Se estrecha el cerco al orteguismo

El régimen de Ortega, apurado y preocupado por la realización del Consejo Permanente del pasado miércoles 28 de agosto, envió un emisario al Secretario General de la OEA, a fin de transmitirle -y que este lo mencionara en su informe-, que retomarán el llamado de memorándum de entendimiento suscrito en el 2017 para “mejorar” la institucionalidad electoral de Nicaragua.

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  • septiembre 03, 2019
  • 07:01 AM

El régimen de Ortega aunque en público rechaza las demandas de la ciudadanía y de la comunidad internacional de realizar elecciones anticipadas, libres y transparentes, mediando una profunda reforma electoral, sabe que sus crisis es terminal y solo pretende ganar tiempo.

El régimen de Ortega apurado y preocupado tras la creación de una Comisión de alto nivel en la OEA, envió a un emisario al secretario general Luis Almagro, a fin de transmitirle que retomarán el llamado de memorándum de entendimiento suscrito en el 2017 para “mejorar” la institucionalidad electoral de Nicaragua.

El memorándum suscrito en febrero de ese año, entre el régimen de Daniel Ortega y la Secretaría General de la OEA, fue criticado por la oposición por no representar las demandas ciudadanas y pretender dar soluciones “técnicas“ a un problema político.

El Frente Amplio por la Democracia planteó en aquella oportunidad que para rescatar la democracia era necesario que los pasos y medidas fuesen definidos por todos los actores sociales y políticos del país. Dicho planteamiento mantiene ahora no solo su absoluta vigencia, si no que también ha sido refrendado por la rebelión cívica de abril del 2018 y la resistencia ciudadana que se mantiene.

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Dos años y medio después de aquel acuerdo, el orteguismo, hoy aislado, pretende revivirlo.

"El régimen de Ortega aunque en público rechaza las demandas de la ciudadanía y de la comunidad internacional, de realizar elecciones anticipadas, libres y transparentes, mediando una profunda reforma electoral, sabe que sus crisis es terminal y solo pretende ganar tiempo".

La conformación y la composición de la Comisión de Alto Nivel de la OEA, constituida por el Consejo Permanente de la OEA en cumplimiento del mandato de la Asamblea General de la OEA, realizada en Medellín el 28 de junio pasado, es una medida de mayor presión de la comunidad americana.

El régimen está obligado a recibir la visita de la comisión de alto nivel. Si no la recibe, las consecuencias vendrán más prontamente. La comisión deberá presentar su informe en el plazo establecido y solo podrá constatar evidencias contundentes de lo ocurrido y de la situación actual, en la que hay más de 130 presas y presos políticos, libertades conculcadas, acoso y acecho a los ciudadanos opositores y activistas sociales, y una violación cotidiana a los derechos humanos. Más de 70 mil nicaragüenses permanecen en el exilio por razones políticas.

Mención especial requiere la violación a la libertad de prensa. Varios medios de comunicación se encuentran funcionando en el exterior por haber sido confiscados sus bienes, decenas de periodistas han tenido que exiliarse y el diario La Prensa, sufre un embargo aduanero de sus insumos, lo que amenaza su circulación impresa.

Respecto al tema del memorándum electoral, y el posible involucramiento del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en una maniobra de Ortega para hacer reformas electorales unilaterales y superficiales, hay incertidumbre. Cabe recordar, sin embargo, que las responsabilidades del señor Almagro se enmarcan en los acuerdos de la Asamblea y el Consejo Permanente del organismo multilateral y en consecuencia su marco delimitado.

Nota: El presente artículo es responsabilidad exclusiva de su autor. La sección Voces es una contribución al debate público sobre temas  que nos afectan como sociedad. Lo planteado en el contenido no representa la visión de Despacho 505 o la de su línea editorial.

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