Rosario Murillo cumple 73 años sin cumplir su ambición de llegar a la Presidencia

Rosario Murillo suma un año de vida, anciana al igual que su marido Daniel Ortega, es la número dos de la dictadura.

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Rosario Murillo, segunda al mando en la dictadura de Nicaragua CORTESÍA / DESPACHO 505
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Despacho 505
  • junio 22, 2024
  • 09:23 AM

Rosario Murillo Zambrana cumple este 22 junio 73 años de edad. Es la segunda al mando de la dictadura que lidera su marido Daniel Ortega, también anciano, con 78 años, de quien siempre ha esperado heredar el poder para cumplir su ambición de ser presidenta de Nicaragua.

Murillo Zambrana es catalogada por sus críticos como una mujer “controladora” y “tiránica”. Personas que conocieron de cerca a Rosario durante el “periodo revolucionario” de los años de 1980, la describen como una persona impulsiva, que necesita sentir que controla todo, dispuesta a cumplir sus objetivos.

Tras una reforma Constitucional realizada por los diputados -de mayoría sandinistas- en la Asamblea Nacional, Rosario Murillo llegó a la vicepresidencia de Nicaragua en enero de 2017. Por primera vez pudo correr en una fórmula junto a su esposo Daniel Ortega Saavedra.

Quienes la conocen, la describen como una persona impulsiva y totalitaria, que necesita sentir que lo controla todo, dispuesta a hacer lo que sea para cumplir sus objetivos.

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“Su forma de ejercer el poder guarda similitud con la de otros gobernantes totalitarios del continente”. En el fondo, lo que buscan es “llamar la atención en aquellos ejes a los que la gente da relevancia, y aunque no hagan nada para solucionarlo, sí les sirve para fomentar la narrativa oficial”, precisan.

La número dos del régimen

Opositores consideran que la crisis sociopolítica que desató la dictura en abril del 2018 fue un duro revés para las pretenciones de Murillo Zambrana, quien desde el 2017 se perfilaba como la sucesora de Ortega, ya que su papel dentro del organigrama del régimen se tuvo que restructurar para mantener el control en las fuerzas armadas y la Policía.

Especialmente, porque salió a relucir su carácter su vengativo y desmedido contra todo aquel que estuvieran en su contra, incluso, a lo interno del Frente Sandinista.

La vocera del régimen es considerada una mujer muy inteligente; sin embargo, es capaz de realizar cualquier "movida" para mantenerse en el poder, incluso, renegar y hasta acusar a su propia sangre, tal como ocurrió on su hija Zoilamérica Narváez Murillo.

“Es inteligente y muy laboriosa para hilvanar los hilos del poder. La inteligencia y la maldad no están reñidas. Se puede poner al servicio del mal, y aquí tenemos un ejemplo. Tiene potencial para pensar políticamente, para dirigir. Lástima que use ese potencial para el mal”, señala un sicólogo consultado.

Mujer de lenguaje obsceno

Si alguién conoce bien el caso de Zoilamérica es la abogada y defensaro de derechos humanos, Vilma Núñez de Escorcia, silenciada por la dictadura y con muerte civil en Nicaragua. En una entrevista con DESPACHO 505, en el 2022, relató que se topó con Rosario Murillo tres veces en la vida. La primera vez que lo hizo fue en 1975, cuando en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN León), durante un encuentro con mujeres escritoras. Escorcia recordó que en ese momento solo tuvo un pequeño saludo.

“Después de la derrota electoral del Frente Sandinista en 1990, comencé a notar que ella escribía en Ventana, unos artículos horriblemente ofensivos, en contra de doña Violeta Barrios de Chamorro, con un lenguaje…”, se contiene para no tener que repetirlos, expresó Vilma Núñez en la entrevista realizada en enero de 2022.

La tercera vez que se topó con Rosario Murillo fue en 1998, cuando el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, decidió llevar la defensa de Zoilamérica Narváez, la hija de Rosario Murillo, que acusó por violación a su padrastro, Daniel Ortega.

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Rosario “llegaba y llegaba a pedirnos que no la defendiéramos. Me decía ¿cómo es posible que vos con tu trayectoria y tus antecedentes de lucha, vayás a defenderla? Que la defiendan los somocistas, porque esa es una trama somocista… es un plan de la CIA”, recordó la expresidenta del Cenidh.

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