Ortega se aísla más al pelearse con los principales líderes de la izquierda latinoamericana

El dictador protagonizó una bronca con el mandatario brasileño al acusarlo de corrupto y servil. Al pleito se ha sumado Petro, quien acusa a Ortega de violar los derechos humanos de los nicaragüenses.

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Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, durante la cumbre virtual del ALBA. EFE
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Despacho 505
  • agosto 28, 2024
  • 08:00 AM

Los principales líderes de la izquierda latinoamericana habían tratado con paños tibios a Daniel Ortega, pese a los señalamientos de graves violaciones a los derechos humanos que se ciernen sobre él desde 2018. En el imaginario de algunos progresistas aún persistía la figura de un Ortega revolucionario que ayudó a derrocar a la dictadura de Anastasio Somoza, negándose, incluso, a reconocer que devino en otro tirano. 

Aunque Ortega ya había tensado las relaciones con Brasil, Colombia y México en el pasado, donde gobiernan Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador,  nunca se había referido con “grosería” hacia ellos, hasta que este lunes explotó contra Lula da Silva por poner en duda la victoria de Nicolás Maduro en las recientes elecciones presidenciales, cuyos resultados no son reconocidos por la comunidad internacional. 

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“Te estás arrastrando también, Lula, te estás arrastrando. Y no me digás que tus gestiones fueron extraordinarias... recordá tus alborotos, los escándalos, los Lava Jatos (caso de corrupción brasileño), acordate bien de todo eso... acordate Lula. Te podría mencionar una docena de cosas más”, le dijo Ortega al que fue uno de sus aliados más importantes en América Latina tras su regreso al poder en 2007. 

Lula da Silva junto con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez fueron claves para que en Nicaragua se desarrollaran proyectos energéticos entre 2006 y 2011, el único mandato constitucional de Ortega. Por esa relación pasada, Lula da Silva, según los analistas consultados para este reporte, había preferido mantenerse al margen de la crisis de Nicaragua y suavizado su posición sobre Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), al menos hasta junio de 2023. 

“Ya veníamos escuchando que las relaciones entre Brasil y Colombia estaban tensas, lo único nuevo es que le habló a Lula con grosería. Con esta actitud Ortega se aísla más de la región y demuestra su intolerancia. Sus palabras responden a una respuesta diplomática nunca vista, lo que aleja más la posibilidad de una negociación con la intermediación de Lula. Ahora solo queda López Obrador”, dice el opositor Juan Sebastián Chamorro. El mandatario mexicano ha mantenido una posición ambigua sobre la crisis que vive Nicaragua. 

Las relaciones con Colombia también empezaron a tambalearse entre 2022 y 2023, primero porque Ortega calificó a ese país sudamericano como un “narcoestado”, y luego porque Petro pidió la liberación de los presos políticos, entre estos a la guerrillera Dora María Téllez. Con México y con Argentina, en tiempos de Alberto Fernáncez, también había roces diplomáticos desde 2021 por lo que ambos países consideraron “preocupantes acciones políticas-legales” contra líderes opositores de Nicaragua. 

“La ruptura con Petro viene desde hace rato. Brasil y Colombia no habían tenido una actitud frontal (crítica) con Daniel Ortega, ambos países preferían mantener una posición distante”, dice por su parte Tamara Dávila, dirigente de la Unión Democrática Renovadora (Unamos). Para la exrea política, las declaraciones del dictador Ortega este lunes contra Lula da Silva y Petro reflejan la decadencia del régimen que lidera con su esposa Rosario Murillo. Ortega dio por rotas las relaciones diplomáticas con Brasil.

De momento, Petro ha sido el único de los aludidos que ha respondido a las declaraciones de Ortega. En un mensaje en la red social X, el mandatario colombiano le respondió de la siguiente manera: “Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras”. Petro hace referencia a que Ortega encarceló a dirigentes revolucionarios como Hugo Torres, fallecido en las mazmorras del régimen, y la exguerrillera Téllez.

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El único líder de la izquierda latinoamericana que ha criticado abiertamente la deriva dictatorial de Ortega es el mandatario chileno Gabriel Boric. Esto fue motivo de la sorna de Ortega quien llegó a llamarlo en 2023 “pinochetito”. El dictador nicaragüense también dijo que Chile “no es una democracia”, pese a que es uno de los más estables de la región en términos democráticos. La reciente bronca con Lula da Silva se suman al distanciamiento de Ortega por parte de la Internacional Socialista y los rifirrafes que mantiene con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

Ortega ahora se ha quedado con el respaldo político no explícito de López Obrador (México) y de Miguel Díaz Canel (Cuba), Luis Arce Catacora (Bolivia) y su homólogo dictador Maduro. “Ortega es una paria para la izquierda latinoamericana”, valora un experto en relaciones internacionales.
 

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