Daniel Ortega llega al 44 aniversario de la Revolución más aislado

Daniel Ortega y Rosario Murillo celebran este 19 de julio el triunfo del orteguismo sobre el sandinismo, dice sin darle muchas vueltas al tema el politólogo Silvio Prado. “Lo que vemos, son ruinas de lo que hace 44 años fueron los principios del sandinismo”, señala.

El Carmen, la residencia donde viven los dictadores en Managua, está agitado desde este martes que iniciaron los preparativos para celebrar 44 años de una revolución que frustra a miles de nicaragüenses que creyeron que en Nicaragua no volvería a instalarse otra dictadura.

Ernesto vive de lo poco que logran mandarle sus dos hijos que se fueron “mojados” a Estados Unidos el año pasado. Tiene 71 años. Fue zapatero toda su vida y aunque cotizó para una pensión, no logró reunir las cuotas suficientes debido a la informalidad de su empleo.

Cuando tenía 22 años se unió a los rebeldes sandinistas que armados sacaron a Somoza del país. A él le tocó asaltar el comando “La Pólvora” en Granada. Hace algunos años, un día como hoy amanecía con las canciones de los hermanos Mejía Godoy a todo volumen, “pero eso ya es historia”, se lamenta.

LAS RUINAS DE AQUEL FSLN

Ernesto asegura que nada queda del sandinismo al que él sirvió, más que cuatro letras y una bandera que por sus cataratas y “otras babosadas” ya no distingue si es rojinegra, fucsia o los colores pastel de Rosario Murillo, a quien él desconoce como dirigente.

“Hace años eso (el FSLN) era mística, amor al prójimo, sacrificio, solidaridad”, expresa. “Hoy es soberbia, arribismo, desprecio a la gente y lo peor, criminalidad. Mataron con la pañoleta guerrillera al cuello, eso era sagrado, mataron a jóvenes desarmados, pecado señor, traición a la patria”, espeta.

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El anciano se refiere a los hechos de abril de 2018 cuando, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 355 asesinatos son responsabilidad directa de Daniel Ortega y Rosario Murillo que armaron a sus fanáticos y les ordenaron que junto a policías uniformados atacaran tranques y barricadas de una revolución cívica que exigía su salida del poder.  

“Eso aprendimos en el sandinismo a luchar por la libertad, pero este señor, esta señora (Ortega y Murillo) enseñan a matar para estar ahí enjorquetados en el poder. No es así, eso no es sandinismo”, dice el granadino, mientras se traga de sopetón la última porción de café amargo que bebe.

Don Ernesto pertenece ahora al 75% de los nicaragüenses que según la firma encuestadora Cid Gallup no tiene partido de preferencia, eso aunque a él también le cueste la liberación de Nicaragua de aquella dictadura que esquiló al país durante 40 años y que acabó de la peor manera en 1979.

En una clara contradicción, el Frente Sandinista o lo que queda de él, dice que también celebra esa liberación, pero exhibe a sus líderes, marido y mujer, felices y vociferando falsos argumentos para justificar 16 años continuos en el poder y en camino a superar a Somoza.  

La misma encuesta contratada por Confidencial y que fue realizada entre el 14 y el 20 de junio, señala que tanto Ortega como Murillo celebrarán este 19 de julio los 44 años de lo que fue la revolución con solo el 13% de aprobación de la población.

“Ahí lo que queda son ruinas”, agrega el politólogo Silvio Prado.

ORTEGA Y SU 19 DE JULIO EN SOLEDAD

Martha Patricia Molina es abogada e investigadora y se ha especializado en el estudio de temas de corrupción. En el exilio, debido a que sus opiniones en Nicaragua la llevarían a una prisión de Ortega y Murillo, señala que el dictador celebra esta fecha “sumergido en una decadencia y una decrepitud” que va más allá de los 78 años de vida a los que llegará en noviembre de este año.

