Laureano Ortega, el heredero de la dinastía Ortega-Murillo

Laureano Ortega Murillo es el "delfín" de Rosario Murillo, su madre, para lograr la consolidación de una dinastía en Nicaragua. Opositores consideran que es el segundo en la línea de sucesión después que el dictador Daniel Ortega desparezca.

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Laureano Ortega junto a su padre, los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo. CORTESÍA / DESPACHO 505
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • julio 24, 2024
  • 09:04 AM

Laureano Ortega Murillo, no es el típico "comunista" que viste de guayabera blanca y pantalón oscuro. Su apariencia es más la de un empresario "capitalista" o la de un gerente de empresa que luce impecable sus trajes oscuros slim fit, camisas blancas y sus corbatas a rayas.

Su aspecto dista a la del dictador Daniel Ortega, su padre, que siempre aparece enfundado en sus chaquetas azules o negras, pantalones desgarbados oscuros, sus zapatos de montaña y su tradicional gorra para ocultar su calvicie provocada por el paso de los años.

De buen vestir y refinados gustos, Laureano se perfile como el nuevo sucesor directo de la dictadura Ortega-Murillo, en un formato de dinastía de élites dominada por la nueva burquesía sandinista de la cual es parte. Desde el 2012 fue nombrado por su padre como asesor presidencial en inversiones y desde ahí fue escalando hasta ganarse la confianza del binomio Ortega-Murillo.

Ha ocupado cargos de diplomático sin serlo, ha firmado acuerdos bilaterales de préstamos y convenios internacionales sin ser el canciller de Nicaragua, ha representado al país en temas de seguridad, y embarcó a Nicaragua en el cuento chino de la construcción del canal interocéanico.

Recientemente, Daniel Ortega le otorgó “poderes plenos” para que lo represente en nombre de Nicaragua y firme convenios y acuerdos de entendimientos con Rusia, China, Bielorrusia, entre otras naciones, e internamente, lo nombró representante especial del secretario general del Frente Sandinista.

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Opositores al régimen sandinista consultados por DESPACHO 505 considera que la decisión del dictador nicaragüense de poner a Laureano Ortega en la lista de sucesión, evidencian la concentración de poder en manos de Rosario Murillo. Otros simplemente lo ven como el posible candidato presidencial para 2026.

“Laureano sigue siendo una figura clave. Lo siguen ubicando en los temas económicos y relaciones internacionales de la dictadura. La proyección de Laureano es como que fuese el candidato para el 2026”, expresó Luis Blandón, presidente de Unamos.

Para Blandón, las firmas que Laureano realiza con gobiernos extranjeros, lo ubican en la línea de sucesión directa y al frente de las relaciones internacionales estratégicas del régimen de su padre.

“Vemos el desplazamiento de los viejos círculos de lealtades y su sustitución por otros nuevos y la purga a decenas de altos funcionarios en diversas instituciones, incluyendo la Policía y los mandos que estuvieron comprometidos con la represión de 2018 y 2019”, observa el joven opositor.

Consolidación de dictadura familiar

Por su parte, Félix Maradiaga, explicó que los poderes plenos que está recibiendo Laureano Ortega de parte de su padre, consolidan una dictadura familiar y la finalidad del régimen es que después de Daniel Ortega, Rosario Murillo asuma el poder y posteriormente sean sus hijos quienes queden al mando.

“En Nicaragua, la dictadura de Daniel Ortega, junto con su "co-dictadora" Rosario Murillo, ha comenzado a consolidar una dictadura familiar. El plan de sucesión contempla imponer primero a Rosario Murillo y luego a sus hijos, especialmente a Laureano Ortega, quien ya ha empezado a ser promovido como el favorito de Ortega”, expresó Maradiaga.

Maradiaga, quien es un excarcelado político, confiscado, desterrado y desnacionalizado por el régimen de Daniel Ortega, agregó que “las probabilidades de una sucesión después de la muerte de Ortega son altas, ya que han logrado subyugar a todo el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y convertirlo en un partido títere al servicio de la familia Ortega Murillo”

El opositor advierte que solo un golpe de la Comunidad Internacional a los intereses de la familia Ortega-Murillo pueden dar un revés a los planes de Daniel Ortega de instaurar una sucesión dinástica.

“Siempre existen imponderables que pueden hacer fracasar esa sucesión familiar. Un cambio significativo en el contexto político internacional, que altere la correlación de fuerzas y afecte los planes de los Ortega, podría desestabilizar el régimen. Sin embargo, si no hay cambios significativos, el camino hacia la sucesión e implantación de Rosario Murillo seguramente será una realidad, dado que las condiciones actuales son favorables para una sucesión sin ninguna implosión”, manifestó Maradiaga.

Laureano, sucesor de Rosario Murillo

La exguerrillera Dora María Téllez, señala que Laureano Ortega no podría ser sucesor del dictador Daniel Ortega, porque es Rosario Murillo quien tomará las riendas del país una vez que Daniel Ortega ya no pueda seguir en el poder.

“En realidad yo no creo que Laureano Ortega sea el sustituto Daniel Ortega, creo que es el sustituto de Rosario Murillo, es decir, que Rosario Murillo está ya arreglada para asumir como sucesora de Daniel Ortega si es que ella pues se mantiene ahí cuando Daniel Ortega salga del escenario por la razón que sea, bien sea porque se declara incapacitado o porque ya se sienta muy enfermo, pero Laureano solamente sucedería a Daniel Ortega si Rosario Murillo estuviera fuera de circulación, lo cual no parece muy probable por ahora”, señaló Dora María Téllez.

Dora María señala que Laureano Ortega sería el tercero en la línea de la sucesión, después de su madre, la vicedictadora Rosario Murillo.

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“Lo que sí está claro es que Laureano está en el puesto como tercero y es el segundo en la línea de sucesión después de Rosario Murillo y eso no es un hecho menor porque está siendo proyectado como el delfín del orden de Murillo y entonces se le conceden todo tipo de poderes para establecer las relaciones políticas y económicas que son prioritarias para el régimen Ortega Murillo, como son con China, Rusia y Bielorrusia”, planteó Dora María, quien es otra excarcelada política, desnacionalizada, confiscada y desterrada por la dictadura.

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