Editorial | La hora de Venezuela

No hay duda de que Edmundo González es el favorito para ganar las históricas elecciones en Venezuela, sin embargo la transición que supone su victoria está amenazada por la negativa de Maduro a aceptar que al chavismo se le acabó el tiempo.

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Comité Editorial
  • julio 28, 2024
  • 06:33 AM

En Venezuela ya no hay cabida para el chavismo. El proyecto político ideado por el fallecido expresidente Hugo Chávez, se ha convertido en un régimen dictatorial que no ha hecho más que empobrecer a los venezolanos y socavar la democracia y el Estado de derecho. Por eso, las elecciones de este domingo son decisivas para el país que alguna vez fue uno de los más prósperos de América Latina. El futuro de Venezuela se decide hoy y Nicolás Maduro, el heredero del chavismo, tiene que respetar y aceptar la voluntad popular emanada en las urnas.

Las elecciones presidenciales son una esperanza de cambio en Venezuela. Lo dicen los propios venezolanos que siguen al candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González, y la líder indiscutible de la oposición María Corina Machado, quien ha hecho campaña en favor del exdiplomático. Las posibilidades de que la coalición opositora gane son muy altas, según las encuestas independientes. En ese sentido, la oposición ha hecho un ingente esfuerzo por motivar a los venezolanos a participar, y pese a todos los obstáculos ha llegado muy lejos al inscribir una candidatura que cuenta con el respaldo de la mayoría de las fuerzas de oposición. 

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La coalición opositora, bajo el liderazgo de Machado, ha sabido capitalizar la inconformidad de millones de ciudadanos que enfrentan una difícil situación de pobreza y la dolorosa migración de sus familiares por falta de oportunidades. De acuerdo con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más de 7.7 millones de venezolanos se han ido del país por la crisis humanitaria que ha provocado el régimen de Maduro que se niega a aceptar que el chavismo se terminó. Incluso sus propias bases le han dado la espalda a Maduro porque la situación en Venezuela es insostenible. 

Por mucho que Maduro intente desmotivar a los venezolanos disidentes para que no participen en las elecciones, el cambio es irreversible. Es cierto que las condiciones no son favorables y que las elecciones no son libres ni justas, pero no hay duda de que esta es la única oportunidad de cambio para ese país y la comunidad internacional, y la propia izquierda latinoamericana, debe abocarse en apoyar a la oposición en caso de que gane y Maduro se niegue a aceptar su derrota. Es la hora para que Venezuela transite de forma cívica de una dictadura a la democracia. 

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