De la bonanza a la tormenta, el dilema de la economía nicaragüense

Para este año 2019, las perspectivas de crecimiento económico, son poco halagadoras por no decir que son pesimistas, debido muchos factores.

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  • enero 22, 2019
  • 03:09 AM

Para este año 2019, las perspectivas de crecimiento económico, son poco halagadoras por no decir que son pesimistas, debido muchos factores.

Cuando entregó el gobierno, el presidente Enrique Bolaños hizo famosa una frase bastante triunfalista e imprecisa que resume el largo camino de negociaciones del gobierno nicaragüense con los organismos internacionales después que la economía quedó colapsada al finalizar la guerra de los años ochenta, “dejo la mesa servida”, dijo el saliente mandatario. Efectivamente el gobierno sandinista recibió un país, listo para iniciar un desarrollo sostenible y duradero.

Un nivel de crecimiento de 5.1 por ciento en 2017, un Fondo Monetario Internacional, bastante flexible con el gobierno, nada que ver con la dureza con la que negoció con los gobiernos “neoliberales”, exportaciones en crecimiento, cooperación internacional estable, y una nueva variable en el juego: la cooperación venezolana, la cual entre 2008 y 2018, alcanzó la cifra de 4, 855.5 millones de dólares, lo cual adicionalmente trajo la apertura de un nuevo mercado que pasó de 1.3 millones de dólares en 2006, a 437 millones en 2012, y manteniendo un promedio  de 262.22 millones entre 2013 y 2017. Nada mal.

Sin embargo esta bonanza tuvo un frenazo a partir de abril de 2018, cuando explotó la crisis política que echó por tierra el rumbo de la economía y de la política del país, iniciando una profunda crisis social, política y económica. Los indicadores económicos más importantes cayeron estrepitosamente. Sectores que apuntalaban el crecimiento se vieron sumidos en una profunda crisis: el turismo, los servicios, la construcción, el comercio entre otros, mostraron decrecimiento, y cerrando el año con números rojos: comercio, -21.8 por ciento; hoteles y restaurantes, -22.8 por ciento; intermediación financiera, servicios conexos, -13.3 por ciento, transporte y telecomunicaciones -11.5, construcción -7.2 porciento, según indica el último informe de Actividad Económica (IMAE) cortado a octubre del 2018, que publica el Banco Central de Nicaragua (BCN).

De hecho, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) indican que el 2018, cerraría con un decrecimiento económico de -4 por ciento, después de haber cerrado el 2017 en un importante 4.9 por ciento, uno de los más altos de Latinoamérica. Esto ha llevado a preguntar sobre porqué una economía, que venía creciendo a tasas superiores al 4 por ciento en los últimos ocho años, haya tenido una caída tan importante.

MÁS POBREZA

Para este año, las proyecciones indican que la economía podría ubicarse en un -2 por ciento, siempre y cuando el país vaya retomando la normalidad. Hasta el momento, el gobierno no ha dado a conocer sus números relativos al 2018, y las proyecciones de crecimiento para este 2019. En declaraciones de noviembre, el presidente del Banco Central Ovidio Reyes, destacó que la economía podría contraerse al -4 por ciento en 2018, y mantener un indicador negativo para el 2019.

Esto obviamente hay que verlo en perspectiva, ya que no se trata solo de una baja en la producción, sino que hay un deterioro en otros indicadores económicos y sociales. Por ejemplo la Fundación Internacional para el Desafío Global (FIDEG) en un informe sobre la pobreza al 2017, publicado en marzo del 2018, indica que la pobreza extrema alcanzó el 8.4 por ciento, mucho más de lo que el gobierno reconocía, y una pobreza en general de 41.2 por ciento, lo cual podría crecer a partir del año pasado, según se desprende de informaciones de gobierno que indican que como resultado de la crisis la pobreza y el desempleo podrían dispararse.

¿PUEDE RECUPERARSE LA ECONOMÍA ESTE AÑO?

Para este año 2019, las perspectivas de crecimiento económico, son poco halagadoras por no decir que son pesimistas, debido a muchos factores.

  1. El problema político en Nicaragua ha afectado profundamente al país, y ha devenido en una serie de amenazas para el país. Estados Unidos aprobó una legislación para sancionar a funcionarios nicaragüenses señalados de cometer actos de violación a los derechos humanos, corrupción, entre otros. Estas misma legislación apunta también a congelar fondos de organismos internacionales que financian diferentes programas para el país. Además existen serias advertencias para que el sector privado nicaragüense realice operaciones comerciales con las personas señaladas en estas sanciones. Por otro lado la Organización de Estados Americanos (OEA) podría dejar fuera a Nicaragua del concierto de naciones y la pondría en una precaria situación. La Unión Europea anunció una serie de medidas, o más bien, sanciones, para el gobierno nicaragüense en el marco del conflicto político. En medio de este ambiente de amenazas de sanciones, la inversión extranjera se ha reducido y tiende a reducirse más este año, tomando en cuenta el incierto futuro inmediato del país.
  2. La crisis política está provocando el exilio de miles de nicaragüenses de diferentes estatus social y económico, así como el cierre de empresas, lo cual puede continuar este año 2019, si no se llega a resolver la situación política. Según el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), durante los ocho meses de crisis cerraron en el país unas 7 mil empresas, y quedaron sin empleos al menos 150 mil trabajadores (la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Social (FUNIDES) esta cifra puede alcanzar los 350 mil). Obviamente esto ha deprimido el consumo interno, y las perspectivas de que esta tendencia cambie, son bajas.
  3. La Organización Mundial de Meteorología indicó a finales del 2018 de que existe entre un 75 y un 80 por ciento de probabilidades de que se establezca el fenómeno conocido como El Niño, lo que indica una disminución en los niveles de precipitación (lluvia), esta es una pésima noticia para un país cuyo sector agropecuario depende casi exclusivamente del comportamiento del clima.
  4. Fuertes turbulencias en las relaciones comerciales. El gran mercado de destino para los productos nicaragüenses es Estados Unidos, que representa más del 50 por ciento de las exportaciones. Como parte de las medidas contra el gobierno nicaragüense, se ha empezado a hablar de hacer una revisión del tratado de libre comercio (DR-CAFTA) debido a la situación política del país. Esta revisión podría ser para Nicaragua, El Salvador y República Dominicana. En 2018 las exportaciones hacia Estados Unidos, según el Centro de Trámites para las Exportaciones (CETREX) 1, 041.8 millones de dólares.
  5. El déficit del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) podría dispararse hasta los 8 mil millones de córdobas (unos 250 millones de dólares), según cifras del gobierno, lo cual presionará sin dudas el rubro de pensiones. Esto podría agravarse si no se obtienen los recursos suficientes para cubrirlo.
  6. Las recaudaciones, estimadas en cerca de 70 mil millones de córdobas (2.2 mil millones de dólares) podrían verse afectadas por la reducción en la actividad económica del país.

La pregunta sigue siendo: ¿dónde se descarriló la economía?

Nota: El presente artículo es responsabilidad exclusiva de su autor. La sección Voces es una contribución al debate público sobre temas  que nos afectan como sociedad. Lo planteado en el contenido no representa la visión de Despacho 505 o la de su línea editorial. La publicación  no significa que este medio valide los argumentos o considere las opiniones como cierta.

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