Humberto Ortega afirma que sin Daniel no hay sucesión, ni Murillo ni sus hijos

Ante una eventual muerte de Daniel Ortega no hay sucesión dinástica en Nicaragua. Ni su esposa la vicepresidenta Rosario Murillo, ni sus hijos carentes de liderazgo político, pueden tomar su lugar asegura Humberto Ortega, hermano del dictador. 

En una entrevista con Infobae, el hermano de Ortega sostiene que cuando hay un poder de tipo autoritario, dictatorial como el actual en Nicaragua, que depende muchísimo de la figura de un líder que ejerce la Presidencia, es muy difícil que haya una continuidad del grupo de poder inmediato.  

“El partido actualmente no tiene repuesto. Están ahí, no por una mística, sino por estar ahí como funcionarios, muchos queriendo hacer bien, pero más que todo, teniendo beneficios de esa participación gubernamental y política. Si falta Daniel Ortega, para mí, Humberto Ortega, no hay posibilidad de que nadie de ese grupo de poder pueda ejercer la influencia frente a un proceso…”, dijo.  

El vacío que dejaría la muerte de Ortega en las filas de la dictadura no podría ser llenado ni por Rosario Murillo, ni ninguno de sus hijos, agregó. 

“Con todo y todo, Daniel es el único líder, histórico, que aún conserva los créditos de esa lucha. Sin Daniel veo muy difícil que haya unos dos o tres que se junten. Mucho menos uno en particular, y más difícil en la familia. Hijos que no han tenido el acumulado de una lucha política. Ni Somoza pudo establecer a su hijo”, afirmó. 

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Tras la muerte de Daniel Ortega, según Humberto Ortega, lo único que puede resolver ese vacío, y que no haya una anarquía y un caos en el país es el Ejército coordinado con la Policía quienes deberán “buscar una salida en el corto plazo, quizás un año o menos, para convocar a un proceso electoral”. 

REVELA INTENCIONES DE ELIMINARLE 

Humberto Ortega, de 77 años, ha criticado en varias ocasiones la represión del régimen contra el pueblo de nicaragua y la oposición desde abril de 2018. 

Vive en Managua, no ha sido encarcelado, confiscado o enjuiciado como centenares de opositores, pero dice que su libertad no se la debe a ser el hermano de Daniel Ortega.  

“Que seamos hermanos de sangre no quiere decir que este agrupamiento que dirige Daniel no haya tenido y tenga enormes malestares con un hombre como yo. Ha habido algunos que han llegado a pensar en eliminarme. De Daniel nunca lo he sabido, pero sí de gente que esta con él. Yo lo sé. Que te pueden envenenar, te pueden dejar ir un furgón en la carretera… Esas cosas pueden pasar. ¿Me pasaron? Pues ni modo, hasta ahí llegué”, reveló. 

Sobre sus posiciones políticas, asegura que no está a favor ni en contra del régimen de su hermano, como tampoco está a favor o en contra de la oposición, principalmente desterrada. 

La salida a la crisis, dice, sería un “reencuentro” entre todas las fuerzas de la sociedad, particularmente las políticas “que están más llenas de odio y polarizadas”. Para esto, dice, la iniciativa debe llevarla el régimen y su hermano Daniel.