Una nicaragüense en Costa Rica crea una cerveza a base de miel inspirada en Harry Potter

La comunicadora nicaragüense Melissa Guerrero Mejía se abre espacio en el mercado cervecero costarricense con Freyja, una bebida artesanal elaborada a base de miel de abejas y maíz fermentado

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Melissa Guerrero Mejía creó su propia marca de cervezas que ahora es comercializada en Costa Rica. CORTESÍA / DESPACHO 505
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Despacho 505
  • San José, Costa Rica
  • julio 01, 2024
  • 04:36 PM

Una comunicadora nicaragüense se ha aventurado a competir en el mercado cervecero costarricense con una fórmula surgida de su pasión por la literatura de ficción y su espíritu emprendedor. 

Su nombre es Melissa Guerrero Mejía. Es originaria de Managua y llegó a Costa Rica en el año 2021, luego de graduarse como licenciada en Comunicación Social en la cosfiscada Universidad Centroamericana (UCA). Confiesa que la falta de oportunidades en el país la empujó a emigrar y que enfrentarse a los retos que esa decisión implica la animó a apostar por sus sueños. 

“No es sobre las ideas. Sino sobre hacer que estas se vuelvan realidad”, es la frase del empresario Scott Belsky, que la joven nicaragüense ha tenido en mente y con la que se ha motivado para cumplir sus metas y salir adelante.

Su apuesta es un negocio de “hidromiel”, una cerveza artesanal a base de miel de abejas y maíz fermentado del que conoció a través de los libros de ficción o de “época” que desde chica le han atraído. 

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“Un día estaba leyendo un libro de Harry Potter, ahí sale la bebida de hidromiel y me llamó la atención. Siempre quise probarla, hasta que logré conseguir la receta por medio de un amigo de mi papá, que es de nacionalidad española, le comenté sobre el proyecto y fue él quien me dijo como hacerla porque él hace este tipo de cervezas en España”, cuenta a DESPCHO 505.

Una bebida con nombre de diosa 

La joven de 27 años de edad y de sonrisa fácil explica que estando en Nicaragua, antes de la pandemia del Covid 19, realizó los primeros ensayos. Comparte que cuando después de muchos intentos consiguió el resultado que tanto buscaba decidió construir la marca.

A Melissa no le fue tan difícil pensar en el nombre de su bebida. Eligió “Freyja” en honor a una diosa vikinga. Dice que sintió que su proyecto estaba relacionado con los libros que de pequeña leía que buscó en ellos su inspiración.

“Un día quise probarla, la sentí tan deliciosa que decidí ponerle “Freyja” porque así se llama una diosa vikinga de la cual he leído, le di a probar a mis familiares y mi abuelo materno fue quien me dio la motivación para comercializarla”, comparte la joven.

La bebida es a base de miel de abeja, maíz fermentado, agua y levadura. Melissa explica que la fermentación es un proceso meticuloso, pues hay que tener un extremo cuidado para que la bebida no sufra alteraciones en el sabor, color y aroma.

Melissa Guerrero muestra una presentación de la cerveza que produce. Foto: Cortesía / Despacho 505.

“Siempre cuido cada detalle. No es algo que sea fácil de preparar, siempre está en juego el color, olor y sabor y esos elementos para mí son muy importantes”, explica.

La bebida tiene un grado de alcohol del 9%, pero si los ingredientes se dejan fermentar por más tiempo, la cerveza podría incrementar el nivel del alcohol. “Siempre estoy al pendiente del proceso”, insiste.

Una oportunidad lejos de la patria

Freyja terminó siendo la principal fuente de ingresos de Melissa. Comparte que al llegar a Costa Rica se encontró con las limitaciones del mercado laboral que atraviesa ese país y vio en su proyecto de hidromiel el puente para crear sus propias oportunidades.

Melissa agradece que su propuesta cervecera ha tenido buena aceptación y eso le ha permitido continuar puliendo la imagen de su marca. 

Actualmente, Melissa comercializa su cerveza en envases de vidrio de 330 mililitros y ha tenido la oportunidad de promocionarlo en distintas ferias nicaragüenses en Costa Rica. Cada unidad de Freyja tiene un precio de tres mil colones (equivalente a seis dólares).

“Al mes logro vender hasta 400 dólares (doscientos mil colones). Gracias a Dios siempre me ha ido bien. Las personas que desean comprar lo hacen contactándome directamente porque aún no poseo local de comercialización”, explica.

Melissa, al igual que muchos migrantes, no cuenta con familiares en Costa Rica. Lo que la ha ayudad a encarar el reto de comenzar de cero en otro país ha sido su determinación por perseguir aquello en lo que cree, dice. 

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“Emprender es algo difícil. Lo importante es creer en uno mismo y seguir adelante a pesar de los fracasos.  Hay que intentarlo varias veces, muchas veces, en el camino las cosas no van a salir bien, pero hay que seguir adelante”, expresa la joven.

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