Analistas: El cainismo de Ortega esconde a un caudillo nervioso, desconfiado y cada vez con más miedo

Los ataques contra Humberto Ortega denotan la preocupación del régimen, "es el claro temor de que se mueve algo a lo interior de las filas militares y es un temor real", sostiene Óscar René Vargas

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Daniel Ortega acuerpado derecha por el jefe del Ejército, general Julio César Avilés, y a su izquierda por Rosario Murillo y el consuegro de ambos y jefe de la Policía, Francisco Díaz. Foto: El 19 Digital
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Despacho 505
  • May 29, 2024
  • 12:08 PM

Voces políticas independientes y cercanas a El Carmen, la residencia de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aseguran que el binomio de poder, no ha dormido tranquilo después que el general en retiro Humberto Ortega, los describió como un régimen moribundo y con una sucesión dinástica condenada al fracaso. 

Ortega lo confirmó con un discurso airado contra su hermano en un escenario que delataba el sello de Murillo: cargado de símbolos y mensajes subliminales, con escuadrones de oficiales y policías en primera fila que, esta vez, desplazaron a los selectos jóvenes vestidos con camisas blancas que asisten a sus actos.    

Ortega y Murillo se han sostenido en el poder 17 años continuos, la mayoría valiéndose de trucos políticos, engaños electoreros y acciones represivas. En los últimos seis años, desde el 2018, se han atornillado al poder con el uso de las armas de la Policía, el Ejército y de paramilitares, los ejecutores de graves violaciones a los derechos  humanos, incluidos crímenes de lesa humanidad, según los informes derechos humanos de especialistas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de la Organización de Naciones Unidas, (ONU). 

Mientras Ortega lanzaba insultos contra su hermano al que llamó "sacrílego", "vergüenza nacional" y declaró “un traidor a la patria" por, según él, haber “entregado su alma al diablo", una Rosario Murillo asentía aprobando cada epíteto, pues con la actitud agresiva y ‘cainista’ del dictador asiste, finalmente, a la caída de su cuñado.

“Tienen miedo” 

A Óscar René Vargas le bastó repasar las primeras líneas del discurso del dictador para percibir que “hay miedo en el régimen”. “Por alguna razón”,  dice, “las posiciones planteadas por el general Humberto Ortega, los tiene nerviosos”. 
Para el analista, el objetivo principal del acto de este martes 28 de mayo en Managua era descalificar al general en retiro, quien fue fundador del Ejército Popular Sandinista en 1979 y lo dirigió hasta 1995. 

“El régimen tiene miedo de que lo dicho por Humberto (Ortega) haya tenido alguna repercusión a lo interior de las bases, es decir en soldados del Ejército y de la Policía, porque todos vimos que llevaron a policías y soldados escogidos, naturalmente, por ellos”, plantea Vargas.

Al opositor y expreso político del régimen, Juan Sebastián Chamorro, le llamó la atención la numerosa comitiva de militares y policías que fueron llevados a un acto que fue más partidario que estatal. “Ortega quiso enviar un claro mensaje a su círculo íntimo y fuera de él, de que no van a permitir amagos de traición, porque además quiere decir que si hace eso con su hermano, lo hace con cualquiera que amenace su permanencia en el poder”, explica. 

Chamorro percibe a Daniel Ortega “muy dolido, airado y rencoroso”.  “Este tipo de reacciones también lo muestran débil y con miedo ante las fuerzas que lo sostienen que son las instituciones con armas. Hay mucha gente convencida de que ya como régimen no es viable y esa actitud lo deja también claro”, argumenta. 

“El cuento” de la medalla 

En el afán de siempre de retorcer la historia para acomodarla a su manera, Ortega recordó en su discurso cuando su hermano, en el  año 1992 siendo jefe del Ejército de Nicaragua -con el sandinismo fuera del poder y gobernando Violeta Barrios de Chamorro-,  condecoró al teniente coronel Dennis F. Quinn, jefe de la Agregaduría Militar del Gobierno de los Estados Unidos en Managua, con la medalla al valor ‘Camilo Ortega Saavedra’ en Oro.

"¡Qué vergüenza, qué vergüenza!", recriminó Ortega 32 años y anunció un decreto que anuló la distinción. Vargas dice que la parte que el dictador no señala es que no fue una iniciativa de Humberto Ortega reconocer al militar estadounidense, sino una decisión primero del Estado de Nicaragua con la aprobación de los altos mandos de la época. “Es interesante que centra su ataque en el general Ortega y en nadie más”, señala el analista. 

Óscar René Vargas cree que el régimen “huele algo” en su ambiente. Asegura que la condición en que mantiene a su hermano y como ha venido escalando en su actitud represiva, tendría una justificación. “Es el claro temor de que se mueve algo a lo interior de las filas militares y es un temor real, no tanto  a la cúpula que han jurado lealtad, hay un descontento  no solo por lo que pasa con el general, sino que al interior del Ejército se sufre lo mismo que sufre la población en general”, razona.

Humberto Ortega permanece bajo secuestro policial en su residencia en Managua desde el 19 de mayo, un día después de que brindara una entrevista al medio argentino Infobae en la que reconoció que analizó la crisis en el país y descartó que Rosario Murillo o cualquier otro familiar puedan heredar el poder ante la eventual muerte del dictador.

"Sin Daniel no hay nadie, porque, con todo y todo, Daniel es el único líder, histórico, que aún conserva los créditos de esa lucha (política). Sin Daniel veo muy difícil que haya unos dos o tres que se junten", indicó el militar retirado.

“Lo único que puede resolver ese vacío, y que no haya una anarquía y un caos en el país, es el Ejército (...) Y buscar una salida en el corto plazo, quizás un año o menos, para convocar a un proceso electoral, ya sea el programado para el 2026", fue otro de los planteamientos que incomodaron en El Carmen.

En respuesta, la Policía cercó la vivienda de Humberto Ortega, incautó sus teléfonos celulares y computadoras, lo citó para un interrogatorio y le impuso detención domiciliaria.
 

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