"Me destruyeron mi vida y a él lo mataron junto con sus ilusiones de venir a Estados Unidos", reprocha la madre del nicaragüense que murió bajo la custodia del ICE

Madre del nicaragüense, fallecido en las celdas del ICE, asegura que hay muchas incongruencias en las versiones que ha recibido de parte de las autoridades estadounidense y que considera que lo mataron

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  • julio 24, 2023
  • 11:07 PM

El 23 de junio Martha Elena Rocha no recibió la llamada de su hijo Ernesto Javier Rocha Cuadra. Hacía más de un año que permanecía recluido en el Centro de Detención de Migrantes de la ciudad estadounidense de Nueva Orleans, en Louisiana, y, en todo ese tiempo, ni un solo día dejó de marcar a su teléfono celular. 

Una noche antes habían conversado por videollamada. Ella no notó nada inusual en él que le advirtiera de que no se encontraba bien, pero sería la última vez que lo vería vivo. "Yo noté extraño que no me llamara, era un viernes. Tampoco se comunicó con su pareja ni con sus hermanos”, rememora esta nicaragüense con nacionalidad estadounidense que no se conforma con la versión oficial sobre el fallecimiento.

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La mala noticia dice que les llegó por medio de un recluso, que llamó a su otro hijo de nombre Rony, “para decirle que Ernesto ya estaba muerto”. 

Pasaron tres días hasta que el ICE les confirmó la muerte de su familiar. Esther cuenta que un oficial de esa dependencia la llamó aproximadamente a las 2 de la tarde para decirle  que su hijo había fallecido a causa de un infarto cuando era trasladado en una ambulancia a un hospital. 

Ella y su familia rechazan la versión de ICE y aseguran que van a recurrir hasta la  última instancia para exigir a las autoridades de Estados Unidos que esclarezcan qué pasó con Ernesto y, de comprobarse sus sospechas de malos tratos, castiguen a los responsables.

ANOMALÍAS E INCONSISTENCIAS

Esther asegura que la muerte de Ernesto está plagada de inconsistencias y mencionó como ejemplo que no fueron avisados el mismo día del deceso, y que fue hasta días después cuando el ICE emitió un comunicado en el que señala que su hijo murió en el Hospital General La Salle, Jena, de Luisiana, lo cual asegura que contradice la versión que le dio el oficial que la llamó el 26 de junio para decirle que su hijo había fallecido cuando era trasladado en la ambulancia.

"La muerte de mi hijo dejó muchas interrogantes y queremos justicia porque su muerte fue tormentosa ya que hasta lo ataban para que otros reclusos lo golpearan", asegura entre lágrimas Esther.

Añade que Ernesto presentaba un golpe en la frente y que una de sus manos presentaba una inflamación.  

Insiste en que el 22 de junio que vio a su hijo a través de la videollamada se encontraba en buen estado de salud y que la versión que le dieron es que el infarto lo sufrió cuando le notificaron que lo iban a deportar.

"Me destruyeron mi vida y a él lo mataron junto con sus ilusiones de venir a Estados Unidos a cuidarme y estar junto con sus otros tres hermanos. Tres mil veces hubiese sido mejor que lo deportaran a Nicaragua y no que me lo entregaran muerto", reprocha.

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Rechaza de manera categórica que el impacto de la noticia de una deportación le provocara un infarto, considera que fue el maltrato, las agresiones y la falta de  atención médica lo que pudo haberle causado los problemas cardíacos.

HABÍA DENUNCIADO MALOS TRATOS

Luis Felipe Pereira Cuadra, de 46 años, contó que su hermano era víctima de maltratos, en el centro de detención por reclamar sus derechos y defender a otros detenidos. 

"A mi hermano le violaron sus derechos humanos y él no nos podía contar todo lo que sufría, porque monitoreaban sus videollamadas, pero sabemos que hasta lo metían en un hoyo", afirmó.

También dice conocer que lo aislaban constantemente durante 25 días y que le  suministraban alimentos y bebidas que contaminaban con orina.  

Confirmó que su hermando presentó 29 denuncias contra los funcionarios y custodias del centro de detención privado de Nueva Orleans donde se encontraba recluido desde el 26 de abril del 2022.

En las denuncias afirmaba que le negaba atención médica, acceso a sus registros personales de detención y que también era víctima de maltrato y negligencia por parte del personal del centro de detención.

QUERÍA SOLICITAR ASILO

El centro de detención donde se encontraba recluido Ernesto Javier es administrado por la empresa de cárceles privadas Geo Group. El nicaragüense vivía en Linda Vista, en Managua. Dominaba el idioma inglés y trabajaba en un call center, pero a inicios de abril del 2022, decidió migrar por segunda ocasión a los Estados Unidos, debido a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua desde el 2018. 

"El llegó por primera vez a Estados Unidos en 1988, cuando tenía 7 años, ya que mis padres se vinieron a este país a mediados de la década de los 80, huyendo del conflicto que se vivió en esos años en Nicaragua, pero por delitos menores fue deportado en el 2009", explicó.

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Agregó que debido a la represión que vive el país a causa del régimen de Daniel Ortega su hermano viajó nuevamente a Estados Unidos, en busca de asilo político. 

El nicaragüense había ingresado a territorio estadounidense el 17 de abril del 2022 y aunque en noviembre un panel de ICE, recomendó liberarlo “no acataron la orden", concluyó su hermano.

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