El migrante nicaragüense que busca llegar a EE.UU. para salvar a su hijo del cáncer

Salió de Nicaragua hace dos meses, donde se dedicaba a la agricultura, atrás dejó a sus tres hijos y a su esposa.

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  • julio 25, 2023
  • 11:26 AM

Fernando Gutiérrez Muñoz alistó unas cuantas cosas, se despidió de su esposa y de sus tres hijos y emprendió hace dos meses el viaje a Estados Unidos. La decisión no fue fácil, pero la tomó luego de que a uno de sus tres vástagos le diagnosticaran cáncer y le informaran que necesita un tratamiento cuyo costo son de unos cinco mil dólares.

La historia del nicaragüense fue retratada por el diario mexicano Milenio en su sección de Historias de Éxodo la cual recoge relatos de migrantes quienes explican por qué abandonan sus países y narran sus ansias de alcanzar el sueño americano.

Al momento de la entrevista el nicaragüense llevaba una semana recuperando energías. Estaba sentado en el piso, a su lado había un colchón que utiliza para descansar y unos cuantos pedazos de chatarra la que vendería para poder comprar algo de comida mientras llega “el tren de balines rojos” que lo podría llevar hasta Colima, posteriormente hasta Piedras Negras, Coahuila y finalmente a Estados Unidos.

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Fernando es un hombre de 60 años, que padece de diabetes y cuenta que tiene dos fracturas en ambos hombros. En Nicaragua trabajaba como agricultor, sembrando frijoles y en otro momento cortaba caña, labor que le generaba unos 100 córdobas diarios con los cuales alimentaba a sus tres hijos: Jorge, Alberto, Laura y a su esposa María.

 “’Sé que no me preguntaron, pero mire’- dice -, mientras estira el cuello de su playera para mostrar un hueso roto que sale de su espalda y que debería conectar su tren superior con su brazo derecho, se arregla su ropa y hace lo mismo del otro lado; sufrió un accidente “hace ya tiempo” cuando cayó de un andamio mientras trabajaba en Nicaragua”, detalla el nicaragüense y cuyo relato recoge el medio mexicano.

NO TIENE A NADIE QUE LO ESPERE EN ESTADOS UNIDOS

Las dos fracturas probablemente le impidan a Fernando obtener un trabajo en la construcción, pero señala que podría laborar lavando platos o como mesero en un restaurante en Los Ángeles, pero el nicaragüense no tiene quién lo espere en suelo estadounidense ni tampoco tiene un trabajo.

 “Me vi obligado a salir de mi tierra, porque allá las quimioterapias son muy caras, de demasiado dinero y yo no tengo los recursos suficientes para sacar adelante a mi hijo. Por eso tomé la decisión de venirme para Estados Unidos”, contó Fernando.

Explicó que sus tres hijos quedaron al cuido de su esposa y que el viaje a bordo de trenes no es fácil, ya que no puede sujetarse bien debido a las fracturas en sus hombros y a su edad.

“El plan de Fernando es descansar en ese punto de las vías, cerca de la estación Recursos Hidráulicos del Mexibús en Tultitlán, Estado de México, que es donde los trenes se cruzan”, detalla la publicación.

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A Fernando no le gusta ir a los campamentos que han montado de forma improvisada los migrantes, ya que a él le cuesta entenderse con los jóvenes “porque viajan sin rumbo mientras que él sí sabe que Dios lo llevará a su destino”.

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