La desaparición forzada se agrava en Nicaragua

La desaparición forzada de prisioneros políticos es la forma de represión que más ha agravado la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en los últimos meses, aunque también ha endurecido las condiciones carcelarias en el centro penitenciario La Modelo, de Tipitapa, denunció la Unidad de Defensa Jurídica (UDC).

En cuanto a la desaparición forzada, la UDJ mencionó los casos del líder indígena Brooklyn Rivera, de quien sus familiares no saben nada desde que fue arrestado el pasado 29 de septiembre de 2023; el del excatedrático de la UNAN-Managua, Freddy Quezada, detenido el 29 de noviembre de 2023 y, el más reciente, el del poeta Carlos Bojorge, capturado el pasado 8 de abril.

Según el comunicado, las familias están bajo zozobra queriendo saber cómo están sus seres queridos, pero la Policía Orteguista no les brinda ninguna información. "Se ha impedido toda comunicación entre los detenidos y sus familiares o abogados. De tal manera que no se tiene certeza de sus condiciones de detención, constatación de su estado de salud y vida, ni de su integridad personal", reza el comunicado de la UDJ.

El organismo ha constatado que, tras detener a los prisioneros políticos, la desaparición forzada por ocultamiento de paradero se ha constituido como una práctica violatoria de los derechos humanos, por parte de la dictadura..

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Torturas y extorsiones

La dictadura mejoró un poco las condiciones carcelarias en La Modelo de Tipitapa en febrero, pero un mes después, las ha vuelto a empeorar a través de la mala atención médica, la higiene en los alimentos, a los que también les echan cantidades excesivas de bicarbonato. Además, están torturando a los reos políticos, como no dejarlos dormir o despertarlos poniéndoles un foco en los ojos.

Algo que llamó mucho la atención fue que los policías han estado extorsionando a los familiares de presos políticos, exigiéndoles grandes cantidades de dinero y prometiéndoles que después de pagar sus reos serán liberados. Las plagas de zancudos y cucarachas tienen locos a los prisioneros políticos, pero no les permiten el uso de repelentes, de acuerdo con las denuncias.

Al organismo defensor le preocupa que los reos políticos no están recibiendo atención médica adecuada ni les realizan exámenes médicos necesarios. Algo degradantes que les realizan a los prisioneros políticos es que les cortan por medio la barba y el bigote y también, una vez a la semana, les cortan el cabello bajo la falsa promesa de que "pronto podrán ser liberados", una evidente tortura psicológica, finalizó la UDJ.