EDITORIAL | Sheynnis Palacios, el escape de un país reprimido
En un país con más de cinco años sumergido en una profunda crisis sociopolítica, la participación de Miss Nicaragua se ha convertido en una esperanza y un escape ante la represión.
- noviembre 18, 2023
- 02:09 AM
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¿Cómo cubrimos la participación de Sheynnis Palacios en Miss Universo? Esa fue la pregunta que nos hicimos cuando decidimos darle un despliegue a Miss Nicaragua durante su paso por Miss Universo. Si bien estamos en contra del uso del cuerpo de la mujer como objeto, reconocemos que la organización Miss Universo ha hecho cambios significativos en aras de sobrevivir como certamen de belleza y dejar de ser un evento anticuado y poco ilustrado. Por ejemplo, se abrió a la participación de madres y mujeres que rompen los cánones de belleza tradicionales.
Primero, notamos que la joven estaba logrando algo inusual en Nicaragua desde que se coronó como reina de belleza a los 23 años, en agosto pasado. El país, los nicaragüenses, vio en su talento un potencial esperanzador muy fuerte de cara al Miss Universo, con altas posibilidades de situarse entre el top. Decimos esperanzador porque en Nicaragua hay una necesidad legítima de escapar, por un momento, a la represión brutal del régimen orteguista, o de poner en pausa la idea de que estamos ante los años más oscuros de nuestra historia reciente. Es decir, es luz entre tanta tiniebla.
Segundo, nunca antes el país había tenido una reina de belleza tan preparada como Sheynnis Palacios. Los expertos en certámenes ven claramente en ella a una ganadora. Nosotros vemos a una joven genuina que batalló contra la ansiedad y se aventuró a dirigir un proyecto social enfocado en la salud mental, algo que en Nicaragua es un tema tabú y desatendido por el Estado.
Además, ¿desde cuándo no se grita “Viva Nicaragua” en el propio territorio nacional?, ¿desde cuándo los nicaragüenses no se aventuran a flamear la bandera nacional? Hacerlo es un crimen a ojos de la dictadura.
Dejando a un lado lo banal, Sheynnis Palacios ha levantado el espíritu de los nicaragüenses, aunque no sea meramente reivindicativo ante la crisis sociopolítica que vive el país desde 2018. Como lo dijimos, su participación en el Miss Universo, que es una de las más destacables, la vemos como un aliento para un país que se ha convertido en una gran cárcel y del que solo salen malas noticias.
Está por verse si esta noche ganará la corona de Miss Universo, pero su participación en sí ya ha sido una ganancia emocional inimaginable para Nicaragua, un país sufrido y reprimido. Ojalá que la próxima vez que nos unamos bajo la bandera de Nicaragua sea para celebrar el fin de la dictadura. Gracias Sheynnis Palacios por unirnos de nuevo.