Señalamientos de exclusión eclipsan el proyecto de unidad de la oposición

La oposición de Nicaragua continúa sin encontrar un cauce común. Con la iniciativa Monteverde sobre la mesa, como propuesta para ser el paraguas de las organizaciones y liderazgos para hacer contrapeso al régimen de Daniel Ortega, persisten acusaciones de exclusión y verticalidad.

La más reciente crítica sale de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia (CUDJ). En un comunicado, compartido este jueves, la organización juvenil consigna su "preocupación ante los señalamientos de exclusión a líderes juveniles y otras personalidades importantes de la oposición nicaragüense".

CUDJ se queja de que la marginación "ha sido una práctica recurrente en la oposición" y explica que eso ha llevado a esta organización a desmarcarse de importantes espacios políticos surgidos en el cotexto de la crisis sociopolítica en el país. "Por eso somos los primeros en condenar estas prácticas y solidarizarnos con las personas afectadas", justifica la plataforma universitaria, al tiempo que insta a los líderes a "abrirse al diálogo político y explorar nuevas alianzas para fortalecer y reorganizar a la oposición nicaragüense".

Desde su lanzamiento, el pasado 28 de junio, la iniciativa Monteverde ha estado envuelta en polémica. Primero porque fue un proyecto concebido en secreto y el anuncio sorpresivo levantó más cuestionamientos que entusiasmo entre los sectores llamados a sumarse. A partir de ahí han surgido suspicacias por asuntos de liderazgos, miembros, objetivos, representatividad, etc. El Movimiento Campesino, por ejemplo, se apresuró a tomar distancia de la iniciativa por la que han apostado parte de los excarcelados políticos que en febrero pasado fueron desterrados a Estados Unidos.

14 PUNTOS QUE DEBEN RESOLVER

En el caso de la Coordinadora Universitaria, en su pronunciamiento sobre la propuesta de unidad plantea 14 puntos que considera necesario sean resueltos por la oposición inlcluida la necesidad de "solucionar la pérdida de autoridad y credibilidad ante ciudadana, que rompa con la creciente apatía para participar de los procesos políticos.

Mencionan también la necesidad de construir una fuerza política "como opción para llegar al poder y producir un cambio político" en Nicaragua, así como procesos para fortalecer la representatividad y legitimidad de los actores de oposición.

Entre otras cosas consideran que hace falta "construir a través del diálogo político objetivos estratégicos que contribuyan a cambiar la correlación de fuerzas entre oposición-gobierno y debilitar las bases del poder político, económico y militar del régimen".

"Las diferencias y debilidades de la oposición deben dirimirse en la concertación y no públicamente", es otro de los planteamientos de los jóvenes.

Asimismo, creen que hace falta "democratizar los procesos de tomas de decisiones internas y el ejercicio del poder" y plantean necesario impulsar "cambios en las prácticas tradicionales de relacionamiento entre los
actores de oposición".

Incluyen en los puntos a subsanar la construcción de "una expresión genuina de los intereses de la sociedad nicaragüense".

"La oposición debe debatir y analizar con responsabilidad todas las alternativas posibles para salir de la crisis sociopolítica y las implicaciones que tienen cada una de ellas", dice otro de los puntos.