Diálogos y satrapías

Mientras a Maduro ya no le exigen dialogar, porque él mismo se colocó en la ilegitimidad y ya está al borde del abismo, en el caso de Nicaragua lo que nos dicen es que debemos dialogar con el sátrapa, el sátrapa que solo cree en el diálogo si lo favorece.

None
default.png
  • febrero 03, 2019
  • 03:49 AM

Mientras a Maduro ya no le exigen dialogar, porque él mismo se colocó en la ilegitimidad y ya está al borde del abismo, en el caso de Nicaragua lo que nos dicen es que debemos dialogar con el sátrapa, el sátrapa que solo cree en el diálogo si lo favorece.

Leo un artículo en The New York Times sobre Venezuela y encuentro fácilmente los puntos en común con esta otra satrapía en Nicaragua.

La acción política de estos sátrapas se basa en la lógica militar. Está fundada en el contraataque. Apuestan por nuestro desgaste y esperan el momento adecuado para lanzarse en un movimiento de contraofensiva.

Así han actuado siempre: han usado las mesas de negociación para ganar tiempo. Es una estrategia de guerra. Entienden el diálogo como otra acción bélica. Solo lo aceptan si pueden sacarle provecho. Su objetivo siempre es el mismo. No están dispuestos a negociar.

Pero Nicolás Maduro ya está atrapado en la absoluta ilegitimidad y el aislamiento. No hay vuelta atrás. Se autoproclamó ilegalmente y ahora nadie lo reconoce. Lo que se le vendrá encima ahora tiene el refuerzo de las leyes venezolanas y de las normas del derecho internacional.

Pero nosotros tenemos un gran problema. Aunque Daniel Ortega se robó las últimas tres elecciones, la comunidad internacional, aun con reparos y críticas, se las dejó pasar. Hoy deben considerarlo (como en efecto lo han dicho los eurodiputados) un interlocutor "legítimo" para un "diálogo" como nuestra "única salida pacífica".

Mientras a Maduro ya no le exigen dialogar, porque él mismo se colocó en la ilegitimidad y ya está al borde del abismo, en el caso de Nicaragua lo que nos dicen es que debemos dialogar con el sátrapa, el sátrapa que solo cree en el diálogo si lo favorece.

Por eso tiene lógica que el gran capital nicaragüense le haya estado dando oxígeno todo este tiempo.

Parece increíble pero, siendo la principal fuente de oxígeno de la dictadura (junto con la "pasividad" cómplice del ejército y nuestra falta de acción organizada), el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) se ha convertido en el "actor" más influyente de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, y desde allí hacen tercia para buscar el diálogo, o mejor dicho, para un "aterrizaje suave" que no nos garantiza como sociedad la consecución de justicia, ni siquiera libertad, porque no sabemos qué garantías le darán a Ortega y sus sátrapas para su supervivencia política y económica. Porque partiendo de su conducta más reciente, nada de lo que dialogan lo consultan.

Pero claro, ya los verdaderos actores de la rebelión cívica de abril han sido reducidos (cárcel, exilio y muerte: plomo). Solo quedan los actores políticos más hábiles o intocables, como el Cosep.

No sé quiénes quedan aún en la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) de todos aquellos que en verdad se rebelaron en abril, pero al parecer ya no tienen peso en el "juego" político. Porque en la Alianza Cívica domina el Cosep, y en la UNAB quienes quedan deben andar clandestinos.

Solo quedan entonces los figuradores de siempre. Los que se reúnen en secreto e inconsultamente con los emisarios gringos y parecen forzar el derrotero de esta lucha hacia el aterrizaje suave. Hacia el diálogo con un sátrapa cuya acción política se basa en la lógica militar y está fundada en el contraataque. Un sátrapa que apuesta a nuestro desgaste y aunque aparente ceder esperará el momento de lanzarse en contraofensiva.

Eso es lo que tejen los actores políticos que sobreviven en esta contienda, los flamantes "representantes" de nuestra lucha. Una lucha que desde 1979, y por los mismos actores, fue y sigue siendo traicionada.

Nota: El presente artículo es responsabilidad exclusiva de su autor. La sección Voces es una contribución al debate público sobre temas  que nos afectan como sociedad. Lo planteado en el contenido no representa la visión de Despacho 505 o la de su línea editorial. La publicación  no significa que este medio valide los argumentos o considere las opiniones como cierta.

Ayúdanos a romper la censura, necesitamos tu apoyo para seguir informando

Donar