Nicaragua y Brasil ante una “eventual” ruptura diplomática

Brasil decidió aplicar el principio de reciprocidad después de que Ortega expulsara al embajador brasileño, lo que abre las puertas a una crisis diplomática.

Nicaragua y Brasil ante una “eventual” ruptura diplomática
Luiz Inácio Lula da Silva y Daniel Ortega.
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Despacho 505
  • agosto 08, 2024
  • 01:10 PM

El dictador Daniel Ortega ordenó la expulsión del embajador de Brasil en Nicaragua, Breno de Souza da Costa, y como medida recíproca el gobierno brasileño hizo lo mismo con Fulvia Castro, quien representaba a Ortega en el país del sur, esto podría ser la antesala de una “eventual” ruptura diplomática, según analistas.

La orden de salida  de Nicaragua del embajador brasileño se conoció este miércoles 7 de agosto, lo que habría llevado a que el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, dejara a un lado los 40 años de amistad con Ortega y ordenara la expulsión de la embajadora nicaragüense.

De momento, ninguno de los países ha emitido una nota oficial y se desconoce si se trata de una ruptura diplomática; sin embargo, el exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields, ha catalogado estas acciones como “una ruptura virtual de relaciones”.

“Duro golpe diplomático para Ortega que se queda más aislado y solo. Dos meses y medio estuvo en el cargo la embajadora de la dictadura de Nicaragua en Brasil. Esto equivale a una ruptura virtual de relaciones”, posteó McFields en su cuenta de X.

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El analista y exdiplomático nicaragüense José Dávila Mebreño, explicó a DESPACHO 505 que esta situación “ya es grave porque eventualmente podría ser una antesala de una ruptura de relaciones diplomáticas”, que es el punto más álgido en la diplomacia entre dos países, y cree que Brasil lo está analizando.

“A como es Ortega puede hacer cualquier cosa, pero ya una expulsión mutua a recíproca de embajadores podría ser visto como un paso ya a una ruptura de relaciones, lo que podría tener efectos internacionales que por lo menos Brasil lo ha de estar analizando, Ortega no creo, pues ellos han degradado todo esto a un nivel en que ya han perdido totalmente la cabeza, ya no saben lo que hacen, con lo que quedan bien o mal, han hundido al país”, sostiene Dávila.

Expulsión “vulgar y ordinaria”

La expulsión del embajador de Brasil por no asistir al acto político del 19 de julio al que Ortega lo invitó, ha sido catalogada como “vulgar y ordinaria”, por Arturo McFields, y habría sido expulsado con un “ultimátum e insultos”, según expuso el exdiplomático en su cuenta de X.

A José Dávila le parece una razón “absurda” y cataloga como “barbaridad” la expulsión de Souza da Costa por no asistir al acto de 45 aniversario de la Revolución Popular Sandinista.

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“Ningún diplomático está obligado a asistir a eventos políticos del gobierno en el país donde está acreditado, las relaciones son entre estados y hay materia para las relaciones diplomáticas y llevarse bien, que haya paz, que haya buena relaciones”, agrega el analista y afirma que esto “le va a traer mucho más aislamiento Ortega”.

Las relaciones entre Lula da Silva y Ortega se empezaron a enfriar luego que el mandatario brasileño manifestara en varias ocasiones su desacuerdo con el rumbo dictatorial en Nicaragua que llevaba el que fuera su amigo por 4 décadas.

Ortega no atiende el teléfono

El propio Lula reveló el mes pasado, que Ortega no le atiende el teléfono desde que el papa Francisco le pidió que abogara por la situación del obispo Rolando Álvarez, que se encontraba detenido en Nicaragua.

“Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él”, dijo Lula en una rueda de prensa, y agregó que no sabía si el derrocamiento de Somoza en 1979, era porque el actual dictador nicaragüense  “quería el poder o porque quería mejorar la vida de su pueblo”, además, sin referirse directamente a él, lo llamó dictador.

“Cuando un dirigente se pone en la cabeza que él es imprescindible o insustituible, ahí es que comienza a nacer el espíritu del dictador”, agregó Lula. Todo ello acabaría molestando a Daniel Ortega, quien dio el primer paso a una tensa relación diplomática con Brasil.

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