El camino hacia la libertad

Daniel Ortega está contra la pared. Él, sus familiares y allegados, son los que tienen sobre sus cabezas las espadas de las inminentes sanciones políticas, financieras y legales. Él es quien más urgido está por escapar de esta debacle. Ortega se está jugando su futuro político y el de su grupo, en esta vuelta histórica.

1. Reafirmo hoy, 28 de febrero de 2019, mi confianza en el equipo negociador de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, en la mesa de negociación. No tengo dudas sobre la integridad ética y moral de ninguno de sus miembros, ni con su compromiso con la causa que representan.

2. Las formas y condiciones en que se llegó a esta segunda fase de las negociaciones ha suscitado, con razón, suspicacias y dudas de mucha gente, respecto a la gestión de las mismas y la composición de la delegación de la Alianza Cívica y algunas de las organizaciones ahí representadas.

LEA: Negociaciones comienzan con hermetismo

3. Daniel Ortega está contra la pared; aislado nacional e internacionalmente, sin ningún gramo de legitimidad política y a punto de la asfixia económica y financiera: su gobierno, sus empresas y las de sus allegados y amigos. Él, sus familiares y allegados, son los que tienen sobre sus cabezas las espadas de las inminentes sanciones políticas, financieras y legales de gobiernos e instituciones internacionales. Él es quien más urgido está por escapar de esta debacle. Ortega se está jugando su futuro político y el de su grupo, en esta vuelta histórica.

4. Ortega no tiene detrás respaldo nacional e internacional; sus amigos se han reducido a su mínima expresión y casi sin ningún grado de incidencia para ayudarle a escapar de este cerco. Los miembros negociadores de la Alianza Cívica tienen detrás a la gran mayoría de la población y a la comunidad internacional, que repudia los crímenes de la dictadura, el desmantelamiento de la institucionalidad democrática, el atentado contra la libertad de prensa y de opinión, los atentados contra organismos defensores de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil y las violaciones sistemáticas de todos los derechos humanos, de primera, segunda, tercera y cuarta generación.

LEA: Tajani advierte: “Si no hay resultados concretos, llegarán las medidas”

5. Ortega no está en condiciones de marcar el rumbo y el ritmo de las negociaciones ni vetar a ningún miembro de la delegación del pueblo, ni de oponerse a la presencia de garantes internacionales, para que certifiquen y garanticen el cumplimiento de los acuerdos a que se vaya llegando. Quien está derrotado estratégicamente es él y su régimen.

6. Ojalá nuestros representantes comprendan y asuman con propiedad en que marco de realidad les corresponde actuar. El pueblo nicaragüense tiene cifradas sus esperanzas en su gestión. Con la enorme moral de los asesinados, los desaparecidos, los secuestrados, los desplazados y las y los presos de conciencia o presos políticos, está marcado el camino hacia la libertad, la justicia y la democracia.

Nota: El presente artículo es responsabilidad exclusiva de su autor. La sección Voces es una contribución al debate público sobre temas  que nos afectan como sociedad. Lo planteado en el contenido no representa la visión de Despacho 505 o la de su línea editorial. La publicación  no significa que este medio valide los argumentos o considere las opiniones como cierta.