Los líderes de la oposición rechazan la vía armada como salida a la crisis de Nicaragua
Los principales rostros de las organizaciones opositoras del país continúan apostando por la vía electoral para sacar a los Ortega Murillo del poder, contrario a lo que plantea el exmagistrado Rafael Solís
- Managua
- mayo 31, 2024
- 06:59 AM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
La mayoría de los líderes de la oposición de Nicaragua han rechazado la propuesta del exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rafael Solís, de recurrir a las armas para poner fin a la dictadura de Daniel Ortega, en el poder desde 2007. El planteamiento de Solís, otrora figura cercana a Ortega, ha molestado a algunos liderazgos que siguen apostando por elecciones libres y transparentes.
“Nosotros siempre hemos apostado por una ruta no violenta que requiera el acuerdo de las principales fuerzas actualmente dispersas de la oposición para desarrollar una estrategia integral”, dice al respecto el líder campesino Medardo Mairena. En esa misma línea se han referido Max Jerez de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) y el presidente de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), Luis Blandón.
Los opositores consultados por DESPACHO 505 se han mostrado sorprendidos por las declaraciones del exmagistrado Solís, exiliado en Costa Rica, que además de plantear una salida armada dijo estar dispuesto a ponerse a ponerse al frente en caso de que la población decida rebelarse contra la dictadura auxiliándose de las armas. “Solo una acción militar será efectiva para acabar con la dictadura”, sostuvo en declaraciones a 100% Noticias.
“Solo quedan otras vías, que yo las he pensado y nunca he querido decir, porque mucha gente me cae encima. Solo queda la vía (armada), la que a nadie le gusta por los costos que tiene, es la que se ha usado en la historia de Nicaragua desde la independencia”, agregó Solís.
El que fue máxima figura del Poder Judicial, hasta que decidió renunciar por la represión del régimen, pretende que el país se embarque en una gesta como la de la década de los 70 que terminó con el derrocamiento del dictador Anastasio Somoza.
“No considero que la vía armada sea la solución más viable para la salida de la crisis. Es considerada una de las posibles salidas, pero desde mi punto de vista y de la organización en la que yo participo, siempre hemos apostado por una salida cívica que utilice las vías políticas para salir de la dictadura”, dijo el líder estudiantil Max Jerez.
Otra fuente diplomáticas consultadas por este medio tildaron de inoportunas las declaraciones del exmagistrado Solís. “Los tiempos han cambiado, el país no soportaría otra guerra y las naciones de América y Europa tampoco apoyarían esa posible salida. Nadie en este siglo va a financiar a un movimiento armado en Nicaragua, lo que se debe hacer es presionar a naciones democráticas para que presionen al régimen y lo obliguen a una negociación”, dijo la fuente.
Opositores: Faltan condiciones para acorralar a Ortega
Para los opositores, aún no están dadas “todas” las condiciones para ejercer la mayor presión posible hacia el régimen de Ortega. Tampoco hay una estrategia clara de la oposición para presionar a Ortega, quien además ha cerrado todos los espacios cívicos del país y ha descartado en más de una vez una posible negociación con la mediación de Estados Unidos. Algunos sectores apuestan por hechos imponderables que puedan surgir en la marcha.
Desde Unamos, la organización de antiguos miembros del sandinismo que lucharon contra Somoza, han descartado de plano la vía armada. “No es opción para salir de la dictadura. Los nicaragüenses en el 2018 elegimos la salida cívica y pacífica. La ruta sigue siendo desgastar a la dictadura. Eso pasa por la organización de la oposición interna con presión internacional. Es importante debilitar las estructuras de poder, como la élite del Ejército y la Policía”, dijo Blandón.
Hasta el momento, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Reino Unido han establecido sanciones contra funcionarios e instituciones del régimen, pero no han tenido un impacto significativo. Es por eso que otros sectores de la oposición señalan que se debe considerar sanciones directas al país, como la expulsión de los tratados de libre comercio lo que supondría un quiebre económico.
“Yo no creo que sea una buena idea promover sanciones que colapsan totalmente la economía de un país. Tienen que ser sanciones más inteligentes y que no afecten a la población”, dijo Carolina Jiménez, presidenta la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés). Al margen de las declaraciones de Solís, solo un sector radical de derecha en Miami había planteado la lucha armada en Nicaragua.
Otras voces como la del excanciller de Nicaragua Norman Calderan consideran que la única salida que le queda al país es la justicia internacional, la que, según él, es el “arma más importante para cambiar la correlación de fuerzas y conseguir que Ortega se disponga a negociar”.
Caldera también descartó “la lucha armada porque Nicaragua ya sufrió demasiado con la revolución sandinista, que acabó siendo una gran estafa”.