El régimen receta televisión “made in China” a los nicaragüenses

La invasión China en Nicaragua llega a la televisión. El conglomerado de medios oficialistas, los que dominan la parrilla televisiva bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, comenzará a transmitir producciones “made in China”. 

La noticia, fue anunciada como parte del fortalecimiento de las relaciones con el gigante asiático, al que Ortega y Murillo se han arrimado para sortear el aislamiento internacional que enfrentan por imponer en el país un régimen autoritario de corte dinástico que en los últimos seis años al país le ha costado la pérdida total de libertades; un proceso que ha dejado un extenso historial de violaciones a los derechos humanos y abusos, incluidos crímenes de lesa humanidad, según el más reciente informe de expertos de la Organización de Naciones Unidas.

Para la firma del proyecto que trae a los hogares nicaragüenses enlatados chinos, Daniel Edmundo Ortega Murillo, el hijo de los dictadores nombrado como Coordinador de Medios del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de Nicaragua, viajó hasta Pekín al frente de una numerosa comitiva en la que destaca la presencia de la ex esposa de su hermano Juan Carlos Ortega Murillo, quien ostenta el cargo de co directora de la Cinemateca, Idania Castillo.

El periodista independiente Anibal Toruño, a quien el régimen le quemó su radio, lo obligó al exilio y le confiscó sus propiedades, señala que esto remarca el grado de interés que tienen los Ortega-Murillo “para vender mentiras”. Además, dice, es una forma de intentar tener un mayor control y reducir el alcance de la prensa independiente.

“La idea al final es seguir digamos controlando y poniendo un cerco alrededor de lo que pueda quedar de medios de comunicación independientes o periodismo en resistencia en Nicaragua, pero, además, entender que los recursos de China son ilimitados y pueden gastar 100 millones de dólares, precisamente, para poder tergiversar cambiar los contenidos reales y serios que nosotros podamos generar en nuestros medios de comunicación independiente o redes sociales”, razona Toruño.

En tanto, el periodista y especialista en comunicación de la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), Octavio Enríquez, añade que el régimen Ortega-Murillo aspira a un “silencio informativo” y expandir más la propaganda china en Nicaragua.

“Se van a transmitir programas de televisión de uno y otro lado, eso uno podría deducir que se trata de exponer a la gente a más propaganda de China, eso es lo que aspira el régimen, ir a un silencio informativo”, expresó Enríquez en una reciente entrevista a la Voz de América.

Nicarargua sin espacio para la prensa independiente

Nicaragua es uno de los países con menos libertad de prensa en el mundo. Reporteros Sin Fronteras, en su ranking 2024, lo ubicó en el podio de los lugares con los peores indicadores en esta materia, incluso por debajo de Venezuela y Rusia.

RSF denuncia que en Nicaragua  "la prensa independiente sigue viviendo una auténtica pesadilla” debido a la censura, intimidaciones, amenazas que sufre de parte del régimen Ortega-Murillo. “Los periodistas están estigmatizados y afrontan campañas de acoso, detenciones arbitrarias y amenazas de muerte. Muchos han tenido que abandonar el país", añade en su informe.

Desde 2018, al menos 246 periodistas nicaragüenses han sido forzados al exilio debido a la criminalización del oficio en Nicaragua, según datos actualizados hasta el pasado mes de marzo por la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED).

En su informe, la organización denuncia una pérdida absoluta de la libertad de expresión y prensa en el país.  Sobre el periodismo pende la amenaza de la aplicación arbitraria de leyes represivas y excesivamente amplias que dificultan la labor y que ha conllevado a la desaparición de medios de comunicación y espacios independientes dentro del país.

Según la FLED, los espacios para ejercer periodismo independiente en Nicaragua cada vez son menos, en el 41% de los departamentos del país no existe ningún medio de comunicación que no sea afín al régimen.