Mafia líquida

¿No nos damos cuenta que en Nicaragua ya no hay Estado, ni Constitución, ni partidos, ni tribunales independientes, ni Contraloría?

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  • abril 01, 2019
  • 08:59 AM

¿No nos damos cuenta que en Nicaragua ya no hay Estado, ni Constitución, ni partidos, ni tribunales independientes, ni Contraloría?

Hemos vivido con un mito construido, varios mitos, mejor dicho. Los nicaragüenses, sí, los nicaragüenses hemos sido educados a base de mitos, mitos que no liberan, sino que ocultan la realidad de un país que es el paraíso de la mafia líquida, o mejor dicho; los corruptos, los lavadores de dinero, los narcos, los empresarios de tradición italiana, los revolucionarios de Mercedes Benz blindados y fiestas rusas con muchos kalashnikos y caviar.

Los nicaragüenses hemos sido educados con mitos nacionales que nos querían hacer ver, en términos nicas, como únicos y orgullosos en el mundo; los revolucionarios por ejemplo, los que vencieron a los marines yanquis, los antiimperialistas, los de la gesta de Rafaela Herrera contra piratas ingleses, los del buen verso que persigue una forma como Rubén Darío, los de la ética indoblegable como Sandino, los que pueden vencer la eternidad en las gestas de Carlos Fonseca Amador y las mujeres del Cuá, bueno, el colmo, el orgullo inigualable por tener dos lagos y volcanes.

Llegamos hasta tal punto de estar construidos a base de mitos que ya no tenemos ni país, nos lo expropiaron, solo nos querían dejar mitos a los que adoramos por defender nuestro país. Nosotros no podemos defender al país, ni levantar su bandera, si salimos a defenderlo somos terroristas, solo querían que adoráramos los únicos mitos válidos y mediáticos que defienden al país, como el comandante y la compañera.

Del país que era ya solo nos quedan referentes, solo canciones y poemas, llegamos a tal punto que hasta nos construyeron un mito de nuestra propia desgracia, el de sentirnos representados en aquel spot publicitario del Gobierno que decía: "Nicaragua, te quiero tal como sos". Y entonces nos volvimos a creer que éramos los únicos, los originales, los hijos de Sandino, los nietos de Rubén Darío, los descendientes de Rafaela Herrera y de Andrés Castro.

Estábamos tan alimentados de mitos que hasta nos querían montar el de Daniel Ortega y el de Rosario Murillo, de paso, el de sus hijos, los mitos de: "el comandante te paga la universidad", "Rosario la madre de todos los nicas" y por si fuera poco, el de Pellas, el hombre honrado hecho a sí mismo a base de mucho sudor en la frente.

Pero como el silencio absoluto no existe, siempre tuvimos a grandes destructores de mitos, como Leonel Rugama por ejemplo, que le daba la vuelta en sus versos a todo el sistema de privilegios, de clase social, de iluminados y de mitos, invertía con lápiz, papel y sus gruesos anteojos, toda la estructura histórica, militar, oligárquica y económica que siempre nos ha dominado.

¿Cómo lo hizo?, pues  a mi juicio lo hizo en su poema: "Como los santos", que en definitiva fueron los que salieron este 18 de abril a romper esa gran mentira con la que hemos venido siendo educados a base de mitos, la del comandante al que se lo debemos todo, la madre de todos nosotros y el hombre del buen dinero que tanto bien le hace al país, y sí, tenemos que querer al país tal como era, "Nicaragua te quiero tal como sos", eso nos hacían escuchar todos los días, a toda hora, en todo lugar, a todas las edades, como para que nos resignáramos a tener el país que teníamos, a que nos volviéramos a encauzar en la disciplina.

Mito, doctrina y disciplina, todo junto en Nicaragua, o como diría Horkheimer: "El mito quería contar, nombrar, manifestar el origen: y por lo tanto también exponer, fijar, explicar. Esta tendencia se vio reforzada por el extendimiento y la recopilación de los mitos, que se convirtieron en seguida, de narraciones de cosas acontecidas, en doctrina".

Pero cuando se caen los mitos con que nos han educado, es como que volviéramos a nacer y nos preguntamos por cosas que antes no nos preguntábamos, "jamás detectaron el incendio de su sangre. / El grado de sus llamas / se hacía cada vez más insoportable. / Hasta que abrazó con el ruido de sus pasos / la sombra de la montaña. / Aquella tierra virgen lo amamantó con su misterio / cada brisa lavaba su ideal". Antes no nos preguntábamos porque estábamos bajo la dictadura del mito y la disciplina.

¿Recuerdan aquellos paramilitares en Nindirí diciendo que ellos son: Dis-ci-pli-na-dos? Pues ese es el ideal con que querían someternos, que con la disciplina fuésemos obreros mal pagados de zona franca o del campo cuando ellos querían inversión, y que nos pusiéramos pasamontañas e hiciéramos de paramilitares cuando algo les amenazara. Pero menos mal que hubo una brisa el 18 de abril que nos lavó, una tierra que nos amamantó y un fuego que se hizo insoportable. Y ahora somos capaces de preguntarnos cosas como:

¿Qué hacía Roberto Calvi, el líder de la secta masónica y fascista Propaganda Due y presidente del Banco Ambrosiano que desfalcó al Vaticano con un pasaporte diplomático nicaragüense al momento de aparecer colgado y asesinado debajo del puente de los frailes negros de Londres en 1982?

