Cuenta atrás para la salida de Nicaragua de la OEA

El próximo 19 de noviembre se concretará la salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos, cuando se cumplan dos años de la denuncia a la Carta de la OEA hecha por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Expertos consultados por DESPACHO 505 ven poco probable que se revierta esa decisión y advierten que aislará aún más al país.

La dictadura anunció su intención de abandonar el organismo interamericano después de que la Asamblea General de la OEA aprobó una resolución donde denunciaba que las elecciones generales del 2021 "no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática".

Nicaragua suscribió la Carta de la OEA en abril de 1948. El artículo 143 señala que una vez transcurridos los dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General recibió la notificación de denuncia, “la presente Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta”.

El pasado 20 de septiembre, durante la conmemoración del Día Internacional de la Democracia, el embajador Francisco Mora, representante de Estados Unidos en la OEA instó a Ortega a cambiar en su decisión de denunciar la Carta de la OEA, y lo llamó a “volver a comprometerse con la Organización y a crear un entorno abierto para elecciones libres y justas que permitan al pueblo nicaragüense determinar el futuro de su país”.

Un experto en temas internacionales señala bajo anonimato que la salida de Nicaragua ya está consumada y que podrían estar pendientes algunas obligaciones como el pago de cuotas.

Pese a la salida de Nicaragua, hay convenios y tratados interamericanos que continuarán vigentes ya que no fueron denunciados como es el caso de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José.  

“Nicaragua se había retirado de la OEA y suspendido toda participación en sus órganos, el vencimiento del plazo establecido en la Carta para consumar su retiro de la organización ratifica el profundo aislamiento del régimen y su rechazo a las normas fundamentales que rigen la convivencia hemisférica”, señala el experto.

LEA TAMBIÉN: Ernesto Medina sobre el fracaso de la Casimiro Sotelo: «Les quedó grande la UCA y es una bofetada a la dictadura»

ORTEGA BUSCA UN “LUGAR CÓMODO” DONDE NO LO DENUNCIEN

El exdiplomático José Dávila considera que Ortega no va a reconsiderar la salida de la OEA ya que el interés es “buscar un lugar más cómodo” con aliados como Rusia, China, Siria, para eludir los señalamientos de violaciones a los derechos humanos. 

“Va huyendo de los llamados de atención con que lo hubieran expulsado de la OEA, va huyendo, pero lleva la carga moral que no hizo caso en estos años de todas las recomendaciones”, valora.

Desde el estallido social del año 2018 en Nicaragua, la dictadura ha incumplido la mayoría de las resoluciones emitidas por el Consejo Permanente y la Asamblea General.

Dávila es del criterio que Ortega es un mal ejemplo para la región ya que otros gobiernos podrán copiar la decisión del dictador de violar los derechos humanos y evadir los señalamientos saliéndose de la OEA. 

 “Ortega abandona como Estado la OEA, lo que es un desprecio a América porque está inclinado hacia otro lado”, critica.

POSIBLES CONSECUENCIAS PARA NICARAGUA

Una de las posibles consecuencias de la salida de Nicaragua de la OEA será que también podría dejar de pertenecer al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ya que el Convenio Constitutivo de la institución financiera señala en su artículo dos que serán miembros fundadores del Banco los "miembros de la Organización de los Estados Americanos”.

“Pero habrá que ver qué decide la Asamblea de Gobernadores (del BID), pues entiendo que no existen precedentes", explica.

DECLARACIONES DE LA OEA SOBRE LA CRISIS DE NICARAGUA

Son innumerables las declaraciones de condena contra el régimen de Nicaragua tanto en el seno del Consejo Permanente como de la Asamblea General. Ninguna ha sido atendida. En los últimos cinco años el organismo ha emitido condenas y llamados al cese inmediato de la represión, intimidación y amenazas contra el pueblo de Nicaragua.

En junio de 2018, se creó el Grupo Interdisciplinario Internacional de Expertos Independientes (GIEI) que llegó a Managua en julio de ese año y expulsado en diciembre un día antes de presentar su informe que certificaba por primera vez crímenes de lesa humanidad.

LEA TAMBIÉN: Ortega ejecuta la «persecución más cruel y fuerte” contra la Iglesia en Nicaragua

Un año más tarde, en junio del 2019, la Asamblea General de la OEA sesionó en Colombia. En otra declaración reiteró su preocupación “por el deterioro de las instituciones democráticas y los derechos humanos en Nicaragua” y expresó su apoyo a buscar una salida pacífica a la crisis.  

Ortega comenzó a hacerse de oídos sordos a la petición de permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de sus mecanismos.

En esa declaración también se instruyó al Consejo Permanente de la OEA crear una “comisión de alto nivel” que nunca ingresó al país.

ORTEGA CIERRA Y CONFISCA INSTALACIONES DE LA OEA EN MANAGUA

En octubre del 2020, en una nueva declaración se reiteró la preocupación por las violaciones a los derechos humanos y se pidieron elecciones libres para el año 2021. De nuevo Ortega no acató la resolución.

Del 10 al 12 noviembre del 2021, en Guatemala, los países que integran la Asamblea General declararon que las elecciones del 7 de noviembre del 2021 en Nicaragua no fueron ni libres, ni justas, ni transparentes y no tienen legitimidad democrática.

Daniel Ortega ignoró los llamados a liberar a los presos políticos, restituir los derechos civiles y políticos y poner punto final a las detenciones y hostigamientos a medios de comunicación. 

LEA TAMBIÉN: Las mujeres y la niñez de Nicaragua están más expuestos a la trata de personas desde 2018

Días después de la declaración, el 18 de noviembre de 2021, la dictadura respondió denunciando la Carta de la OEA e inició su proceso de salida del organismo.

La dictadura no esperó los dos años que se cumplirán en noviembre próximo para su salida. En abril de 2022 ordenó el cierre de las oficinas de la OEA en Managua, le retiró las credenciales a sus representantes y además confiscó sus instalaciones.