El exilio ya no es seguro para los nicaragüenses víctimas de represión transnacional

La vigilancia y espionaje contra opositores en el exilio, la prohibición de ingreso a territorio nicaragüense o de salida para sus familiares, así como la negación de pasaportes confirman que el régimen de Daniel Ortega ha establecido un nuevo modelo de represión transnacional.  

Enrique Roig, subsecretario adjunto en la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado de Estados Unidos, confirma que su oficina ha documentado casos de represión transnacional ejecutada por la dictadura de Nicaragua.  

“Estamos vigilando sobre cómo se utilizan las embajadas de Nicaragua, las embajadas siempre son una base de operaciones de la represión transnacional que estamos documentando”, adelantó el funcionario estadounidense en un foro realizado en el marco de la 54 Asamblea General de la OEA. 

El Departamento de Estado advierte que el régimen de Daniel Ortega persigue a personas opositoras y viola derechos humanos “más allá de las fronteras de Nicaragua”.  

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Hay una persecución sistemática de familiares exiliados. El régimen también ha intentado recurrir al uso indebido de las notificaciones rojas de Interpol con fines políticos como represalia contra personas que percibía como amenazas, incluso contra dos clérigos católicos a los que había acosado para que se exiliaran. 

Hay controles a la movilidad. Las autoridades de Migración dentro del país y a través de las oficinas consulares en el extranjero, degeneraron acceso a pasaportes a opositores políticos y a sus familiares, impidiéndoles que dejaran el país. 

El subsecretario Roig explicó que los gobiernos que ejercen la represión transnacional amenazan a sus propios ciudadanos y a otros en el extranjero. A menudo, deprecian la soberanía de los países donde cometen estos actos. 

Consecuencias de la represión transnacional  

La abogada colombiana Ángela María Buitrago del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU sostiene que todos estos fenómenos generan una realidad de alcance de política de persecución a través de los territorios.  

El Grupo de Expertos de la ONU ha confirmado casos de represión transnacional ejecutados por la dictadura de Nicaragua e investiga nuevos casos de cara a la actualización oral de septiembre en el Consejo de Derechos Humanos. 

Estas modalidades de represión tienen consecuencias en el exterior. Las personas que son objeto de estas violaciones no pueden ubicarse laboralmente.  

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“Borrar el rastro con el despojo de la nacionalidad imposibilita el mantenerse en un territorio ajeno. El sistema transnacional de represión es una forma de prolongar esta crisis de graves violaciones y de derecho internacional”, dijo la experta.  

Costa Rica no es tan seguro para los exiliados  

Juan Carlos Arce, defensor del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más advirtió que en el caso de Costa Rica este ya dejó de ser un país seguro para los exiliados.  

“El exilio ya no es seguro. Tenemos miedo hay temor y eso se materializa con el silencio. Las víctimas tienen temor a hablar por las consecuencias que puede haber con sus familiares en Nicaragua”, denunció el defensor.  

Según el Colectivo, hay un agravante desde el año pasado cuando se ha incrementado la vigilancia y las amenazas en Costa Rica a través de listas de personas opositoras amenazadas de muerte.