Los ataques de Ortega contra la iglesia Católica son los más viscerales de la historia, muestran su flaqueza
Los analistas consideran que las acciones del régimen demuestran que se está cayendo a pedazos, mientras que sus mismas bases reprochan la arremetida contra la Iglesia nicaragüense. “Ortega está repitiendo los mismos errores de los años 80”, dice Mónica Baltodano.
- agosto 03, 2022
- 11:31 PM
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La persecución que Daniel Ortega y Rosario Murillo ejecutan contra la iglesia Católica es más brutal y directa que la de la dictadura de Anastasio Somoza, dice la exguerrillera sandinista Mónica Baltodano. Otras voces elevan los ataques a una “paranoia” y “desesperación” porque el régimen sabe que, inevitablemente, se hace pedazos.
En menos de cuatro meses, la dictadura de dos cabezas que enfrenta al clero nicaragüense ha clausurado al menos 11 medios de comunicación que los religiosos utilizaban para difundir sus enseñanzas y doctrina; dos sacerdotes están en prisión acusados de delitos comunes; ha expulsado a misioneras y misioneros y confiscado bienes que eran utilizados para hacer caridad.
Las tensiones que alcanzaron su punto más alto en los años 80 cuando Ortega gobernaba vestido de uniforme militar y hacía sangrar al país con una guerra para mantenerse en el poder, afloraron, nuevamente, con un Ortega más radical, envejecido y con una compañera de poder intransigente. Ambos encabezan otra guerra, esta vez contra todos los sectores del país que exigen su salida.
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https://www.facebook.com/despacho505/videos/444369181062798El ataque de policías armados perpetrado este martes contra religiosos y feligreses, en sus templos y en las instalaciones de sus medios de comunicación en Sébaco y Matagalpa, mostraron a un régimen desesperado, señala por su parte el analista costarricense Carlos Murillo.
El experto cree que el régimen se encuentra en un estado mental de “paranoia”, ya que ve amenazas en cualquier persona o institución que no entre en su categoría de “aliado”. Otros considera que es parte de sus estrategia de pensamiento único en el que intentan eliminar cualquier voz que no sea la oficial.
El Subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, tildó de “brutal ataque” el que ha ejecutado el régimen contra el clero católico, instalaciones radiales y miembros de la comunidad en la ciudad de Sébaco.
El funcionario estadounidense indicó que este “es otro golpe a las libertades de religión y expresión en Nicaragua”, pero además cuestionó a quienes llevan a cabo las acciones. “¿Cómo pueden hombres y mujeres de uniforme (mucha gente de fe) ejecutar tales órdenes?”, señaló Nichols, en referencia al asalto que ejecutaron policías en la capilla del Divino Niño de Praga, en la iglesia de la Divina Misericordia.
EL REGIMEN SE EQUIVOCA Y SE DEBILITA CON ATAQUES A LA IGLESIA
La exguerrillera Baltodano cree que una vez más Daniel Ortega se equivoca, pues considera que los acontecimientos de Matagalpa y Sébaco obedecen a una errada estrategia política, que tiene como objetivo prolongar el control del poder lo más posible.
“Algunos de ellos (defensores de la dictadura) creen que controlando los medios de comunicación y los púlpitos religiosos lo lograrán. Claro, lo expresan con el estilo y rabia política que les caracteriza. Pero es una equivocación que repite los errores de los años ochenta”, señala la exguerrillera.
Además, la otrora miembro del Frente Sandinista, explicó que Ortega tiene claro que al tener controlada la ciudadanía con el Estado de sitio de facto, la cárcel y la represión solo han quedado algunos templos como lugares donde sectores importantes del pueblo se reúnen y oran por los cambios que el país necesita. “El problema es que sus mismas bases no están de acuerdo con estas acciones y eso los va debilitando irremediablemente”, agrega Baltodano.
El político opositor Luciano García, del organismo Hagamos Democracia, también ve a un Ortega que apuesta a la violencia para mantener intacto el poder que cree ejercer sin que nadie le haga sombra. “La Iglesia profesa y reclama justicia, legalidad y legitimidad. Es su misión”, dice García.
