró a su entonces embajador, Alfredo Rangel, a quien el régimen acusó de “no estar cumpliendo con los objetivos para los cuales le fue concedida su acreditación en Nicaragua”. Con la llegada de Gustavo Petro a la presidencia del país sudamericano la situación parecía mejorar, se nombró a León Freddy Muñoz como nuevo embajador en Managua, pero los encontronazos no cesaron. El 13 de septiembre de 2023 Ortega tildó de “basura” y “traidor” a Petro, luego que este se solidarizara con la poetisa nicaragüense, Gioconda Belli, a quien la dictadura le confiscó su vivienda.

Pero no paró ahí, Ortega volvió a la carga, llamó “arrastrado” a Gustavo Petro durante la XI Cumbre extraordinaria ALBA-TCP, que se llevó a cabo el lunes 26 de agosto de este 2024. En respuesta el mandatario colombiano dijo: “Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras”, con esto nuevamente las relaciones se han vuelto a tensar.

España 

El gobierno español ha criticado las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, en repuesta Ortega envió un comunicado a la Cancillería española en el que vertía una serie de ataques contra España, y el 11 de agosto de 2021, el entonces presidente Pedro Sánchez llamó a consultas a la embajadora María del Mar Fernández-Palacios.

Cuando la embajadora quiso regresar a Nicaragua, las autoridades migratorias le negaron su ingreso sin mayores razones. Luego “tras una advertencia de reciprocidad” del Ministerio de Relaciones Exteriores de España, el régimen se vio obligado a retirar de Madrid a su embajador Carlos Antonio Midence, en marzo de 2022. La dictadura sostuvo que su decisión respondía “a las continuas presiones y amenazas injerencistas sobre nuestro embajador por parte de España, que hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática”.

La relación se suavizó en julio de ese mismo año cuando el gobierno español nombró como embajadora a Pilar María Terrén Lalana, quien fue recibida por Daniel Ortega en febrero de 2023. Asimismo, en noviembre de 2022, Maurizio Carlo Alberto Gelli fue nombrado como representante de Nicaragua en tierras españolas.

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Costa Rica

Las tensiones diplomáticas entre Nicaragua y Costa Rica han llevado al retiro de embajadores de parte de ambos países y a mantener vínculos solo con su encargado de negocios y ministro consejero. El primero en prescindir de un embajador fue el gobierno del entonces presidente costarricense Carlos Alvarado, quien en 2018 no nombró embajador en reemplazo de Eduardo Trejos.

Luego en 2022 se le venció el plazo a Duilio Hernández, quien se desempeñó por cuatro años como embajador de Nicaragua en Costa Rica, después de él, Ortega tampoco nombró embajador, solo designó ministro consejero en funciones consulares, actualmente hay tres en ese cargo, la lista la encabeza Cristian Noel Gonzales Jiménez. Mientras el gobierno costarricense ahora a cargo de Rodrigo Chaves, mantiene como encargado de negocios en Managua a Óscar Julio Solís Rangel.

El presidente Chaves evita referirse a un posible nombramiento de un embajador en Nicaragua, en cambio ha señalado que mantiene una relación “cordial”, “respetuosa” y “constructiva” con el dictador Daniel Ortega, a pesar de las “diferencias públicas y notorias” que existen entre las dos naciones.

El dictador Daniel Ortega también ha mantenido tensas relaciones con El Vaticano en los últimos años, e incluso rompió relaciones con un antaño socio comercial y donante de Nicaragua como fue Taiwán, para enlazarse con China Continental.

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