Nicafé, un restaurante atendido por personas sordas en San Juan del Sur
El menú está en lenguaje de señas y a la entrada los clientes son advertidos que están llegando a un negocio donde “las manos hablan”.
- mayo 10, 2022
- 12:27 AM
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Hay un restaurante en San Juan del Sur donde los clientes no necesitan mencionar una sola palabra para realizar sus pedidos: se llama Nicafé y surgió como un emprendimiento para insertar en el mercado laboral a personas sordomudas.
Su plantilla de meseros está compuesta por personas con discapacidad auditiva. El restaurante está ubicado en el kilómetro 131 de la carretera de San Juan del Sur.
Los clientes reciben la bienvenida bajo el lema “manos que hablan”, plasmado en un cartel a la entrada del restaurante y en el que también se detalla que el personal que los atenderá es sordo.
Simultáneamente, un mesero también recibe con señas al cliente y lo invita a sentarse en una de las mesas para después ofrecerle el menú que incluye una variada oferta gastronómica y en el cual también se muestra parte del abecedario del lenguaje de señas.
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Con el menú los meseros también ponen a disposición del cliente un marcador acrílico, con el que fácilmente pueden señalar las bebidas y platillos que más les apetecen. A la vez les presentan una carta que muestra preguntas frecuentes que suelen hacerse en restaurantes.
Una vez que la preguntas son señaladas con el marcador, los meseros inmediatamente brindan repuesta a los clientes, quienes tras degustar de los platillos y disfrutar de un ambiente inmersivo, se despiden satisfechos del local.
El emprendimiento es impulsado por un grupo de ocho personas, entre ellos la estadounidense Katie Brugger y el nicaragüense Javier Flores, quienes han mostrado un especial compromiso con las personas con discapacidad auditiva.
“La iniciativa nació cuando Javier y yo conocimos a un joven sordo que se bachilleró en el 2021 y al estar en contacto con él, nos percatamos que las personas con discapacidad auditiva tenían pocas oportunidades en el mercado laboral y eso nos motivó a emprender el negocio para darles trabajo”, explica Brugger.
De las ocho personas que trabajan en Nicafé, seis tienen discapacidad auditiva, incluidas dos mujeres.
“Unos trabajan como meseros y otros en el área de cocina, pero también hemos incorporado a un joven en el vivero que forma parte del restaurante y la meta es empoderar y generar en el futuro nuevas oportunidades de trabajo a personas con otras discapacidades”, comenta la estadounidense.
Comidas y bebidas no es la única oferta de Nicafé. Aquí también se venden unas coloridas canastas elaboradas por un grupo de ciegos de la Isla de Ometepe, que se dedican a reciclar plástico.
AGRADECIDOS
Bladimir Avendaño es un joven sordomudo del municipio de Belén, Rivas. Tiene 25 años y es uno de los trabajadores del restaurante. Después de bachillerarse buscaba por todos lados un trabajo que no llegaba.
El mercado laboral casi siempre cierra las puertas a personas con discapacidad en Nicaragua, lamenta.
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Antes de llegar a Nicafé, ocasionalmente trabajaba como ayudante de albañil, “pero con la apertura del restaurante nos han brindado oportunidad a los sordos y estamos muy agradecidos por haber confiado en nosotros y pese a que iniciamos de cero en materia de atención a clientes en restaurantes, hemos aprendido lo que nos han enseñado y con la práctica han desaparecido los nervios”, cuenta.
Carlos José Zapata, de 24 años, quien es uno de los dos oyentes que trabajan en el restaurante, manifestó que los seis jóvenes con discapacidad auditiva son de los municipios de Rivas, Buenos Aires, Belén, San Juan del Sur y San Jorge.
“La aceptación que hemos tenido es muy buena y quienes nos visitan se llevan la experiencia de aprender el lenguaje de señas y aportar un granito de arena para ellos”, dice.