La oposición nicaragüense: sin unidad y sin impulso

Los distintos grupos opositores de Nicaragua permanecen en un estado de “parálisis”, lo que desalienta a la población nicaragüense.

La oposición nicaragüense “tiene una deuda con la población” por no lograr la unidad
Protestas antigubernamentales de 2018.
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Despacho 505
  • agosto 14, 2024
  • 04:52 PM

El liderazgo de la oposición de Nicaragua ha quedado reducido a comunicados de prensa y vídeos con declaraciones sobre cualquier hecho que ocurre en Nicaragua y en América Latina. Fuera de ello, no hay una estrategia clara sobre cómo salir del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tampoco se ha formado un bloque opositor sólido que sea respaldado por la comunidad internacional. 

Los distintos grupos opositores han hecho imposible la ansiada unidad, por lo tanto están en “deuda con la población” que todavía guarda las esperanzas de un cambio en Nicaragua. Pese a que varios líderes aseguran que trabajan en distintas actividades que buscan el debilitamiento y hacerle frente a la dictadura dirigida por Daniel Ortega y RosarioMurillo, se percibe una especie de “parálisis” y silencio. 

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Desde el intento por unificar a todas las fuerzas opositoras a través del proceso de concertación Monteverde, que acabó con la dispersión de varios de sus miembros luego de una “reestructuración” interna que no fue del agrado de todos, no se ha visto otro movimiento que busque la unidad.  Los distintos grupos opositores se defienden diciendo que han echado a andar una estrategia orientada a la liberación de los más de 140 presos políticos, denunciar las violaciones a los derechos humanos, combatir la dictadura y promover la democracia.

El opositor nicaragüense y exprecandidato presidencial Juan Sebastián Chamorro expone que desde la Concertación Democrática Nicaragüense, organización que dirige políticamente, están promoviendo estrategias de presión internacional, y que muestra de ello es la reciente gira que un grupo de opositores realizó en Sudamérica.

“Vamos a tener otros viajes de incidencia con el Congreso de Estados Unidos, comunicaciones con distintos gobiernos e incidencia también en política nacional, campañas de comunicación, boletines”, enumeró Chamorro. El también economista, aseguró que trabajan en un acercamiento con otros grupos opositores con los que mantienen “continua comunicación” y están coordinando en conjunto “acciones para el debilitamiento de la dictadura”.

Por su parte, el también opositor y exprecandidato presidencial Félix Maradiaga dijo a DESPACHO 505 que  existe una estrategia integral que la Fundación para la Libertad de Nicaragua, que él dirige, y en colaboración con la Unión Nicaragüense Autoconvocada (UNA), ha desarrollado para combatir a la dictadura y promover la democracia, tanto dentro como fuera del país.

Como parte de esa estrategia, asegura, han intensificado la presión global sobre la dictadura mediante la identificación y exposición de sus vínculos con otros regímenes autoritarios, como los de Rusia, China e Irán. “Este esfuerzo incluye investigaciones confidenciales y testimonios ante organismos internacionales, como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y el Congreso de los Estados Unidos”, se lee en parte de la estrategia.

Ambos organismos documentan las violaciones cometidas por el régimen en Nicaragua, y como parte de ello, están colaborando con la Comisión para la Libertad Religiosa de los Estados Unidos, además de brindar apoyo “a los perseguidos”. Agrega que mantiene contacto en varias ciudades clave del mundo, como Washington D.C., Ginebra y Madrid, “para asegurar que la comunidad internacional y la opinión pública nicaragüense sepan que existen alternativas democráticas viables”, y en simultáneo colaboran “con la campaña global por la justicia Magnitsky” que busca identificar y bloquear las fuentes de financiamiento del régimen.

En “deuda” con los nicaragüenses

Pese a todos estos esfuerzos, no se ven pasos hacia la unificación de fuerzas, y la oposición no cuenta con un liderazgo que sea capaz de reunir a todos los grupos, como ocurrió con María Corina Machado y Edmundo González Urrutia en Venezuela, que le hicieron frente a Nicolás Maduro en las recientes elecciones presidenciales con las que se evidenció un fraude electoral. Cabe mencionar que la oposición venezolana también ha estado en punto muerto. 

Ante la falta de un liderazgo capaz de unir a todos los grupos opositores, Héctor Mairena, miembro de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) dice que la oposición “tiene una deuda con la población”, pero justifica que esto tiene que ver con la dispersión de los opositores luego que el régimen desterrara a sus líderes. 

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“Las distintas oleadas represivas del régimen, han golpeado obviamente a la oposición nicaragüense, si bien cierto el año pasado excarcela 222 personas entre las cuales estaba parte del principal liderazgo de las fuerzas democráticas, también es cierto que los expatriaron y esa dispersión por el mundo dificulta el trabajo”, expone Mairena.

El opositor concuerda con Juan Sebastian Chamorro, en que hay avances en la unificación de las distintas plataformas opositoras que tiene acercamientos y se plantean agendas comunes que demuestran “la unidad en la acción”, así como otros que coinciden en sus demandas; no obstante, es consciente de que los procesos son muy lentos.

“Se ha venido avanzando, no a la velocidad que se necesita y que demandan la gravedad de los acontecimientos y de la situación que se vive en el país”, agrega Mairena, quien apunta que desde Unamos trabajan en un plan de lucha en el que exigen la liberación de los presos políticos, el cese de la represión y la demanda de sanciones para los violadores de los derechos humanos en Nicaragua.
 

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