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“El régimen le teme a los sermones, les incomoda y se lanzan contra la Iglesia como lo está haciendo, pero eso le causa dolor y sufrimiento al pueblo y eso no va a quedar ahí”, advierte García que igual que otra voces, cree que se calienta otra olla de presión como la que estalló en abril de 2018.
EL RÉGIMEN SULTÁNICO Y SU “GUERRA SANTA”
El 19 de julio de 2018, Ortega anunció su “Guerra Santa”. Lo hizo en plaza pública y frente a sus fanáticos que llegaron a Managua para celebrar contradictoriamente el fin de una dictadura familiar, mientras defienden otra. Ortega y su esposa los han colocado en ese predicamento.
Ese día, con las brasas de la Rebelión de Abril todavía vivas, Ortega se lanzó contra los obispos. Los acusó de apoyar las protestas, de estar del lado de “los golpistas” y llegó decir que hacía 42 días atrás, el 7 de junio, los sacerdotes le habían propuesto adelantar los comicios generales de noviembre de 2021 al 31 de marzo de 2019, sin que él, se presentara a la reelección como una forma de superar el conflicto social.
Por entonces, Nicaragua atravesaba la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, también con Ortega siendo Presidente, y se contaban entre 277 y 351 muertos, según organismos humanitarios. Pero Ortega no mencionó eso, solo denunció lo que, según él, amenazaba su estadía en el poder. Ese día se declaró enemigo de la Iglesia y de sus obispos.
El analista Murillo, considera que desde entonces y hasta ahora, Ortega se ha casado con la idea que dirige una cruzada necesaria para la supervivencia de él, su régimen y sus seguidores. Pero más grave aún, señala el especialista, es que él no cree que tiene límites, que está encima de las leyes y que no pagará por sus acciones.
“Para él tiene sentido todo lo que hace porque cree que está defendiendo su régimen sultánico, eso aunque pase por encima de la Constitución, del Estado de Derecho”, advierte.
Baltodano, por su parte, cree que desde ese 19 de julio, que significó la salida del episcopado como mediador del diálogo, los sacerdotes se han mantenido enfrentando las injusticias contra el pueblo. “Como resultado, estos han sido el blanco principal de la dictadura bicéfala, como demuestran las agresiones ocurridas en Sébaco”, sustenta.
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¿QUÉ DIRÁ EL VATICANO SOBRE ATAQUES A LA IGLESIA?
Murillo cree que el papa Francisco, como máximo líder de la iglesia Católica, se pronunciará sobre los atropellos a sus hermanos en cualquier momento. “No dudo que al papa Francisco le preocupe (la situación de Nicaragua). Es posible que lo haga en su homilía de este domingo”, indicó el especialista.
Cree que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha callado quizás por temor a ser expulsados como ha ocurrido en otras naciones bajo regímenes feroces como el de Ortega. “Podría interpretarse, visto desde afuera, que, si hace algún cuestionamiento más allá de las denuncias que han circulado, lleguen a expulsarlos, al estilo de China en busca de establecer una iglesia Católica afín a los intereses de Ortega”, advierte Murillo.
García por su lado, considera que el Vaticano se encuentra ante la gran oportunidad de evitarse pedir perdón en años futuros por callar las injusticias que pasan en Nicaragua, mientras que Baltodano cree por su lado, que no deberían esperar y desde ya critica su silencio. “Es importante cómo reaccionará la propia jerarquía eclesiástica y el Vaticano”, dijo.
“Hasta hoy no conocemos ni una palabra, y sobre hechos pasados, comunicados blandengues. El Papa no ha dicho esta boca es mía, desde los crímenes de lesa humanidad de 2018. No dijo nada de los presos, del cierre de medios de comunicación, no dijo nada de la expulsión de su embajador, de la expulsión de las misioneras de Madre Teresa de Calcuta, no dijo nada de la persecución a monseñor Rolando Álvarez. Y no ha dicho nada del cierre de sus radios. ¿Se quedará callado con el ataque a la iglesia en Sébaco?”, se preguntó.
En Sébaco y Matagalpa, dos religiosos amanecen bajo asedio policial y toda una comunidad sigue herida a causa de perpetradores armados que atacan su fe, profanaron sus templos y le faltan el respeto a sus líderes espirituales. Para los expertos estos hechos, indudablemente, reeditan los oscuros episodios del sandinismo en contra de la iglesia Católica.