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“Ortega llega más decadente y decrépito que nunca al aniversario de la Revolución que él con su comitiva traicionaron y robaron”, dice.  “Un Ortega que se encuentra más solo que nunca a nivel internacional y con la mayor desconfianza de su historia porque no sabe quién será el próximo a traicionarlo”.

Molina recuerda que en los últimos meses el régimen libra a nivel interno un canibalismo brutal porque no todos están de acuerdo con la forma en que el matrimonio dirige el partido. Ocurrió en la Corte Suprema y últimamente ha tenido que sacudir las ramas en las filas de la Policía, su brazo represor de ciega fidelidad y que ha sido sancionada internacionalmente por cumplir órdenes que rayan en crímenes de lesa humanidad.    

Silvio Prado, miembro de la Red Nicaragüense por la Democracia y el  Desarrollo Local, también destaca la soledad del dictador. “Está aislado internacionalmente, convertido en isla completa”, señala. Expone como ejemplo más reciente lo ocurrido este martes con la declaración sobre la guerra en Ucrania de la cumbre de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Sólo Nicaragua no la firmó.

“Se quedó sólo, no firmó por su férrea alianza o su condición de perro guardián de Rusia. Ha sido más útil él para Putin, que Putin para él, es un nivel de fanatismo. Una vergüenza no haber firmado una declaración porque aludía a la guerra, una declaración descafeinada (inocua) solo por desconocer la guerra”, critica Prado.

Ortega y Murillo ha sido abandonados a su suerte después de la deriva autoritaria en la que han caído. Cuba y Venezuela, dos regímenes autoritarios como el que ellos dirigen, son los únicos países que siempre vuelven por ellos. De largo y según las circunstancias, encuentran apoyo en gobiernos de izquierda moderada en la región como Colombia y Brasil.

Este último, por ejemplo, en voz de su presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, llegó a calificarle como un error que aprese a un obispo de la Iglesia católica y hasta lo llamó a que pidiera perdón por el exabrupto. Ortega ha callado y se le ha visto desesperado sin saber qué hacer con monseñor Rolando Álvarez, quien se rehúsa valientemente al destierro que el dictador le exige.

ILEGÍTIMO Y MÁS AUTORITARIO   

Ortega llega otra vez a este 19 de julio como un presidente ilegítimo. El 24 de junio pasado, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se lo recordó en una conferencia de prensa al finalizar la 53 Asamblea General que el bloque regional celebró en su sede de Washington hace un mes.

Almagro recordó que el foro regional no reconoce los resultados de las votaciones de noviembre de 2021, cuando Daniel Ortega se reeligió para un cuarto mandato y para imponerse sin competencia política encarceló a sus rivales a los que solo liberó por la vía del destierro este febrero pasado.

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Prado señala en este punto, que más que el desconocimiento de la treintena de países que dentro del foro de la OEA y fuera de él desconocieron esos resultados, hay que anotar la ilegitimidad por “el divorcio del dictador de la fuente principal de la legitimidad, que es el voto del pueblo”.

Según el observatorio Urnas Abiertas la abstención a nivel nacional para esos comicios llegó al 81%, un abstencionismo histórico que superó al 45% de los comicios de 2011 y el 72% de los comicios generales de 2016.

Es decir, Daniel Ortega y Rosario Murillo se amarraron la banda presidencial para un cuarto mandato continuo tan solo con un 18.5% de la población, algo que ni Somoza hizo. “Si ahora solo lo apoya un 13%, (según Cid Gallup) eso retrata esa ilegitimidad por cuanto no se corresponde ese número con la población”, explica Prado.

¿Llega a este 19 más autoritario? Prado dice que él no lo llamaría así. “Más bien buscan perpetuarse en el poder a través de una dinastía”. “Lo que fue el FSLN es ahora un proyecto dinástico y sultánico, no hay revolución, ni partido. Con menos Frente Sandinista cada vez. Después de 44 años, el FSLN, el autor de la revolución no existe, es un proyecto personal gestionado por una empresa familiar”, amplía.

