Observatorio pide denunciar la "galopante" y sin control corrupción estatal en Nicaragua

La corrupción en Nicaragua es "galopante", "no hay control sobre ella" y, mientras esté la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, solo se puede combatir denunciándola, advierten investigadores del Observatorio Pro Transparencia y Anti-corrupción de Hagamos Democracia.

El observatorio presentó una actualización del libro El control de la corrupción en Nicaragua, que fue publicado por primera vez en 2007. El libro, que está disponible en la página web del Observatorio, es "una poderosa herramienta para la denuncia y la acción ciudadana", indicaron los investigadores.

Además, el observatorio tiene un sistema para la recepción de denuncias de forma anónima a través de internet.

NICARAGUA, ENTRE LOS PAÍSES MÁS CORRUPTOS DEL MUNDO

Según el Índice de percepción de la corrupción 2023, elaborado por Transparencia Internacional, de 180 países en el mundo, Nicaragua ocupa el puesto número 17 entre los más corruptos.

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Los investigadores del Observatorio determinaron que en Nicaragua la función pública se ve como "un método de enriquecimiento" y "no como un servicio".

La situación ha empeorado a raíz de la llegada al poder de Daniel Ortega y el Frente Sandinista en 2007. Desde el principio instauró los Consejos del Poder Ciudadano (CPC) para tratar de cortar la participación ciudadana.

El contexto ha cambiado tanto que en las alcaldías ya no existe la autonomía municipal y no son los alcaldes quienes mandan, sino los secretarios políticos del FSLN. El control de la dictadura no tiene precedentes y ya no existe la participación ciudadana.

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INSTITUCIONES MERMADAS

Una de las principales maniobras de la dictadura, para que en Nicaragua no exista ese control de la corrupción, fue restarle poder a la Contraloría General de la República (CGR), la institución supuesta a velar porque se utilicen bien los recursos del Estado.

En el caso de la Fiscalía, otra institución importante en la lucha contra la corrupción, está dominada por fieles a los dictadores. A la Procuraduría General de la República (PGR), la abogada del Estado, le quitaron una ventanilla para que la población realizara denuncias. Esa ventanilla ya no existe.

También existía una oficina de ética pública, que en principio debía de capacitar en cuestiones éticas a los funcionarios públicos. Esa oficina de ética pública hoy está bajo el instituto de deportes, sin saberse por qué.

Para rematar, como Nicaragua ya no es parte del Organismo de Estados Americanos (OEA), se desconoce si el país cumplirá con la Convención Interamericana Contra la Corrupción (CICC), que está regida por la OEA.

De esa forma, concluyeron los investigadores, la corrupción en Nicaragua no tiene control y por el momento lo único que se puede hacer para combatirla es denunciarla.