Los diplomáticos expulsados de Nicaragua por Daniel Ortega en los últimos años

En su desesperada búsqueda por sostenerse en el poder Daniel Ortega se aísla cada vez más, ha expulsado de Nicaragua a embajadores, jefes de misión de organismos internacionales y hasta al nuncio apostólico de la Santa Sede.

Los diplomáticos expulsados de Nicaragua por Daniel Ortega en los últimos años
Diplomáticos expulsados por Daniel Ortega: Breno de Souza Brasil Dias da Costa, Bettina Muscheidt, Alfredo Rangel Suárez, Waldemar Stanislaw Sommertag y Thomas Ess.
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Despacho 505
  • agosto 09, 2024
  • 08:25 AM

En los últimos años el dictador Daniel Ortega ha demostrado lo inestables que son sus relaciones diplomáticas, ha expulsado del país a miembros de misiones y representantes de organismos internacionales, así como a embajadores. De igual modo, cambia constantemente a sus representantes en el exterior.

Ortega expulsó de Nicaragua, en diciembre de 2018, a los miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que documentaba las violaciones cometidas en el país, a estos le siguieron el representante de El Vaticano, el jefe de misión de la Cruz Roja Internacional, así como embajadores; el más reciente de ellos, el brasileño Breno de Souza Brasil Dias da Costa.

Embajador de Brasil

El embajador de Brasil en Nicaragua fue expulsado este jueves 8 de agosto, según confirmó la número dos del régimen y vocera gubernamental Rosario Murillo. El diplomático brasileño ejercía su misión en territorio nicaragüense desde agosto de 2022 cuando fue reconocido por el régimen, pero tras las tensas relaciones entre Daniel Ortega y su amigo Luiz Inácio Lula da Silva, debió concluir antes de tiempo.

“El día de hoy jueves 8 de agosto, el embajador de Brasil en Nicaragua Breno de Souza Brasil Dias da Costa, ha salido de nuestro país”, confirmó Murillo sin brindar mayores detalles.

El régimen expulsó al embajador brasileño porque no asistió al acto político del 19 de julio, cuando se celebraba el 45 aniversario de la Revolución Popular Sandinista, esa fue la gota que derramó el vaso de una relación que se empezó a enfriar luego que Lula da Silva manifestara en varias ocasiones su desacuerdo con el rumbo dictatorial que Ortega lleva en Nicaragua.

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Embajadora de la Unión Europea

La embajadora de la Unión Europea (UE), Bettina Muscheidt, abandonó Nicaragua en octubre de 2022, luego de ser expulsada y declarada “non grata”, a finales de septiembre, por el dictador Daniel Ortega.

La diplomática, de origen alemán, fue notificada de forma verbal por la Cancillería nicaragüense de que era declarada “non grata” por supuesta “injerencia e irrespeto a la soberanía nacional”, después de que la delegación de la UE ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) exhortara al régimen de Ortega a “devolver la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense” y a “restaurar la democracia” en el país.

Tras la expulsión de Muscheidt, la UE esperó casi un año para que un nuevo diplomático fuera aceptado por la dictadura, así en un segundo intento la Cancillería de Nicaragua aceptó las cartas credenciales de Fernando Ponz Cantó y Ortega también nombró a un representante en la comunidad europea.

Embajador de Colombia

Alfredo Rangel Suárez, ocupaba el cargo de embajador de Colombia en Nicaragua desde noviembre de 2020, pero en febrero de 2022 fue expulsado por el régimen tras el retiro de sus cartas credenciales y ser declarado “non grato”. La medida ocurrió horas después de que el Gobierno colombiano ordenara a su representante diplomático regresar al país luego de que Ortega acusara de “narco-Estado” a la Administración de Iván Duque.

La Cancillería de Colombia rechazó las declaraciones del dictador y expresó que buscaban “distraer la atención de la comunidad internacional sobre la crítica situación de derechos humanos y las múltiples violaciones que sufren los ciudadanos nicaragüenses, los partidos políticos y los opositores al régimen de Ortega, de las cuales es testigo el mundo entero”.

