“Es difícil salir como delincuente de tu patria”: Marcos Carmona narra cómo logró exiliarse sin pasaporte y vigilado por la dictadura 

A las dos de la mañana del 28 de abril, el abogado y defensor de derechos humanos Marcos Carmona comenzó su camino al exilio. Salió de Nicaragua a escondidas y entre veredas. Primero cruzó a Costa Rica y luego viajó a Miami, Estados Unidos, donde ahora se encuentra.

Las alertas sobre su posible detención las comenzó a recibir con mayor fuerza el 20 de abril, cuando el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó a la Asamblea Nacional la cancelación de la personería jurídica de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), de la cual era secretario ejecutivo.

 “Las llaves de El Chipote me las andaban sonando y para evitar esa situación (la cárcel) pues creo que lo más importante es resguardar la seguridad y la vida. Tuvimos información que había una intención clara de meternos a la cárcel”, reflexiona. La amenaza también era para Denis Darce y Carla Sequeira, abogados de la oenegé, quienes también tuvieron que exiliarse.

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Desde que Marcos Carmona salió de su casa el temor a ser capturado siempre estuvo presente. Estaba vigilado y desde agosto del año pasado la dictadura le había impuesto retención migratoria y le retiró su pasaporte. Tuvo que disfrazarse para que no lo reconocieran. A las cinco de la mañana estaba cruzando por un punto ciego de la frontera entre Nicaragua y Costa Rica usando botas, sin lentes, vistiendo ropa desgastada, viejita y sucia.

Salir del país le fue difícil no solo por la logística del viaje, sino por lo que representa dejar atrás a su familia y los bienes que había adquirido a lo largo de su vida y no saber cuándo se va regresar, “pero cuando se trata de proteger la libertad y la vida, se deben tomar estas decisiones difíciles”.

“Nos obligan a salir a escondidas. Es difícil salir como delincuente de su patria”, dice Marcos Carmona en una entrevista con DESPACHO 505, desde Miami.

RED DE VIGILANCIA CONTRA DEFENSORES DE DD.HH.

El viaje a Costa Rica lo hizo solo. Parte de su familia había salido del país por temor a ser víctimas de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El asedio y la intimidación contra los miembros de la CPDH se habían incrementado luego que su colega María Oviedo fuera condenada a ocho años de prisión. Incluso personas que renunciaron a la CPDH desde hace varios meses son asediadas y sufren intimidación de parte de los fanáticos orteguistas.

Carmona denuncia la existencia de una “red de vigilancia permanente” sobre los miembros del organismo de derechos humanos, integrada supuestamente por militares, miembros de la Policía Nacional y los Consejos del Poder Ciudadano conocidos como CPC.

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El secretario ejecutivo de la CPDH se suma a la lista de defensores de derechos humanos y de miles de nicaragüenses que han tenido que abandonar el país, por eso dentro de sus planes está seguir trabajando en la defensa de los derechos humanos de lo nicaragüenses.

“Vamos a seguir dando acompañamiento al pueblo de Nicaragua. La personalidad jurídica nos la quitaron, pero nunca le van a quitar la valentía y decisión al pueblo de Nicaragua para seguir luchando por sus derechos humanos”, expone.

El próximo lunes 9 de mayo tienen previsto inaugurar las oficinas de la CPDH en la ciudad de Miami.

“La dictadura sandinista quiere seguir vulnerando los derechos humanos sin que nadie pueda decir nada, pero CPDH seguirá su lucha y denuncia permanente de las violaciones de derechos humanos, hasta que los asesinos, torturadores, represores y dictadura sandinista enfrenten la justicia imparcial e independiente”, concluye.