UN 19 CON DOS DIOSES EN UNO Y OCHO APÓSTOLES

Si alguien puede hablar de la Revolución de 1979 es la exguerrillera Dora María Téllez. Combatir al dictador en el que se convirtió su antiguo compañero de armas le costó secuestro y cárcel durante 506 días en El Chipote, en Managua. Y claro, ahora su destierro. La legendaria Comandante Dos ve que el régimen agoniza. “No tiene vuelta atrás”, asegura en una entrevista que dio a La Prensa.

Para Téllez, la prueba de esos estertores fue el secuestro y condena contra el obispo Rolando Álvarez. Ortega y Murillo han enfrentado con ferocidad a la Iglesia católica que denunció sus desmanes. Desató su furia contra el clero, expulsó religiosos, robó sus bienes, secuestró, enjuició a sacerdotes en secreto y condenó a un obispo a 26 años de prisión y lo mantiene en una cárcel de máxima seguridad. "Si tiene que hacer eso, está claro que agoniza", señala la exguerrillera.

Para Silvio Prado todo eso se resume en una sola palabra: desquicio. “Persigue la religión porque en su cabeza, en su proyecto absurdo, construye una propia. Ortega es el dios, Rosario Murillo la sacerdotisa máxima y sus hijos son presentados como apóstoles”, ejemplifica.

Asegura que la persecución contra la Iglesia es una manifestación de esa expresión, la única fidelidad aceptada es a la deidad (Ortega) que ellos construyen. “Hace años en el viejo Frente Sandinista hubo una consigna que decía: que ´entre cristianismo y revolución no hay contradicción´, pero eso Ortega y Murillo lo mandaron al carajo. No es este el mismo FSLN, aún con los errores de los años 80, lo que ahora han hecho es peor”, aseguró.

En marzo pasado, al papa Francisco le tocó cargar sin matices contra los dictadores al ver sus excesos contra la Iglesia. El Pontífice les dijo que eran una “dictadura grosera” con tintes de “dictadura comunista o hitleriana”.

“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige”, manifestó el Papa en referencia a Ortega.

“PERSEGUIDOR, VERDUGO…RUINAS, ESCOMBRO”

La investigadora Martha Particia Molina recuerda que Ortega no ha reparado en ordenar cárcel a todo aquel que lo ha criticado.

Lo hizo con Dora María Téllez, igual que contra Victor Hugo Tinoco y contra el hombre que con su acción lo sacó de la cárcel, el general Hugo Torres que salió de El Chipote agonizando y murió en codición de preso político en febrero de 2022.

“Ortega ha recetado cárcel a sus amigos de lucha, los ha desterrado. Para otros ordenó Nicaragua por cárcel y los tiene silenciados. La verdad ni él tiene mucho que celebrar, sabe también que posiblemente este sea su último 19 de julio al que llega y muy mal”, señala la investigadora.

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Recuerda, como lo hace Prado, que el dictador camina arrastrando además de sus pesados 78 años, una seria acusación de cometer crímenes de lesa humanidad. Y no ha sido un señalamiento de opositores, lo hizo en marzo pasado el Grupo de Expertos de Derechos Humanos sobre Nicaragua (GRHEN, por sus siglas en inglés), de las Naciones Unidas al finalizar su primero año de investigación.

El informe constituye una prueba suficiente para activar el derecho penal contra Ortega, Murillo y su anillo represivo compuesto por funcionarios de su régimen cuyos nombres están debidamente documentados.

“Después de 44 años no hay sandinismo, lo que hay es orteguismo. Se consuma en una persona, que es Ortega, en decadencia crepuscular. Y pretende, aunque le queda poco tiempo, trasladar su autoridad política a su mujer aunque esa autoridad sean ruinas, escombros”, concluye Prado.