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En agosto de 2022, el ya presidente de Colombia, Gustavo Petro, nombró como embajador en Nicaragua a León Fredy Muñoz, en la vacancia dejada por Rangel Suárez.

Nuncio apostólico

Waldemar Stanislaw Sommertag, representante de la Santa Sede en Managua, fue expulsado de Nicaragua en marzo de 2022, luego de cuatro incidentes que despertaron la furia de la dictadura, uno de ellos, el no haber asistido a la toma de posesión de Ortega el 10 de enero de ese año y haberse ido ese mismo día a Roma.

Sommertag sostuvo una audiencia privada con el papa Francisco el 15 de enero, y el día de su regreso a Managua no pudo dirigirse a su residencia porque las autoridades gubernamentales lo llevaron a la Cancillería para que se reuniera con la entonces vicecanciller Arlette Marenco, quien le comunicó que no hiciera ninguna declaración pública sobre la situación de los presos políticos y los juicios que se llevan a cabo en las cárceles de “El Chipote”.

El 24 de febrero, el representante de la Santa Sede organizó un evento virtual para despedir al embajador colombiano Alfredo Rangel Suárez, declarado “non grato” por la dictadura, esto provocó el reclamo del régimen, pero el último detonante fue el acoso policial que sufrió Sommertag el sábado 5 de marzo cuando salía de su residencia en Carrera Sur, posteriormente en una llamada telefónica un alto funcionario de la dictadura le dijo debía salir del país en un plazo perentorio.

Jefe de la misión del CICR

Thomas Ess, el jefe de misión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), fue expulsado de Nicaragua el 24 marzo de 2022, pocos días después de la expulsión del nuncio apostólico de la Santa Sede. La organización internacional confirmó que recibió una carta del régimen en la que notificaron el retiro del beneplácito a Ess.

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La CICR era la única organización internacional que tenía acceso a visitas a los presos políticos de ese entonces, en las diferentes cárceles de Nicaragua y poder constatar la situación de estos, pero además de ser condicionados por el régimen de que las visitas  debían realizarse “en silencio y en confidencialidad”, según expuso el mismo Thomas Ess en 2021. En el proceso se enfrentaron a varios obstáculos que les impedían cumplir su misión humanitaria, entre ellas se les negó el acceso para reunirse con los presos de la cárcel “El Chipote”.

Tras la expulsión de Ess, Ortega dio la estocada final, en mayo de 2023 disolvió la Cruz Roja Nicaragüense, que operaba desde 1931 y a quien la CICR brindaba su apoyo por ser miembro de la Organización Internacional Cruz Roja y Media Luna Roja. Los diputados de la Asamblea Nacional acusaron a la institución  de violar la neutralidad en las manifestaciones que el régimen denunció como un “intento de golpe de Estado” favorecido por Estados Unidos y la sustituyó por la ahora Cruz Blanca adscrita al Estado.

Régimen desesperado

Después de las protestas gubernamentales de 2018 que fueron reprimidas por el régimen, Daniel Ortega se ha visto desesperado moviendo a sus embajadores de un país a otro como si fueran fichas de ajedrez, algunos de ellos solo han estado pocos meses o días en sus puestos para luego ser removidos.

De igual modo, ha tenido encontronazos con varios países que lo han hecho retirar a sus diplomáticos, así como impedir el retorno de embajadores a Nicaragua como ocurrió con la embajadora española María del Mar Fernández-Palacios, en 2021.

“Ortega siempre ha estado violando las normas de la diplomacia cambiando embajadores cuando se le ocurre, insultando, expulsando embajadores pleitos con la Unión Europea y con los países latinoamericanos… lo de Ortega es un caso cerrado, es un caso realmente muy raro, tiene su diplomacia solo para llevarse bien con China, Rusia, Irán, Corea del Norte, pero realmente está destrozando la imagen de Nicaragua con ese tipo de diplomacia maleducada que él tiene y la ha degradado totalmente así es que se aísla más y está llegando al punto insostenible, dijo a DESPACHO 505 el exdiplomático nicaragüense José Dávila Mebreño.

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