Diálogo Interamericano pide ejercer más presión contra la dictadura Ortega-Murillo

El control político y económico que ejerce la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, provocando el temor entre la ciudadanía, hace necesario que se realice una fuerte presión externa para debilitar los pilares de represión del régimen, señala un reciente informe del organismo Diálogo Interamericano.

La presión, indica el documento, estaría encaminada a reducir el miedo a la dictadura que existe entre la población y requeriría cuestionar la falta de autoridad moral del régimen, así como minimizar las fuentes de control de la dictadura.

"Los métodos implican una campaña de desmoralización dentro y fuera de Nicaragua que señale los puntos en los que el régimen carece de autoridad moral, la señalización a los disidentes dentro del régimen y la presión externa sobre las áreas clave que cambiarían el equilibrio de poder", reza el escrito.

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Según el informe, Ortega se enteró desde mediados de 2019 que su popularidad había caído estrepitosamente debido a sus crímenes contra la población y, para paliar esa situación, realizó reformas políticas para atacar a la democracia y al Estado de Derecho en el país, "construyendo una nueva base política de control social".

Desde entonces, afirma el reporte, “existe una arquitectura de poder la cual apunta a cinco pilares que sustentan su control: el aislamiento internacional, el monopolio de la fuerza, la captura del Estado, la criminalización de la democracia y la propaganda”.

Por otra parte, “la fuerza económica a través de la captura del Estado ha sido un área central de fuerza material”, añade.

Los pecados de Ortega

Por ejemplo, Ortega se desligó de la Organización de Estados Americanos (OEA) y se ha acercado a países antidemocráticos, como Rusia, Irán y China.

Además, ha criminalizado la democracia y utilizado el poder judicial para castigar a los opositores y todos los que no callen ante los abusos de su régimen.

Por otra parte, ha creado una élite económica con militares activos y en retiro.

La violencia política, utilizando al ejército y a la policía, también han sido un mecanismo de control de Ortega, utilizando además el espionaje y fuerzas paramilitares.

Por último, el régimen “se apoya en una maquinaria propagandística que infunde miedo y control social y que trabaja codo con codo con un aparato represivo que persigue y detiene a civiles, en particular a autoridades religiosas y líderes juveniles”, manifiesta el informe.

Debilitar pilares de represión

Es por ello, indica el estudio, que se hace necesario debilitar los pilares de la represión de la dictadura y es importante ejercer presión política, material y diplomática simultáneamente.

"La comunidad internacional debe considerar diferentes medidas para mitigar los daños y fomentar una transición política hacia la democratización" en Nicaragua, reza la documentación.

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La campaña de desmoralización contra el régimen debe abarcar a los militares, las violaciones laborales en que el régimen ha incurrido al cerrar universidades y oenegés, el actuar de autoridades de aeronaútica con el tema de los migrantes ilegales que dejan pasar hacia Estados Unidos y los préstamos de los organismos internacionales a la dictadura.

El frente diplomático

El informe concluye que también es importante el frente diplomático.

"Es de vital importancia coordinar con el Vaticano, Estados Unidos, la Unión Europea y otros Estados clave, incluidos los miembros de la Organización de Estados Americanos, para presionar y trazar una transición política para Nicaragua", dice.

De la OEA señala que sigue siendo un componente vital de la presión internacional por dos razones, porque la organización puede seguir ofreciendo sus oficinas de mediación, así como garantizar que Nicaragua cumpla sus compromisos legales dentro del sistema interamericano, y porque el grupo de trabajo de la OEA sobre Nicaragua puede dar forma a una agenda interamericana para la democracia en Nicaragua con el liderazgo de varios de sus miembros.