¿Con qué objeto Somoza le extendió ese pasaporte diplomático? ¿Con qué objeto Calvi colaboró con los guerrilleros sandinistas?

¿Por qué el Banco Ambrosiano de Nicaragua no fue nacionalizado cuando triunfó la Revolución y todos los demás sí lo fueron?

¿Con qué objeto un jefe de la inteligencia militar y general activo como Álvaro Baltodano en 1992 y ahora asesor presidencial para inversiones, tiene una cuenta de la sociedad Jadehouse Consultants Ltd, junto a un ex embajador en Costa Rica en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes después de los años 90 con miles y miles de dólares en ella?

¿Con qué objeto un sobrino de Gadafi y asesor presidencial de Ortega y ahora embajador de Nicaragua en Egipto, ex diputado suplente de Jacinto Suárez en el Parlacen, Mohammed El-Ashtar, aparece en los papeles de Panamá con cuentas a su nombre y es mencionado en Wikileaks como agente de la inteligencia de Gadafi, durante los años de oposición del FSLN y que es señalado de financiar con dinero libio las campañas del entonces candidato presidencial Ortega?

¿Es causa de muerte saber o exponer todos esos nexos de mafia líquida como le sucedió a Carlos Guadamuz cuando dijo que la próxima acción de sus enemigos Dionisio Marenco y Daniel Ortega era matarlo, y así lo hizo un ex Seguridad del Estado?

¿Es causa de muerte señalar lo que muchos uruguayos han señalado sobre el embajador de Nicaragua en Canadá, Maurizio Gelli, acusado en su día por lavar dinero de su padre, Lucio Gelli, el líder de la secta Propaganda Due y rechazado por San Marino a aspirar al cargo propuesto de embajador por Nicaragua?

¿No hay embajadores de carrera en el país y sólo han quedado operadores políticos del presidente en el exterior?

¿Qué pasa con Albanisa, serán ciertas todos los señalamientos de Rodrigo Obregón respecto de los millones que en el entramado público-privado existe?

¿Cuántos implicados, qué responsabilidad penal existe por aquellas 3.000 AKs y millones de municiones que envió Nicaragua a Panamá a través de empresarios israelíes que terminaron en el paramilitarismo colombiano?

¿La muerte del inspector de la policía Christian Munguía, un robo de un reloj de mano?

¿Qué inversiones y dónde las tiene el Ejército de Nicaragua, en Nueva York, en casas de playa, en hoteles, dónde, no somos los nicaragüenses los primeros con derecho a saber en qué invierte el dinero un Ejército que no desarma a los paramilitares y que recibe del Presupuesto General sus ingresos? ¿O se ha convertido en un órgano independiente de rendir cuentas a nadie?

¿Y por su parte los partidos, no dice el artículo 63 de la Ley Electoral que es deber de los partidos ser transparentes y probos en la administración de su patrimonio económico, mandando a publicar anualmente sus estados financieros y enviando copia del mismo al Consejo Supremo Electoral? ¿Sabemos cómo se financian, tenemos esos informes?

¿Por qué hemos pagado más de 500 millones de dólares por el caso de los CENIS y no hay nadie en la cárcel?

¿Por qué se han pagado más de mil millones de dólares en indemnizaciones de expropiaciones de los años 80 con intereses progresivos en la Bolsa de Valores de Nicaragua, y con las nuevas tomas de tierras, pagaremos los nicaragüenses nuevas indemnizaciones millonarias en el futuro sin saber a quienes, por qué, ni cuánto se les ha dado en bonos?

Ante todo eso me pregunto ¿nos atreveremos a saber todo eso y más? ¿Seguiremos viviendo con los mitos, con la mafia?

¿Haremos de la insurrección de abril, de las madres, de la Upoli, de la UNAN, nuevos mitos para calmar nuestra consciencia y llenar nuestros muros de fotos mientras ellos seguirán infiltrando la mafia dentro del gobierno, los partidos, las instituciones, los bancos, en nosotros?

¿Por qué no son ellos los que tienen miedo con la nueva ley de terrorismo?

¿No nos damos cuenta que en Nicaragua ya no hay Estado, ni Constitución, ni partidos, ni tribunales independientes, ni Contraloría?

¿No será que en Nicaragua seamos ya mafia líquida, solo y pura mafia líquida?

Si Nicaragua pierde esta lucha iniciada en abril, habrá ganado la mafia y el miedo, sí, los dos a la misma vez, y muy lejos de Italia.

Nota: El presente artículo es responsabilidad exclusiva de su autor. La sección Voces es una contribución al debate público sobre temas  que nos afectan como sociedad. Lo planteado en el contenido no representa la visión de Despacho 505 o la de su línea editorial. La publicación  no significa que este medio valide los argumentos o considere las opiniones como cierta.

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